El largo camino a la unidad regional


BUENOS AIRES.— La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) no pudo haber nacido en un momento más oportuno, con la creación de un nuevo espacio latinoamericano que algunos observan rivalizando con la Organización de Estados Americanos (OEA). La idea está en su ADN y el propio anfitrión, el presidente venezolano Hugo Chávez, la ventiló en los últimos días.
La ocasión es propicia para intentar un nuevo bloque, justo en momentos de una crisis global cuyos alcances nadie puede predecir con certeza. Un espacio que incluye a Cuba y deja fuera a Estados Unidos y Canadá y que se parece mucho al resultado de casi dos siglos de búsqueda de unidad latinoamericana.
La OEA, huelga decirlo, goza de un desprestigio que supo ganarse en cada crisis crucial que no supo enfrentar: desde los atropellos a las instituciones de Alberto Fujimori en Perú, en el 2000, hasta su no reacción ante el golpe en Venezuela, en 2002, y cuando dejó que en Ecuador a Lucio Gutiérrez lo tumbara un golpe cívico-militar (2005), sin hacer valer la Carta Democrática.
En todo caso, el gran obstáculo de la CELAC, si aspira realmente a reemplazar a la OEA, es la creación de nuevas instituciones.
El viernes, los 33 mandatarios aprobaron una cláusula democrática, pero ¿qué pasaría con un estamento similar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), allí donde se dirimen las acusaciones contra el gobierno de Rafael Correa por atentar contra la libertad de prensa, por ejemplo? Por las dudas, el mandatario ecuatoriano ya pidió que se revise el sistema interamericano y ya salieron varios gobiernos a decirle que eso no será tan fácil.
El otro escollo sigue siendo numérico. Las 33 naciones y sus 570 millones de habitantes gozan de un PIB equivalente a poco más de 6 billones de dólares (contra los 18 billones de EU y Canadá), según los datos del Banco Mundial. Así, se constituyen en la tercera economía del planeta, basada en la producción de materias primas, y escasa industrialización.
De acuerdo a las estadísticas de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), 30. 4% de sus habitantes, o sea 174 millones, son pobres, y 73 millones viven bajo la línea de pobreza.
Y es justamente ese, el de la pobreza y la desigualdad, el mayor condicionante pero, a la vez, el mayor desafío si, como esperan los gobiernos, amén de sus diferencias ideológicas y de posicionamientos geopolíticos, logran hacer florecer la semilla plantada en Playa del Carmen en febrero de 2010. y que en Caracas recién comenzó a germinar.
José Vales corresponsal, EL Universal, 4 de diciembre.

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