El 90 por ciento de los más de 28 mil asesinatos de alto impacto durante la administración calderonista fue orquestado, planeado u ordenado por algún jefe del crimen organizado, reportó la Procuraduría General de la República.
De acuerdo con sus cifras, el otro 10 por ciento de los homicidios se derivó de enfrentamientos entre bandas o entre grupos delictivos y autoridades, y de ataques a instalaciones de seguridad pública, a policías, militares y funcionarios.
Según la dependencia, del 1 de diciembre de 2006 al 29 de julio del presente año, se han registrado 28 mil 228 muertes… De entre éstas, 25 mil 455 “son producto de ejecuciones, cuyas víctimas o victimarios han sido miembros de alguna organización delictiva”.
En el otro rubro, dos mil 773 personas —entre presuntos delincuentes, integrantes de las fuerzas del orden y civiles ajenos a actividades criminales— fueron asesinadas en el marco de choques “entre delincuentes y agresiones contra la autoridad”.
Aquí, la Procuraduría incluye “homicidios que resultaron de actos de violencia, comisión de delitos, perturbación de la paz pública y el orden que realizan los grupos u organizaciones criminales mediante el uso armas de fuego”, así como los consumados por agresiones “en contra de bienes propiedad de las diversas instancias de gobierno, puestos de revisión, convoyes, funcionarios uniformados o vehículos balizados”.
La conformación de dos categorías analíticas, señala la PGR en un reporte, permiten clasificar las muertes asociadas al crimen organizado para esclarecer sus causas y las actitudes asumidas por los diversos cárteles que operan en el país.
El ritmo de homicidios en el ocaso de julio fue de 55 ejecutados diarios; del 17 al 29 del mes hubo un total de 705 víctimas. La cifra negra pasó de 27 mil 523 a los ya referidos 28 mil 228.
De acuerdo con sus cifras, el otro 10 por ciento de los homicidios se derivó de enfrentamientos entre bandas o entre grupos delictivos y autoridades, y de ataques a instalaciones de seguridad pública, a policías, militares y funcionarios.
Según la dependencia, del 1 de diciembre de 2006 al 29 de julio del presente año, se han registrado 28 mil 228 muertes… De entre éstas, 25 mil 455 “son producto de ejecuciones, cuyas víctimas o victimarios han sido miembros de alguna organización delictiva”.
En el otro rubro, dos mil 773 personas —entre presuntos delincuentes, integrantes de las fuerzas del orden y civiles ajenos a actividades criminales— fueron asesinadas en el marco de choques “entre delincuentes y agresiones contra la autoridad”.
Aquí, la Procuraduría incluye “homicidios que resultaron de actos de violencia, comisión de delitos, perturbación de la paz pública y el orden que realizan los grupos u organizaciones criminales mediante el uso armas de fuego”, así como los consumados por agresiones “en contra de bienes propiedad de las diversas instancias de gobierno, puestos de revisión, convoyes, funcionarios uniformados o vehículos balizados”.
La conformación de dos categorías analíticas, señala la PGR en un reporte, permiten clasificar las muertes asociadas al crimen organizado para esclarecer sus causas y las actitudes asumidas por los diversos cárteles que operan en el país.
El ritmo de homicidios en el ocaso de julio fue de 55 ejecutados diarios; del 17 al 29 del mes hubo un total de 705 víctimas. La cifra negra pasó de 27 mil 523 a los ya referidos 28 mil 228.
Daniel Blancas Madrigal, La Crónica, 6 de agosto.
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