A menos de 24 horas de haber sido nombrados por la Cámara de Diputados, los tres nuevos miembros del Consejo General del IFE, María Marván, Sergio García Ramírez y Lorenzo Córdova, acudieron a su segunda jornada laboral para votar los montos de financiamiento a los partidos políticos.
Se trata de la segunda ocasión en que sesionó el IFE con su Consejo General íntegro, luego de más de un año de haber permanecido incompleto.
Inició a las 11 de la mañana; sin embargo, los tres funcionarios electorales arribaron a la sede del organismo con horas de anticipación para concluir con la recepción de sus oficinas, equipos y herramientas de trabajo.
Pasadas las 9 de la mañana, Marván, Córdova y García Ramírez se aprestaban a tomar plena posesión de las instalaciones que ocuparán durante los próximos nueve años, y que ante una sorpresiva designación obligó al personal de intendencia, sistemas y recursos humanos del instituto a circular agitadamente por el edificio destinado para estos espacios.
En medio del trajín de computadoras, documentos, trapeadores y copias de llaves que circulaban por los pasillos, los consejeros aprovecharon para acudir a saludar al consejero presidente, Leonardo Valdés; posteriormente, uno tras otro, ante el secretario general, Edmundo Jacobo, para establecer los últimos detalles de su ingreso a la institución.
Al término de la sesión, Marván tuvo el primer acercamiento con los reporteros, a quienes bromeó diciendo que su llegada podría calificarse como “abrumadora”, mientras sus dos compañeros pasaron de largo por el lugar atiborrado de micrófonos, cámaras y grabadoras.
Córdova y García Ramírez abandonaron las instalaciones por la tarde debido “a la imposibilidad de haber cancelado compromisos previos por su sorpresivo nombramiento, por lo que ya no les dio tiempo de suspenderlos”.
Marván, por su parte, dedicó las siguientes horas a presentarse ante el personal electoral y dar lectura a las engrosadas carpetas ubicadas en su nuevo escritorio. Su equipo de trabajo, hasta el momento, es el más numeroso entre los tres nuevos consejeros.
Córdova, con un par de colaboradores, aprovechó para presentarse a la secretaria que recién le fue asignada, intercambiar teléfonos y detalles de la agenda del día.
En el pasillo, un solitario García Ramírez caminó hacia su oficina, abrió con las llaves recién entregadas y sonrió ante la soledad del espacio, tras lo que solicitó un teléfono para hacer una llamada, pues hasta el momento no contaba con uno y, aparentemente, no contaba con un celular.
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