El Presidente no debe estar comprometido con la guerra


En el proceso electoral del 2006 MILENIO aplicó a los candidatos a la Presidencia de la República lo que denominamos Cuestionario Maquiavelo. La idea original, inspirada en el libro ¿Qué haría Maquiavelo? El fin justifica la maldad, del estadunidense Stanley Bing (nombre de pluma de Gil Schwartz, escritor que colaboró en las revistasEsquire y Fortune, y vicepresidente ejecutivo y director de Comunicaciones de la cadena CBS), fue del escritor Carlos Fuentes en un artículo de preguntas sin respuestas (¿Qué haría el Presidente?) que publicó hace cinco años. Fue entonces cuando este diario retomó la idea, modificó algunas preguntas y añadió otras, y se las hizo a los candidatos presidenciales que competían a la sazón.
Ahora renovamos las interrogantes en forma de afirmaciones y se las hacemos a los seis aspirantes a la Presidencia de los tres principales partidos (PAN, PRI y PRD). La intención es que, ante esas frases, los aspirantes presidenciales muestren a los lectores cómo reaccionarían si estuvieran en Los Pinos, de acuerdo con sus conceptos e ideas sobre el ejercicio del poder.
Hoy, el panista Ernesto Cordero, quien respondió por escrito, debido a que su agenda estaba saturada, según informaron sus colaboradores...
—El príncipe (el Presidente) siempre tiene la razón, la tiene cuando la tiene y también cuando no la tiene…—La única razón es la de los ciudadanos…
—El Presidente tiene una misión, un destino, y por ello hará lo que sea…—El único deber del Presidente debe ser mantener la viabilidad, la soberanía y la prosperidad del país.
—El Presidente es un tiburón, nada lo detiene, avanza devorando todo, preferentemente a sus opositores…—Ni el Presidente ni nadie debe estar por encima de la ley.
—El Presidente es vengativo y sabe que la venganza es un plato que se come frío (o caliente, si quiere)…—La venganza dentro y fuera de la política es una actitud reprobable.
—El Presidente miente, cree sus mentiras, y hace creer a los demás que éstas son verdad…—La honestidad y la rendición de cuentas son valores fundamentales sobre los cuales se debe cimentar cualquier liderazgo, empezando por el del Presidente.
—En beneficio de la nación, el Presidente debe ser un gran mitómano…—México necesita de funcionarios honestos y la mentira no lleva a ningún lado.
—Al final. el Presidente hace lo que le viene en gana: “He llegado a un acuerdo con mi pueblo: el pueblo dice lo que quiere y yo hago lo que quiero…”—No, en un contexto democrático el Presidente debe escuchar a la sociedad, debe escuchar a la ciudadanía, y también la ciudadanía y la sociedad deben transmitir sus mensajes, no sólo al Presidente, sino también a todos aquellos que tienen un puesto de elección popular.
—El Presidente debe ser impredecible para desorientar a sus contrarios…—El Presidente representa certeza.
—Para el Presidente ejercer el poder es volver a ser un niño caprichoso…—El poder si no está al servicio de la sociedad y de los ciudadanos se desvirtúa completamente.
—El Presidente debe ser precavido al grado de la paranoia…—El Presidente debe ser prudente, debe ser responsable y debe de tener siempre la cabeza muy fría.
—El Presidente no confía en nadie…—Yo creo que el Presidente debe de estar rodeado de gente capaz, de gente leal, de gente que le dé su consejo en los momentos difíciles. El Presidente debe ser prudente, responsable y saber escuchar.
—Para el Presidente tener enemigos es más razonable que tener amigos: tener un nuevo enemigo le merece abrir una botella de Champaña (o de Tequila, si gusta)…—En la política no debe de haber enemigos, si acaso adversarios, porque a final de cuentas todos estamos buscando el mismo objetivo común.
—El Presidente debe estar en guerra permanente: es su esencia…—No, el Presidente debe de estar comprometido con la certeza, con el rumbo, con la prosperidad. De ninguna manera puede estar comprometido con la guerra.
—El Presidente puede y debe excederse en todo…—No puede ni debe excederse en nada.
—El Presidente no tiene piedad con sus colaboradores: debe asegurarse que cuando habla y da órdenes, o regaña, los testículos de sus subordinados les suban al pescuezo…—El liderazgo se gana con trabajo, se gana con disciplina, se gana con el ejemplo y no se gana aterrorizando a nadie.
—El Presidente, para conseguir lo que el país necesita, prefiere ser ultra que moderado…—El Presidente siempre debe tener una posición mediana, escuchar ambas partes, y tomar las mejores decisiones.
—El Presidente no tiene sentimientos: los ha expulsado de él mismo para servir a la patria…—El Presidente necesita sentimientos para estar siempre cerca de la gente.
—El Presidente no pide perdón…—La humildad y la autocrítica son valores que nunca deben ser abandonados por ningún servidor público.
—Para el Presidente el usufructo del poder es un concurso de popularidad y rating—Para el Presidente el poder debe ser para servir, para hacer que avance México, para darle certeza, para dar prosperidad. Jamás como una medida de popularidad.
—Para el Presidente el poder se ejerce aunque estimule odios…—El Presidente debe de ser capaz de tomar decisiones por muy difíciles o antipopulares que sean.
—El Presidente es feliz por todas las cualidades que el pueblo le adjudica…—El Presidente debe ser feliz en tanto sea capaz de cumplir con su misión, en cuanto sea capaz de cumplir con su objetivo, que es servir a los demás y hacer que México avance.
—Para el Presidente su gobierno es la historia…—La historia de México es la historia de todos los gobiernos y de todos los mexicanos, no nada más de uno solo.
—Para el Presidente en Los Pinos la única antítesis válida es su propia tesis…—El Presidente debe ser tolerante y debe escuchar todos los puntos de vista aunque no esté de acuerdo con ellos.
—El Presidente se alimenta de los desacuerdos de los otros, de la oposición…—El Presidente debe saber escuchar.
—Para el Presidente cooptar a opositores es como jugar ajedrez…—El Presidente debe de generar las mayorías que necesita para hacer avanzar su proyecto, su gobierno, y hacer que México tenga rumbo y mantenga la dirección correcta.
—El Presidente ordenaría matar si cree que salvará a la patria…—Nadie está por encima de la ley y la ley se debe respetar en todos los casos.
Juan Pablo Becerra-Acosta M., Milenio, 27 de noviembre.

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