Deber constitucional, actuar contra el crimen: Calderón

Actuar con la ley en la mano y la fuerza del Estado ante los embates de la criminalidad era un deber constitucional, político, legal y ético del gobierno democrático en el que vivimos, afirmó el presidente Felipe Calderón al defender su estrategia a favor de la seguridad.

En alusión a las imputaciones que un grupo de personas le hicieron ante la Corte Penal Internacional, el mandatario llamó a ser muy claros y no confundirse: "Son los criminales, las bandas criminales las que buscan a través de la amenaza, de la violencia, a través del terror, violar sistemáticamente la vida, la seguridad, la libertad y el patrimonio y los derechos básicos de los mexicanos".

Al encabezar la ceremonia del Centenario de la Promulgación del Plan de Ayala, acompañado por el gobernador de Morelos, Marco Adame, y ante familiares del general Emiliano Zapata, Tiburcio Zapata Fierros, nieto, y Benjamín Zapata Amaro, bisnieto, el primer mandatario aseguró que su gobierno busca la recomposición del tejido social, que la gente tenga oportunidades de una mejor vida, tal como lo soñaba Emiliano Zapata, y en ello la apuesta gubernamental busca también darle un gran impulso a la educación para que "haya más becarios y menos sicarios".

"Sabemos que un joven que estudia es un joven que estará alejado de las bandas y de las drogas, por eso en México impulsamos que haya oportunidades sociales, en el campo y en la ciudad que permitan reconstruir un tejido social largamente erosionado por falta de condiciones de justicia en el país", señaló.

Indicó que su gobierno es partidario de los ideales consagrados en el Plan de Ayala, "porque más allá de caudillismos o de nombres,  lo que hace falta es un fortalecimiento de las ideas y de los principios".

 En el evento el edil de Ayala, Isaac Pimentel, le refrendó su apoyo de cara a las críticas vertidas por el escritor Fernando Vallejo al señalar que el escritor, quien dijo que el mandatario es indigno de ocupar el puesto que ocupa, "desconoce que sólo los mexicanos podemos juzgar la actuación de Calderón".

En las instalaciones de lo que fuera la humilde vivienda del general insurgente, el primer mandatario pidió ser congruentes y estar dispuestos, como el general Zapata, a luchar incluso con la propia vida, por las causas que son las justas y las que se necesitan para el país. "Todos los mexicanos tenemos lecciones de orgullo, de coraje y dignidad. Él nos mostró que para trascender hay que ser congruentes entre lo que se piensa, se dice o se hace".

A su juicio, tanto Zapata como su gobierno enarbolan los principios para buscar siempre e indeclinablemente la justicia; "principios para construir un país de leyes, no obstante y a pesar de los riesgos que implica construir un país de leyes".

Si bien comentó que el reparto agrario ha cumplido su misión y ha dado tierra a la gente del campo, admitió que queda aún pendiente la asignatura de que esa tierra y el campesino  puedan contar con las condiciones adecuadas de asesoría, capacitación y financiamiento para que sea productiva, generadora de oportunidad, de superación y no simplemente un reparto masivo de pobreza y de miseria como por desgracia, durante muchos años, a eso se redujo el reparto.


Cecilia Téllez en Ayala, La Crónica, 29 de noviembre.