Bogotá, 19 de diciembre. Colombia anunció hoy que planea reforzar la presencia militar en su frontera con Venezuela con la construcción de una nueva base y la “activación” inmediata de dos batallones aéreos en otros puntos de la frontera, a fin de enfrentar a los grupos armados ilegales y proteger la zona limítrofe con el vecino país.
El ministro de Defensa, Gabriel Silva, informó que la nueva base será construida en la península de la Guajira, en el extremo norte del país, cerca al municipio de Nazaret, y albergará a cerca de mil hombres. Será además, dijo, un centro de atención integral para la comunidad indígena wayúu que vive en la región y es el “punto estratégico desde la perspectiva de la defensa”.
Silva indicó que la base será financiada con recursos de un impuesto al patrimonio que se cobra a colombianos cuyo capital es superior a un millón 500 mil dólares, aunque no precisó la fecha de construcción. “Es una vieja aspiración de las fuerzas militares de tener presencia digna y suficiente aquí”, aseveró.
El comandante del ejército, general Óscar González, anunció en paralelo la “activación” de seis batallones de aviación y uno de fuerzas especiales, dos de ellos en la frontera con Venezuela, con el que su país vive una crisis diplomática por un controvertido convenio militar suscrito recientemente entre Bogotá y Washington.
“Hemos recibido equipos estratégicos y aeronaves para la defensa y la seguridad de la patria, con las cuales estamos mejorando la capacidad de reacción del ejército. Estas nuevas unidades contarán con una flota moderna dotada con equipos de alta tecnología”, dijo González. Dos de esos batallones, agregó, se ubicarán en la frontera con Venezuela, uno en La Guajira y otro en Arauca.
Venezuela congeló sus relaciones comerciales con Colombia en julio a raíz del acuerdo militar firmado en octubre entre Colombia y Estados Unidos, que permite la presencia de soldados estadunidenses en seis bases militares colombianas los próximos 10 años.
El gobierno de Hugo Chávez considera que el convenio es una amenaza directa para su país.
Con los seis batallones de aviación y uno de fuerzas especiales para incrementar su capacidad de combate contra la guerrilla y el narcotráfico, plan estratégico que también contempla repeler una agresión externa, la aviación del ejército colombiano se convierte en una de las más numerosas y mejor entrenadas de América Latina, con unos 120 helicópteros de fabricación estadunidense y rusa, según fuentes de seguridad.
La mayoría de helicópteros comprados en los últimos años por la aviación del ejército colombiano son Black Hawk UH-60 fabricados en Estados Unidos y MI-17 rusos. Dichas aeronaves han permitido mayor capacidad de movilización de las tropas y de combate en la lucha contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, el Ejército de Liberación Nacional y el narcotráfico.
Entre los nuevos batallones de aviación, conformados por cerca de 400 efectivos, se mencionó que dos más operarán en las bases de Tolemaida y Larandia, incluidas en el acuerdo de cooperación militar colombo-estadunidense.
En tanto, medios de prensa y políticos venezolanos insistieron en denunciar un plan “desestabilizador” en el estado fronterizo de Táchira, con acusaciones contra el gobernador local César Pérez Vivas, de que hace el papel de “cabeza de playa” del presidente colombiano Álvaro Uribe. Detrás de esas actividades también estarían los sindicatos del partido político opositor Acción Democrática y grupos estudiantiles.
El ministro de Defensa, Gabriel Silva, informó que la nueva base será construida en la península de la Guajira, en el extremo norte del país, cerca al municipio de Nazaret, y albergará a cerca de mil hombres. Será además, dijo, un centro de atención integral para la comunidad indígena wayúu que vive en la región y es el “punto estratégico desde la perspectiva de la defensa”.
Silva indicó que la base será financiada con recursos de un impuesto al patrimonio que se cobra a colombianos cuyo capital es superior a un millón 500 mil dólares, aunque no precisó la fecha de construcción. “Es una vieja aspiración de las fuerzas militares de tener presencia digna y suficiente aquí”, aseveró.
El comandante del ejército, general Óscar González, anunció en paralelo la “activación” de seis batallones de aviación y uno de fuerzas especiales, dos de ellos en la frontera con Venezuela, con el que su país vive una crisis diplomática por un controvertido convenio militar suscrito recientemente entre Bogotá y Washington.
“Hemos recibido equipos estratégicos y aeronaves para la defensa y la seguridad de la patria, con las cuales estamos mejorando la capacidad de reacción del ejército. Estas nuevas unidades contarán con una flota moderna dotada con equipos de alta tecnología”, dijo González. Dos de esos batallones, agregó, se ubicarán en la frontera con Venezuela, uno en La Guajira y otro en Arauca.
Venezuela congeló sus relaciones comerciales con Colombia en julio a raíz del acuerdo militar firmado en octubre entre Colombia y Estados Unidos, que permite la presencia de soldados estadunidenses en seis bases militares colombianas los próximos 10 años.
El gobierno de Hugo Chávez considera que el convenio es una amenaza directa para su país.
Con los seis batallones de aviación y uno de fuerzas especiales para incrementar su capacidad de combate contra la guerrilla y el narcotráfico, plan estratégico que también contempla repeler una agresión externa, la aviación del ejército colombiano se convierte en una de las más numerosas y mejor entrenadas de América Latina, con unos 120 helicópteros de fabricación estadunidense y rusa, según fuentes de seguridad.
La mayoría de helicópteros comprados en los últimos años por la aviación del ejército colombiano son Black Hawk UH-60 fabricados en Estados Unidos y MI-17 rusos. Dichas aeronaves han permitido mayor capacidad de movilización de las tropas y de combate en la lucha contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, el Ejército de Liberación Nacional y el narcotráfico.
Entre los nuevos batallones de aviación, conformados por cerca de 400 efectivos, se mencionó que dos más operarán en las bases de Tolemaida y Larandia, incluidas en el acuerdo de cooperación militar colombo-estadunidense.
En tanto, medios de prensa y políticos venezolanos insistieron en denunciar un plan “desestabilizador” en el estado fronterizo de Táchira, con acusaciones contra el gobernador local César Pérez Vivas, de que hace el papel de “cabeza de playa” del presidente colombiano Álvaro Uribe. Detrás de esas actividades también estarían los sindicatos del partido político opositor Acción Democrática y grupos estudiantiles.
AFP, PL y Reuters, La Jornada, 20 de diciembre.
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