WASHINGTON.— Un día después de que el Presidente de México, Felipe Calderón, aceptó abrir el debate sobre la legalización de drogas en su país, la Casa Blanca reafirmó que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, “siempre ha estado en contra de la legalización”.
Así, la puntualización en boca de su portavoz, Robert Gibbs, sólo ha querido dejar en claro la posición que el presidente Obama y sus principales colaboradores en la lucha antinarcóticos —dentro y fuera de Estados Unidos— han mantenido lo mismo en discursos que en documentos, que hoy forman parte de la estrategia en todo el hemisferio.
Esta posición ha sido criticada por algunos especialistas como George Grayson, profesor del College William & Mary y autor del libro Narco-Violence and a Failed State?, quien ayer aplaudió la decisión del presidente Calderón por entreabrir el debate en torno a la legalización: “Ojalá hubiera políticos en Estados Unidos con el valor para proponer este debate, porque aunque una mayoría en este país se sigue oponiendo a la legalización, las tendencias que se observan en muchos estados (incluidos los 14 que ya legalizaron el consumo de mariguana) a favor de abrir la discusión”, dijo Grayson.
El especialista criticó, además, la oposición frontal de la Casa Blanca y de un nutrido grupo de políticos, tanto demócratas como republicanos, contra la legalización de drogas, y consideró que una buena parte del discurso sólo es retórica electoral con miras a las elecciones de medio término, en noviembre.
“Hoy el gobierno se enfrenta a una realidad de 14 estados en donde se ha legalizado la mariguana, y la tendencia en buena parte del país es hacia la legalización, ya que, si bien es cierto que una mayoría de estadounidenses aún está en contra, la casi totalidad de los ciudadanos con menos de 35 años favorecen decididamente la legalización”, dijo.
En medio de un intenso debate sobre el tema, los principales responsables en la lucha antinarcóticos en Estados Unidos se oponen frontalmente a la legalización de las drogas. Desde la oficina de la Casa Blanca para la fiscalización y la lucha contra las drogas (ONDCP, por sus siglas en inglés), hasta la DEA, sus principales responsables, Gil Kerlikowske y Michelle Leonhart, han cerrado filas contra el legalizar las drogas, una opción que han presentado como una puerta falsa para solucionar el problema.
Así, la puntualización en boca de su portavoz, Robert Gibbs, sólo ha querido dejar en claro la posición que el presidente Obama y sus principales colaboradores en la lucha antinarcóticos —dentro y fuera de Estados Unidos— han mantenido lo mismo en discursos que en documentos, que hoy forman parte de la estrategia en todo el hemisferio.
Esta posición ha sido criticada por algunos especialistas como George Grayson, profesor del College William & Mary y autor del libro Narco-Violence and a Failed State?, quien ayer aplaudió la decisión del presidente Calderón por entreabrir el debate en torno a la legalización: “Ojalá hubiera políticos en Estados Unidos con el valor para proponer este debate, porque aunque una mayoría en este país se sigue oponiendo a la legalización, las tendencias que se observan en muchos estados (incluidos los 14 que ya legalizaron el consumo de mariguana) a favor de abrir la discusión”, dijo Grayson.
El especialista criticó, además, la oposición frontal de la Casa Blanca y de un nutrido grupo de políticos, tanto demócratas como republicanos, contra la legalización de drogas, y consideró que una buena parte del discurso sólo es retórica electoral con miras a las elecciones de medio término, en noviembre.
“Hoy el gobierno se enfrenta a una realidad de 14 estados en donde se ha legalizado la mariguana, y la tendencia en buena parte del país es hacia la legalización, ya que, si bien es cierto que una mayoría de estadounidenses aún está en contra, la casi totalidad de los ciudadanos con menos de 35 años favorecen decididamente la legalización”, dijo.
En medio de un intenso debate sobre el tema, los principales responsables en la lucha antinarcóticos en Estados Unidos se oponen frontalmente a la legalización de las drogas. Desde la oficina de la Casa Blanca para la fiscalización y la lucha contra las drogas (ONDCP, por sus siglas en inglés), hasta la DEA, sus principales responsables, Gil Kerlikowske y Michelle Leonhart, han cerrado filas contra el legalizar las drogas, una opción que han presentado como una puerta falsa para solucionar el problema.
jaime Hernández corresponsal, El Universal, 5 de agosto.
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