Larga vía de confrontaciones caracterizó la postulación de Enrique Alfaro en Jalisco


Guadalajara, Jal., 3 de abril. La candidatura de Enrique Alfaro Ramírez a gobernador por el Movimiento Ciudadano (MC), apoyada por el Partido del Trabajo (PT) y Andrés Manuel López Obrador, es una historia de rompimientos y reconciliaciones entre partidos y líderes políticos fácticos, pero también la de un pasado familiar en el que Raúl Padilla López, ex rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG), se convirtió en una obsesión para quien, a su vez, es hijo de Enrique Alfaro Anguiano, el último rector previo a la era de Padilla López en la casa de estudios.
El 14 de febrero pasado PRD, PT y MC firmaron el convenio para la coalición de las izquierdas Movimiento Progresista por Jalisco, lo que pareció el final de una serie de confrontaciones entre Alfaro Ramírez y el grupo Universidad, que encabeza Padilla López.
Alfaro Ramírez acudió al registro del bloque ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco en compañía de dirigentes nacionales y estatales de los tres partidos, afirmó que su rivalidad con Raúl Padilla quedó atrás, y lo importante era lograr que la coalición lograra el primer triunfo de un candidato de las fuerzas de izquierda en una entidad de tinte conservador.
Pero menos de tres semanas después Enrique Alfaro disolvió la coalición con el PRD, y acusó a Padilla López de jugar una doble partida, al apoyar desde su posición de líder político del PRD al candidato a gobernador por el PRI, Aristóteles Sandoval Díaz. Familiares directos de Padilla, incluido su hermano Trinidad, militan y son candidatos a diputaciones por el PRI para julio próximo.
Se transitó un largo camino hasta entonces, lleno de confrontaciones, desde que Alfaro ganó la alcaldía de Tlajomulco en 2010, apoyado por el PRD y el grupo Universidad que hegemoniza el partido en Jalisco desde finales de los 90.
Ya como alcalde Alfaro pidió fidelidad a su gabinete e hizo limpia de padillistas, a quienes había dado posiciones por su apoyo en la campaña. Declaró a Tlajomulco territorio libre de Raúl Padilla y comenzó la guerra que terminaría con la fragmentación de las fuerzas progresistas jaliscienses en el actual proceso electoral.
Alfaro Anguiano, rector de la UdeG (1983-1989) y relevado por Raúl Padilla, fue el último de los miembros del clan de Álvaro Ramírez Ladewig (hermano y heredero político de Carlos Ramírez, quien controló la UdeG hasta su muerte, en 1975) que ostentó el máximo puesto en la institución educativa.
Aunque Padilla era parte del grupo de Álvaro Ramírez y presidió la Federación de Estudiantes de Guadalajara, al llegar a la rectoría rearmó el organigrama universitario con el grupo que lo apoyaba, transformó a la entonces centralizada UdeG y la expandió por el estado.
Además, erradicó a la FEG como organización corporativizada –creó la Federación de Estudiantes Universitarios– y de todo lo relacionado con los Ramírez Ladewig, incluido el círculo del rector saliente.
Desde que era rector, Alfaro Anguiano convivió con el creciente poder de Padilla, a quien Álvaro Ramírez colocó en puestos clave. Esto provocó disputas, tanto que, al salir Alfaro de la rectoría, dijo que jamás volvería a pisar la UdeG mientras los Padilla la controlaran.
Y cumplió. Su hijo Enrique Alfaro Ramírez sólo estudió hasta preparatoria en la UdeG, se tituló de ingeniero civil en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, y de maestro en estudios urbanos en El Colegio de México.
Hoy, Alfaro encabeza un movimiento que pelea con PRI y PAN y, según las encuestas está en tercera posición en la búsqueda por la gubernatura. Su apuesta es arriesgada sin el PRD, pero la ruptura permitió a él y a los Padilla liberarse de presiones y armar sus propios grupos de candidatos.
López Obrador dejó claro en Tlajomulco, el 1º de abril pasado, que sus simpatizantes debían votar en Jalisco por Alfaro. Pero el candidato de MC no está libre de obstáculos, pues por golpear al PRD y criticar al PRI podría enfrentar reproches por su cercanía con el panismo hoy gobernante.
Como si anticipara una embestida, Alfaro anunció este martes que presentará su declaración patrimonial el viernes próximo. Y es que justo su riqueza personal y familiar pueden implicar otro frente; además de que su padre fue rector y es notario público, la rama materna de su familia ha incursionado en la industria farmacéutica.
Juan Carlos G. Partida, La Jornada, 4 de abril.

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