FCH: regular drogas es debate medular

EL presidente Felipe Calderón aceptó el debate sobre la legalización de las drogas en el país.

El lunes, Eduardo Gallo, presidente de México Unido Contra la Delincuencia, planteó al mandatario la legalización de las drogas como un plan B ante el fracaso del plan A en curso.

María Elena Morera, presidenta de Causa Común, lo secundó; ayer, el escritor Héctor Aguilar Camín terció a favor, mientras que la académica Ana Laura Magaloni preguntó: “¿Qué vamos a hacer [si la legalización avanza en California?]”

Ayer, durante el segundo día del Diálogo por la Seguridad. Evaluación y Fortalecimiento, en el campo militar Marte, Calderón expresó: “Tomo nota del debate que se ha suscitado aquí, de la regulación de las drogas. Es un debate medular. Pienso, en primer lugar, que debe darse habiendo una pluralidad democrática”.

En la reunión, en la que escuchó puntos de vista de especialistas y periodistas, el mandatario comentó que algunos argumentos contra la legalización de los estupefacientes es que aumentaría su consumo, principalmente entre los jóvenes y adolescentes, y podría generarse una idea de que es socialmente aceptable el consumo de esas sustancias.

“Hay quien argumenta que precisamente implicaría la legalización un aumento enorme del consumo en varias generaciones de mexicanos”, dijo.

Joaquín Villalobos, ex guerrillero en El Salvador y asesor en seguridad, dijo que el tema de la legalización de los enervantes debe abordarse con precaución.

Critican estrategia informativa

En el encuentro, expertos hablaron del fracaso de la estrategia de información en el marco del combate al crimen organizado, y exigieron a Calderón cambiar a una que no maximice la violencia, porque la violencia no es inevitable.

Calderón Hinojosa se incomodó con los comentarios de los expertos e interrumpió al consultor Eduardo Guerrero: “¿Qué países han hecho ese milagro, no, de tener un problema y de poder maximizar la seguridad, de poder reducir a los criminales y no tener violencia?”

El consultor citó el Chicago y Los Ángeles del siglo pasado, pero el Presidente no le concedió razón: “Evidentemente han tenido sus periodos de extrema violencia, aunque sean lugares aislados [...] Jamás fue así ni en Chicago ni en Boston, ni en Miami ni Nueva Orleans”.

Sobre la batalla de la información, Calderón admitió que la comunicación en su gobierno no es su fuerte. Dijo que “no hemos sabido explicar qué estamos haciendo, por qué lo estamos haciendo, qué estamos viendo a nuestro alrededor”.

Momentos antes, el escritor Héctor Aguilar Camín, el periodista Jorge Fernández y el académico del Centro de Información y Docencia Económicas (CIDE) Jorge Chabat dijeron que el gobierno debe ganar la batalla de la información en su combate al crimen, porque puede perder en los dos ámbitos “y la estrategia pierde legitimidad”, aseguró Chabat.

“Creo que ha sido, definitivamente, una gran ausencia, fundamentalmente nuestra, el poderle explicar a la gente la narrativa de lo que está ocurriendo. Lo hemos intentado, pero creo que de las cosas que también han quedado claras es que la parte de la comunicación, de la información del gobierno, no ha sido propiamente lo fuerte. Y creo que es una parte medular”, reconoció el mandatario.

El académico Mauricio Merino incluso acusó cerrazón informativa del gobierno, porque es una “muy mala idea, una mala estrategia que sea la propia PGR la que encabece las medidas en contra del IFAI en contra de la transparencia”.



Miguel Molina, asesor del Cisen, comentó: “Si no tenemos un diagnóstico y un propósito para mi gusto suficientemente claros, la sociedad no puede entender qué demonios está pasando”.

Piden lupa a cifras sobre crimen

Arturo Arango, del Instituto Ciudadano de Estudios Sobre la Inseguridad, propuso una norma oficial para las estadísticas del crimen, para sancionar penalmente a quien manipule o “maquille políticamente” las cifras, lo que avaló Calderón.

Guerrero afirmó que el Presidente apresuró la guerra y no hizo un análisis y diagnóstico certeros para que el combate no nos atrapara, “como parece que ocurre”.

Ante ese reclamo, el Presidente respondió: “Uno pudiera desear que se tomaran todas las cosas su tiempo, pero le aseguro que hubo una previsión adecuada en tiempo; y otro detalle: en muchos lugares del país cuando la gente es víctima de extorsión, secuestro, asesinato o violencia y pide atención, créame que no hay mucho tiempo para la reflexión y el análisis”.

El jurista Sergio López Ayllón alertó que en esta guerra antinarco “se está actuando en un vacío jurídico muy peligroso para el Ejército, para la sociedad civil y para el futuro del país […] es urgente definir cuál es el marco jurídico”.

Perciben un “Estado débil”

Mauricio Merino criticó que la Federación pelee con las entidades: “Yo creo, señor Presidente, que no es una buena idea decir que todos los estados fracasan […] una buena forma de sacar este tema de la pelea electoral es la honestidad de Estado. Usted ha calificado esos diálogos como unos que están en busca de una política de Estado. Para darles estatura de Estado hay que quitarles la estatura partidaria, y para quitarles la estatura partidaria hay que meter a la sociedad en este juego”.

Arturo Alvarado, de El Colegio de México, comentó que en el país no sólo están creciendo las cifras de muertes por la criminalidad, sino por los suicidios, y que hay un ejército paralelo de policías privados, parapolicías y paramilitares que son un gran problema.

Joaquín Villalobos, ex guerrillero en El Salvador, dijo que ante la situación de inseguridad que se vive actualmente, “lo que nos sale es un Estado débil”.
Jorge Ramos, El Universal, 4 de agosto.

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