Las expectativas, de medianas a bajas

La visita a México del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durará 21 horas y, contrario a los planes del gobierno mexicano, a la cena que ofrecerá Felipe Calderón a su invitado asistirán menos de cien personas.

Fuentes de Los Pinos señalaron que las expectativas sobre los resultados del encuentro son de medianos a bajos, por tratarse de una primera reunión formal, ya como presidentes, y porque en puntos torales de la relación se requiere impulsar modificaciones legales con el concurso del Congreso estadunidense.

Desde ahora, en círculos de la Presidencia se ve cuesta arriba lograr un compromiso concreto en torno a una reforma migratoria, por el contexto de crisis económica en Estados Unidos, y lo mismo ocurre con la prohibición de la importación de armas, que para concretarse requiere cambios constitucionales en el vecino país. Debido a estas dificultades, México pondrá énfasis en mejorar los cruces migratorios para impedir el paso de armamento.

Por ahora, mencionan en las oficinas presidenciales, el tema que se podrá impulsar con mayor solidez es el de la seguridad, rubro en el que Obama contaría con mayor respaldo de su partido, de los republicanos y de diversos sectores sociales. Por este motivo, en Los Pinos consideran conveniente “bajar” las expectativas en torno a la gira de Obama.

Su estancia será de menos de un día, ya que llegará el jueves a las 13 horas y saldrá el viernes a las 9:50 rumbo a Trinidad y Tobago, para participar en la Cumbre de las Américas. En el Hangar Presidencial lo recibirá el embajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhán.

Fue a petición del gobierno estadunidense que la Presidencia tuvo que reducir el número de lugares para la cena, a efectuarse en el Museo Nacional de Antropología a las 20 horas. En la lista de asistentes están líderes de los tres poderes, los integrantes del gabinete, dirigentes de cúpulas empresariales y religiosas, así como directivos de medios de comunicación, además de 30 invitados del gobierno de Estados Unidos.

Y es que si algo definió la agenda de Obama en México es lo relacionado con su seguridad personal. Como el Campo Marte es un espacio “muy abierto”, se optó por lugares cerrados y manejables para los equipos de seguridad de ambos países.

Previamente, en el museo, Barack Obama también se reunirá en privado con líderes parlamentarios y sostendrá un encuentro con representantes de la sociedad civil, en un esquema denominado hall town meeting (reunión de cabildo), con el propósito de que el jefe de la Casa Blanca pueda conocer de voz directa de sus interlocutores sus opiniones sobre diversos temas.

Además, el mandatario estadunidense recorrerá una sala del Museo de Antropología.
Claudia Herrera Beltrán y Georgina Saldierna, La Jornada, 15 de abril.

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