En su primera comparecencia ante la Asamblea Nacional en cuatro años, el ex presidente cubano Fidel Castro, llamó ayer a “los hombres más serenos” del planeta a persuadir al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de no dar la orden de ataque nuclear contra Irán, y propuso a Washington ser “realista dentro del problema” surgido en el Golfo Pérsico y pensar “en enfoques nuevos”, incluso con sus adversarios.
“La ventaja es que Obama no es un (Richard) Nixon, que era un cínico”, dijo Castro en una comparecencia de hora y media ante el legislativo, a la cual fue invitado el cuerpo diplomático -incluido el embajador de México, Gabriel Jiménez Remus-, y la prensa extranjera. Se informó incluso que la cadena CNN “transmitió en vivo” la primera parte de la sesión y que Tele Sur y Cubavisión lo hicieron de igual manera todo el tiempo.
Castro instó a los parlamentarios a contribuir “con el máximo de energía” a la movilización de la opinión pública internacional en torno a este asunto y puntualizó “que lo que estamos haciendo aquí”, en el parlamento, es tratar de que Obama “tome conciencia de esto”.
El octogenario líder cubano, que vistió nuevamente una camisa de corte militar color verde olivo, sin grados, dijo que el presidente de EU “quizás no se ha dado cuenta todavía” de que solo él deberá tomar la decisión de un ataque nuclear, aunque consideró que “sus asesores sí” están conscientes de que en el Golfo Pérsico se están “creando las condiciones” en ese sentido.
Ante la mirada de su hermano, el presidente Raúl Castro, quien vestía una guayabera blanca y no habló, Fidel leyó primero un mensaje de 12 minutos, hablando de pie desde la tribuna, y admitió que hace ocho semanas consideraba “inevitable” un ataque nuclear contra Irán, que repercutiría en la Península de Corea, pero dijo que en estos momentos hay “una profunda esperanza” de evitar el desastre.
Fidel agregó que en esa perspectiva están trabajando potencias como China y Rusia, que inicialmente votaron a favor de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que propició el bloqueo naval que hacen al país persa fuerzas combinada de EU e Israel. “Eso lo palpo, lo siento y además lo sé”, enfatizó en un intercambio posterior con catorce diputados.
Castro también marcó diferencias entre Obama y el liderazgo de Israel, al responder con un sonoro “¡No!”, a la pregunta de si los israelíes podrían ser persuadidos por la comunidad internacional de no emplear su poderío nuclear contra Teherán.
Ocupando por primera vez una butaca en la presidencia del parlamento, desde el inicio de su enfermedad en 2006, Fidel Castro reconoció también la reacción de Washington al suspender la reclusión en una celda de castigo de Gerardo Hernández, uno de los cinco agentes de la inteligencia cubana que cumplen largas penas de prisión en EU.
Castro calificó el aislamiento de “tortura”, pero dijo que la reacción posterior estadunidense “no se había producido en los 12 años” de cárcel que lleva cumplidos Hernández.
La Habana/Manuel Juan Somoza, Milenio, 8 de agosto.
“La ventaja es que Obama no es un (Richard) Nixon, que era un cínico”, dijo Castro en una comparecencia de hora y media ante el legislativo, a la cual fue invitado el cuerpo diplomático -incluido el embajador de México, Gabriel Jiménez Remus-, y la prensa extranjera. Se informó incluso que la cadena CNN “transmitió en vivo” la primera parte de la sesión y que Tele Sur y Cubavisión lo hicieron de igual manera todo el tiempo.
Castro instó a los parlamentarios a contribuir “con el máximo de energía” a la movilización de la opinión pública internacional en torno a este asunto y puntualizó “que lo que estamos haciendo aquí”, en el parlamento, es tratar de que Obama “tome conciencia de esto”.
El octogenario líder cubano, que vistió nuevamente una camisa de corte militar color verde olivo, sin grados, dijo que el presidente de EU “quizás no se ha dado cuenta todavía” de que solo él deberá tomar la decisión de un ataque nuclear, aunque consideró que “sus asesores sí” están conscientes de que en el Golfo Pérsico se están “creando las condiciones” en ese sentido.
Ante la mirada de su hermano, el presidente Raúl Castro, quien vestía una guayabera blanca y no habló, Fidel leyó primero un mensaje de 12 minutos, hablando de pie desde la tribuna, y admitió que hace ocho semanas consideraba “inevitable” un ataque nuclear contra Irán, que repercutiría en la Península de Corea, pero dijo que en estos momentos hay “una profunda esperanza” de evitar el desastre.
Fidel agregó que en esa perspectiva están trabajando potencias como China y Rusia, que inicialmente votaron a favor de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que propició el bloqueo naval que hacen al país persa fuerzas combinada de EU e Israel. “Eso lo palpo, lo siento y además lo sé”, enfatizó en un intercambio posterior con catorce diputados.
Castro también marcó diferencias entre Obama y el liderazgo de Israel, al responder con un sonoro “¡No!”, a la pregunta de si los israelíes podrían ser persuadidos por la comunidad internacional de no emplear su poderío nuclear contra Teherán.
Ocupando por primera vez una butaca en la presidencia del parlamento, desde el inicio de su enfermedad en 2006, Fidel Castro reconoció también la reacción de Washington al suspender la reclusión en una celda de castigo de Gerardo Hernández, uno de los cinco agentes de la inteligencia cubana que cumplen largas penas de prisión en EU.
Castro calificó el aislamiento de “tortura”, pero dijo que la reacción posterior estadunidense “no se había producido en los 12 años” de cárcel que lleva cumplidos Hernández.
La Habana/Manuel Juan Somoza, Milenio, 8 de agosto.
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