Guerra de alto impacto al narco

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) busca prepararse para librar una batalla “de alto impacto” contra los cárteles de la droga, y para tal fin solicitó la compra de seis helicópteros artillados con lanzacohetes, ametralladoras calibre 0.50 mm y 7.62 mm, blindaje parcial y faros de luz infrarroja.

Se trata de aeronaves modelo EC-725 Cougar fabricadas por la empresa francesa EADS/Eurocopter, con tecnología de punta, con las cuales pretende sustituir parte de la flota de los 10 helicópteros MI-17 que están alcanzado, y en algunos casos ya superaron, su periodo de vida útil.

La dependencia señala en el análisis costo-eficiencia que fue entregado a la Secretaría de Hacienda para su aprobación el pasado 20 de marzo —en el cual justifica la “adquisición de helicópteros nuevos para apoyo de operaciones de alto impacto y Plan DN-III-E”—, que a “medida que el narcotráfico y la delincuencia organizada vean amenazados sus intereses se encontrarán con la necesidad de diversificar sus procedimientos y áreas geográficas de dominio, para lo cual es necesario tener una rápida respuesta, tanto en tiempo, recursos y esfuerzos”.

El costo estimado de la compra de las aeronaves es de 3 mil 185 millones de pesos.

Un primer pago habrá de realizarse este mismo año equivalente a 50% del anticipo del monto total del contrato (mil 592 millones de pesos) que ampara los seis helicópteros y el paquete logístico que incluye herramienta especial y equipo de apoyo en tierra, adiestramiento para tripulaciones y especialistas, así como actualización de bibliografía técnica por un plazo de cinco años y asistencia técnica por 30 meses.

Los siguientes pagos tendrán que realizarse entre 2011 y 2012, una vez que se efectúe a entera satisfacción la recepción definitiva de cada una de las aeronaves.

La dependencia advierte que una negativa de las autoridades hacendarias implica poner en riesgo la seguridad nacional, al reducirse paulatinamente el apoyo a las operaciones de alto impacto en contra del narcotráfico y la delincuencia organizada, así como la aplicación del Plan DN-III-E en auxilio a la población civil en casos de desastre, aumentando las eventualidades en la operación de las aeronaves, así como el incremento en los costos de operación y mantenimiento de las mismas, en virtud de las condiciones deficientes en que se encuentra el parque de helicópteros a disposición de la Sedena.

Asegura que debido a la política establecida por el Ejecutivo federal en relación con el combate al crimen organizado, las misiones aéreas en apoyo se han incrementado de manera significativa principalmente con el empleo de helicópteros MI-8, MI-17 y UH-60L (Black Hawk), los cuales presentan ya serios problemas:

Actualmente se dispone de ocho helicópteros MI-8, de fabricación rusa, asignados al Escuadrón Aéreo 303 (Santa Lucía, estado de México), los cuales son empleados para realizar misiones de transporte aéreo, búsqueda, rescate y evacuación, adiestramiento, lanzamiento de paracaidistas y cuando se requiera apoyo en la aplicación del Plan DN-III-E.



Considerando la vida operativa máxima de 20 años para este tipo de aeronaves a nivel internacional, a los helicópteros MI-8 de la Sedena les quedan cuatro años de operación y es previsible que alcancen la obsolescencia hacia finales de 2012.

Por lo que respecta a los 19 helicópteros MI-17, de fabricación rusa, asignados también al Escuadrón Aéreo 303, el principal problema radica en la dependencia logística en un país en donde la disponibilidad de componentes no es la adecuada y a que las empresas del ramo aeronáutico en México no tienen capacidad de proporcionar el refaccionamiento o mantenimiento estructural, lo que origina que se prolonguen los tiempos de mantenimiento preventivo y correctivo, con elevados costos de mantenimiento y conservación, y que las aeronaves permanezcan más tiempo fuera de servicio.

La Fuerza Aérea Mexicana tiene en este momento dos helicópteros tipo MI-17 con más de 20 años de vida operativa, cuatro con solamente un año de vida útil, tres con dos años de vida útil y uno con tres años; quedando solamente nueve helicópteros con 10 años de vida útil. Además, los equipos de comunicación y navegación que tienen instalados dichas aeronaves son obsoletos y de difícil reposición o reparación en comparación con las unidades modernas.

La Fuerza Aérea Mexicana también dispone de seis helicópteros UH-60L (Black Hawk) de fabricación estadounidense, asignados al Escuadrón Aéreo 101 (Santa Lucía, Edomex).

Dada su versatilidad, realizan una amplia gama de misiones en apoyo a unidades de fuerzas especiales y operaciones de alto impacto en contra del narcotráfico.

Sin embargo, presentan el inconveniente de que fueron adquiridos con el Programa de Ventas Militares al Extranjero (FMS), lo cual limita el refaccionamiento, requiriendo la autorización del Departamento de Estado de EU para la adquisición de sus principales componentes, marcando una alta dependencia logística de las decisiones de gobiernos extranjeros, siendo además su costo de operación y mantenimiento elevado.

Por si fuera poco, debido al incremento en las operaciones de alto impacto en contra del narcotráfico y delincuencia organizada, así como a la susceptible aplicación del Plan DN-III-E, se han estado utilizando con índice de frecuencia alto y aún así resultan insuficientes para cubrir las necesidades de las misiones encomendadas por el Mando Supremo de las Fuerzas Armadas Mexicanas.

Por ello, la Sedena considera conveniente modernizar e incrementar en forma paulatina la capacidad operativa de la flota de aeronaves de ala rotativa de la Fuerza Aérea Mexicana, en respuesta a las necesidades que demanda la dinámica que actualmente vive el país y las amenazas a la seguridad nacional.

La dependencia explica que las horas voladas en la presente administración equivalen a 33.37 % del total de horas voladas durante todo el sexenio anterior (336 mil 490 horas), y que de continuar con este ritmo operativo, “estaremos alcanzando en cuatro años lo volado durante el sexenio pasado”.

Por lo anterior, se requiere contar en breve tiempo con una mayor disponibilidad de aeronaves tipo EC-725 Cougar de ala rotativa a fin de sustituir las aeronaves que están próximas a concluir su vida útil o ya la finalizaron, las cuales representan 30.3% (10 MI-17) del total de aeronaves sujetas de análisis, considerando que a la fecha (febrero 2009) se tiene 39.4% (13 aeronaves) en inspección mayor, 30.3% (10 aeronaves) en mantenimiento programado/correctivo y sólo 30.3% (10 aeronaves) operativas.

Así, con un adecuado refaccionamiento para los nuevos helicópteros que se están solicitando, se puede garantiza durante la presente administración y tres sexenios más el óptimo y efectivo apoyo a las operaciones de alto impacto en contra del narcotráfico y la delincuencia organizada, así como a la susceptible aplicación del Plan DN-III-E, evitando grandes erogaciones de recursos debido al mayor mantenimiento y gastos de operación de las aeronaves actuales y menor disponibilidad de sus componentes en el mercado.
Noé Cruz Serrano, El Universal, 13 de abril.

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