Prevén desastres por fracaso de la cumbre en Copenhague

Una réplica del Ángel de la Independencia parcialmente inundada con aguas sucias, rodeada de autos que chocaban y circulaban a su alrededor, forma parte de una hipotética realidad que vivirá México en un futuro muy cercano ante la incapacidad de los líderes del mundo para llegar a acuerdos vinculantes sobre el cambio climático en la cumbre de Copenhague, Dinamarca.

Y es que las inundaciones y la devastación, de acuerdo con los activistas, serán de las primeras manifestaciones que experimentará el mundo ante un incremento de 2 por ciento de la temperatura promedio durante el siglo XXI.

Ante “el fracaso de los jefes de estado” en la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, “todos vamos a sufrir las consecuencias de su incapacidad para actuar, pero serán los países pobres, un total de 170 millones de personas en el mundo, los que sufrirán los peores impactos.

“Tan sólo en las zonas costeras de nuestro país hay 20 millones de personas vulnerables a inundaciones como la que aquí se representa y que ya han ocurrido en Tabasco y Chiapas. Pero nuestra vulnerabilidad no se detiene ahí: en total hay por lo menos 70 millones de mexicanos con alto riesgo frente a este fenómeno”, dijo el coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace México, Héctor Magallón.

Para Greenpeace, el mundo se encuentra en un estado de emergencia ante el fracaso de Copenhague y la falta de un acuerdo legalmente vinculante que obligara a las naciones industrializadas a reducir al menos un 40 por ciento sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), lo que ya condena al mundo a padecer los efectos catastróficos del cambio climático.

“Políticos: ¡fallaron! ¡Resuelvan su desastre climático! Y lanzaron a todo pulmón un “Bienvenido-Welcome México”, ya que en 2010 nuestro país será la sede de la Conferencia de las Partes de (COP-16), que congregará a más de 192 países, entre jefes de estado, de gobierno y ministros de medio ambiente.

La COP-16 será prácticamente la última oportunidad para salvar al planeta, dijo Magallón, y desde aquí se lanzó un llamado a los políticos del mundo para que resuelvan la crisis del clima que se avecina luego de que dejaron pasar esta oportunidad durante la recién terminada cumbre.

“Los políticos reunidos en Dinamarca durante las dos semanas anteriores fallaron rotundamente ya que no tuvieron la suficiente voluntad política para construir un acuerdo justo, ambicioso y obligatorio para evitar los peores impactos del cambio climático.

“El Acuerdo de Copenhague, que algunos festejan como un paso importante, no lo es, ya que no contiene metas de reducción de emisiones de GEI para países desarrollados. Por lo tanto, no evitará que la temperatura promedio del planeta se incremente más allá de 2 grados centígrados, como recomienda la ciencia. Para no poner en riesgo el futuro de millones de personas en se debe tener un acuerdo justo, enérgico y vinculante, a más tardar el próximo año”, explicó Magallón.

De acuerdo con la información científica proporcionada por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, para impedir que la temperatura promedio del planeta se incremente más de 2 grados durante el presente siglo y evitar los peores impactos de este fenómeno es necesario reducir drásticamente las emisiones de GEI, principalmente de bióxido de carbono (CO2), provenientes sobre todo de la quema de combustibles fósiles y la deforestación.

Para lograrlo, es necesario que los países industrializados reduzcan sus emisiones de GEI en 40 por ciento y detener totalmente la deforestación de los bosques del planeta antes de 2020.

Por su parte, los países en desarrollo deben reducir entre 15 y 30 por ciento sus emisiones. Esto sólo será posible si los países desarrollados, que son los principales causantes del cambio climático, se comprometen a pagar su deuda histórica como mayores emisores de GEI con la creación de un fondo de 140 mil millones de dólares anuales.

“Lo acordado durante la Cumbre del Clima en Copenhague no es justo, ni equitativo ni ambicioso y mucho menos obligatorio. No es justo ya que se espera que los países pobres asuman el costo de un problema que los países más ricos han ocasionado; no es ambicioso ya que los países industrializados se niegan a reducir sus emisiones de GEI de acuerdo con lo que la ciencia y su responsabilidad histórica señalan.

“Y no es obligatorio, ya que lo acordado ni siquiera ha sido adoptado oficialmente por la COP 15. El resultado de Copenhague nos pone en un escenario de incremento de temperatura de al menos 3 grados centígrados y es inaceptable”, acotó.

Según Magallón, los políticos del mundo tienen la oportunidad de arreglar el desastre al que nos están encaminado durante la próxima COP 16. “¡Les exigimos! que actúen con responsabilidad y que durante 2010 actúen conforme a las expectativas de millones de personas en todo el planeta”, concluyó.

Critican el acuerdo

Fidel Castro afirmó que la cumbre terminó con “una iniciativa antidemocrática y virtualmente clandestina”, y acusó a Barack Obama, de pronunciar “un discurso engañoso y demagógico”.

Hugo Chávez dijo que no firmaría el documento final porque se había acordado “por la noche” y “a espaldas” de la mayoría. Evo Morales criticó a países africanos que aceptaron la resolución de la cumbre a cambio de “cheques”.
Blanca Valadez, Milenio, 21 de diciembre.

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