Las negociaciones al interior del tricolor, en las que participan la dirigencia nacional y los factores de poder en los estados, apuntan a que todos los candidatos serán elegidos a través de convenciones de delegados, considerado como el método más cerrado de los estatutos priistas.
Al evitar los procesos de selección abiertos, el PRI permite que los gobernadores puedan mantener el control sobre quienes participan en las convenciones y, por lo tanto, en la elección del abanderado.
Además, en todos los casos estará abierta la posibilidad de negociar candidaturas de unidad, que recaerá, según la costumbre, sobre personajes cercanos a los gobernadores.
Apenas la semana pasada, la Comisión Política Permanente del Revolucionario Institucional ratificó cinco de los 11 métodos de elección de candidatos.
Con la decisión, se confirmó que los aspirantes a gobernadores de Chihuahua, Durango, Hidalgo, Tamaulipas y Veracruz, serán seleccionados en una convención de delegados.
Está pendiente de ratificar la decisión del PRI de Oaxaca, que también optó por ese método.
Se espera que el Comité Ejecutivo Nacional sólo tenga peso definitivo en la selección de los aspirantes donde el PRI no es gobierno, como son Aguascalientes, Zacatecas y Tlaxcala.
Las convenciones se deben integrar con los miembros del Consejo Político Estatal, representantes de los sectores y organizaciones en cada estado y unos mil 300 delegados más de manera directa en asambleas distritales.
Los priistas de los estados de Puebla, Sinaloa, Aguascalientes, Zacatecas y Tlaxcala tienen pendiente la selección del método interno, el cual deberán determinar en las primeras semanas del próximo año.
Mientras tanto, la Comisión Nacional de Procesos Internos del PRI ya prepara la elaboración de las convocatorias para la inscripción de los contendientes.
Se espera que la primera en emitirse sea la de Chihuahua, programada para el 7 de enero.
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