“Porque los queremos vivos”

Porque los queremos vivos”. Es el título de la protesta silenciosa. La marcha arropa a reporteros de medios disímbolos. Son decenas. En activo e inactivos. Hasta los impensables. Incluso simpatizantes, funcionarios de oficinas de prensa, relacionistas y personajes folclóricos, como el que ata eslabones a su boca; o ése que, de capa negra y pantalones cortos entallados, manipula una especie de robot con las iniciales CNI en su micrófono y pregona ser “leal” a Moreno Valle.

La marcha parte del Ángel de la Independencia. Por ahí vienen Daniela Pastrana, Elia Baltazar y Marcela Turati, las principales promotoras del evento en una página de Facebook. La amplia manta es sostenida por varios reporteros. Trae los nombres de 64 informadores que, desde 2000, han perdido la vida, más 11 desaparecidos.

“No queremos más compañeros asesinados, secuestrados ni desaparecidos, porque no queremos zonas de silencio en el país”, dice el comunicado. “Rechazamos cualquier acto de intimidación contra la libertad de expresión porque defendemos el derecho de los ciudadanos a saber”.

Es pasado del mediodía. Caminan despacio. Algunos vienen acompañados de sus hijos. En una de las pancartas se lee: “Por tu derecho a saber y mi derecho a informar, alto a la impunidad, no más agresiones contra periodistas”. Una más: “Porque hay silencios que aniquilan, el de la prensa es mortal”. Y otra: “Porque los queremos vivos… los buscamos: 12 periodistas siguen desaparecidos y 64 no han sido resueltos”.

Y ahí van. En el camino se adhieren más. En la glorieta a Colón aparece una manta, enmarcada con el letrero “Se buscan” y abajo las fotografías de los periodistas Ciro Gómez Leyva, Pedro Ferriz, Carlos Marín y Pablo Hiriart, y abajo, una inscripción: “Peligrosos seudoperiodistas, integrantes del Cártel (desinformativo) del Milenio y asociados”. En la parte inferior: “Recompensa El bienestar de millones de mexicanos”.

Hay quienes reprueban el hecho. Es otra protesta silenciosa con ceños fruncidos y expresiones de extrañeza. “¿Viste?”, pregunta un reportero. “¡Qué mamadas son esas!”, dice y mueve la cabeza, como muestra de rechazo. Surgen preguntas. ¿Quiénes la colgaron? “El cártel de los ultras”, reflexiona otro.

Las periodistas Grace Navarro, fotógrafa, y Ana Ávila, reportera, apenas logran desatar y quitar la manta, pues, como a los demás, consideran el panfleto como una provocación. “Se supone que estamos para ser solidarios, no para arraigar el encono”, exclama Ávila, quien añade que se trata de una situación “muy violenta” por parte de quienes pusieron el letrero.

Una pareja, hombre y mujer, se acercan a ellas y preguntan la razón por la que desatan el letrero. “Porque es una manifestación de los periodistas y no tenemos que permitir una manta contra ellos”, responden Grace y Ana. La mujer les reprocha que son ellas las “intolerantes”, porque mientras luchan por la libertad de expresión, dicen, no permiten expresarse a los demás.

Luego enrollaron la manta y se la entregan a un policía preventivo, quien mete el lienzo en una patrulla. En ese momento –relatarían Ana y Grace – llega la analista y conductora Rossana Fuentes Berain, quien reclama a los policías por el hecho de haber permitido poner ese tipo de letreros, pero no le responden.

Y la marcha sigue.

Y da vuelta en la calle Morelos. “¡Ni uno más, ni uno más, ni uno más!”, repite el coro. Algunos manifestantes llevan esparadrapos en la boca. “Le tengo rabia al silencio”, describe otro letrero. “Por la pluralidad, protección para periodistas, fotógrafos, camarógrafos. Los queremos vivos”.

Epigmenio Ibarra, colaborador de este diario, cámara al hombro, no deja de filmar. La marcha quiebra por Abraham González y llega a la puerta principal de la Secretaría de Gobernación, donde cuelgan la manta que encabeza el contingente. Enseguida la despliegan con los nombres de los 12 periodistas desaparecidos y de los 64 asesinados.

El coro de “ni uno más, ni uno más”, se repite. En la calle, al pie de la banqueta, grafitean con tinta roja imágenes en pancartas y ejemplares de revistas y periódicos. Algunos reporteros visten playeras negras y letreros que expresan su sentir: “Por nuestro derecho a saber y nuestro derecho a informar”.

Elia Baltazar, en medio del murmullo, les da las gracias y da por concluida la marcha, pero la mayoría se queda ahí, charlando, pues muchos festejan el reencuentro después de meses o años.

Y ahí también quedan los nombres impresos de los informadores asesinados y desaparecidos, y el reclamo: “Por tu derecho a saber y mi derecho a informar, no más agresiones contra periodistas”. Y más: “Los queremos vivos”.

Réplicas en siete estados

Periodistas de Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Michoacán, Oaxaca y Chiapas, marcharon para unirse al movimiento nacional “Los queremos vivos” contra la violencia hacia comunicadores.

En Ciduad Juárez más de 100 periodistas marcharon y se manifestaron frente a la sede de la Procuraduría General de la República, en demanda de que se les brinde mayor seguridad en el desarrollo de su labor informativa.

En la movilización, que inició poco después del mediodía, participaron varios reporteros de distintos medios de comunicación, quienes exigieron se refuerce la seguridad para todos los informadores y cesen las amenazas del crimen organizado en su contra.(México. Notimex)

Humberto Ríos Navarrete, Milenio, 8 de agosto.

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