El historiador Enrique Florescano aseguró que la situación de los indígenas en México “es terrible” y no podrá resolverse con un congreso de expertos, así que propuso la conformación de un programa nacional de atención indígena, coherente y unificado, que contemple las condiciones regionales y culturales de estas comunidades.
Aclaró que para esto es importante dejar de mirar el glorioso pasado y enfocarse en los problemas actuales que viven estos grupos. Además, dijo que el gobierno mexicano debe detallar cuáles serán sus compromisos para resolver esta situación.
En su conferencia en el coloquio “Participación Indígena en los Procesos de Independencia y Revolución Mexicana”, que se llevó a cabo en el Auditorio Jaime Torres Bodet del INAH, el historiador enfatizó que aunque la población indígena se ha incrementado, en comparación con el siglo XVI, “en este momento el fenómeno de la migración que se registra no debe perderse de vista, la cual es cada vez mayor para buscar mejores condiciones de vida”.
El coloquio continuará en tres sedes más: en Guadalajara el 13 de agosto, Monterrey el 8 de septiembre y en San Cristóbal de las Casas el 22 de octubre, para conocer la riqueza y diversidad cultural de los pueblos indígenas de México.
CARNADA HUMANA. Para Xabier Abreu Sierra, director de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CNDPI), los indígenas participaron como actores en los movimientos de Independencia y Revolución, pero lo hicieron en pocos puestos de mando y en muchos casos sólo se convirtieron en una carnada.
Demandó la necesidad de una política pública indígena y no indigenista, y recordó que durante las décadas de los cincuenta y sesenta las políticas de gobierno intentaron integrar a los indígenas a un mestizaje obligado, que provocó la vergüenza del habla de esa lengua.
Sin embargo, detalló, ahora los indígenas buscan un sitio en el siglo XXI y quienes resumen en una frase sus demandas: “Queremos seguir siendo lo que somos, pero no queremos seguir estando como estamos”.
“Esto quiere decir que los indígenas nos demandan desarrollo con identidad, manteniendo la multiplicidad de identidades que le dan valor cultural a nuestra nación, superando pobreza, marginación, discriminación y los más bajos índices de desarrollo humano”, dijo.
Explicó que “nuestros pueblos quieren mantener la sabiduría de sus abuelos, las lenguas maternas, sus formas de organización social y de cosmovisión, y el sentido de propiedad de la tierra, con acceso a una educación bilingüe, donde no se pierdan las lenguas madres, así como a la salud, respetando la medicina tradicional”.
Durante la primera mesa, el investigador John Tutino apuntó que una realidad del mundo indígena se resume en dos figuras: Benito Juárez y Porfirio Díaz, quienes “llegaron al poder, pero ambos al ser educados y formados como liberales sus carreras políticas estuvieron encauzadas a enarbolar ese liberalismo y no su indigenismo zapoteco”.
El coloquio incluyó tres mesas de trabajo: “La participación indígena en los movimientos de Independencia y Revolución Mexicana”; “A doscientos años, los pueblos y comunidades indígenas en el contexto contemporáneo”; y “El futuro de los pueblos indígenas: ¿desarrollo con identidad?”.
Aclaró que para esto es importante dejar de mirar el glorioso pasado y enfocarse en los problemas actuales que viven estos grupos. Además, dijo que el gobierno mexicano debe detallar cuáles serán sus compromisos para resolver esta situación.
En su conferencia en el coloquio “Participación Indígena en los Procesos de Independencia y Revolución Mexicana”, que se llevó a cabo en el Auditorio Jaime Torres Bodet del INAH, el historiador enfatizó que aunque la población indígena se ha incrementado, en comparación con el siglo XVI, “en este momento el fenómeno de la migración que se registra no debe perderse de vista, la cual es cada vez mayor para buscar mejores condiciones de vida”.
El coloquio continuará en tres sedes más: en Guadalajara el 13 de agosto, Monterrey el 8 de septiembre y en San Cristóbal de las Casas el 22 de octubre, para conocer la riqueza y diversidad cultural de los pueblos indígenas de México.
CARNADA HUMANA. Para Xabier Abreu Sierra, director de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CNDPI), los indígenas participaron como actores en los movimientos de Independencia y Revolución, pero lo hicieron en pocos puestos de mando y en muchos casos sólo se convirtieron en una carnada.
Demandó la necesidad de una política pública indígena y no indigenista, y recordó que durante las décadas de los cincuenta y sesenta las políticas de gobierno intentaron integrar a los indígenas a un mestizaje obligado, que provocó la vergüenza del habla de esa lengua.
Sin embargo, detalló, ahora los indígenas buscan un sitio en el siglo XXI y quienes resumen en una frase sus demandas: “Queremos seguir siendo lo que somos, pero no queremos seguir estando como estamos”.
“Esto quiere decir que los indígenas nos demandan desarrollo con identidad, manteniendo la multiplicidad de identidades que le dan valor cultural a nuestra nación, superando pobreza, marginación, discriminación y los más bajos índices de desarrollo humano”, dijo.
Explicó que “nuestros pueblos quieren mantener la sabiduría de sus abuelos, las lenguas maternas, sus formas de organización social y de cosmovisión, y el sentido de propiedad de la tierra, con acceso a una educación bilingüe, donde no se pierdan las lenguas madres, así como a la salud, respetando la medicina tradicional”.
Durante la primera mesa, el investigador John Tutino apuntó que una realidad del mundo indígena se resume en dos figuras: Benito Juárez y Porfirio Díaz, quienes “llegaron al poder, pero ambos al ser educados y formados como liberales sus carreras políticas estuvieron encauzadas a enarbolar ese liberalismo y no su indigenismo zapoteco”.
El coloquio incluyó tres mesas de trabajo: “La participación indígena en los movimientos de Independencia y Revolución Mexicana”; “A doscientos años, los pueblos y comunidades indígenas en el contexto contemporáneo”; y “El futuro de los pueblos indígenas: ¿desarrollo con identidad?”.
Juan Carlos Talavera, La Crónica, 6 de agosto.
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