Las FARC apuestan a canje humanitario

BOGOTÁ (DPA y EFE).— El máximo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, alias Timochenko, aseguró ayer en un comunicado que las multitudinarias marchas que los colombianos protagonizaron el 6 de diciembre son muestra del anhelo de paz que el país reclama e insistió en un intercambio entre secuestrados y guerrilleros presos.

“Nos conmueven las consignas de los marchantes que salen a la calle a exigir el intercambio humanitario (entre rehenes y guerrilleros), la solución política, el inicio cuanto antes de las conversaciones”, señaló Timochenko en el texto difundido en internet y fechado el 7 de diciembre. “Está visto que el más intenso y palpitante anhelo de los colombianos es la paz, mientras que de la boca de (el presidente de Colombia, Juan Manuel) Santos no brotan más que amenazas de profundizar la guerra”, agregó.

El martes, el presidente advirtió al grupo guerrillero que de no mostrar interés real para el diálogo, la fuerza pública seguirá “a las buenas o a las malas” con la acción armada en su contra.

En la nota, el líder de las FARC señala que al contrario de lo que alguna “gente enferma de odio visceral piensa, no estamos muriéndonos de risa por la reducida asistencia con la que contaron las marchas promocionadas. Respetamos mucho esta patria para eso”. Timochenko aludió así a que las manifestaciones, realizadas en unas 40 ciudades colombianas, contaron con una escasa participación, en comparación con la celebrada el 4 de febrero de 2008 en la que salieron al menos dos millones de personas a las calles de 131 ciudades en diversas partes del mundo.

La marcha del martes fue organizada a través de las redes sociales tras el asesinato a quemarropa el pasado 26 de noviembre a manos de las FARC del sargento del ejército Libio Martínez, así como de tres miembros de la policía: el coronel Édgar Yesid Duarte, el capitán Elkin Hernández y el intendente Álvaro Moreno. La muerte de los uniformados, que llevaban más de una década secuestrados, se produjo cuando el ejército se aproximó a un lugar en la zona selvática del departamento de Caquetá (sur) donde cerca de 40 miembros del grupo guerrillero mantenían a los secuestrados. Al ser sorprendidos por los militares los asesinaron con tiros de gracia, se informó.

Al respecto, Timochenko dijo: “La verdad nos estremece esta cruda realidad. Fueron 14 años conservando sus vidas en medio de la hostilidad total del Estado. Anhelábamos que se fueran vivos”. El líder de las FARC señaló además que el militar y los tres policías significaban para la guerrilla la esperanza de que sus compañeros rebeldes presos “también volvieran de sus duros encierros”, en alusión a un eventual canje.

Finalmente, insistió en que el acuerdo humanitario “abriría las puertas” a un posible diálogo por la paz del país.

Las FARC anunciaron el pasado martes que continuarán las liberaciones unilaterales, sin detallar quiénes y cómo serían liberados.

Santos respondió el miércoles que está dispuesto a facilitar las liberaciones “como un gesto de paz”, y llamó a las FARC a seguir por ese camino.

El Universal, 9 de diciembre.