Ofrece Peña aumentar 45% la cobertura en educación superior


Puebla, Pue., 27 de abril. La pregunta incómoda llegó cuando el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, se retiraba del segundo y último de los actos de campaña que tuvo hoy en la capital poblana, en apenas dos minutos que concedió para responder –al paso– cuestionamientos de la prensa.
Una voz entre el enjambre de reporteros invocó a uno de los personajes más ruidosos que el PRI guarda en su armario: ¿Aquí, en Puebla, le va a afectar la imagen de Mario Marín?.
Mario Marín, ex mandatario poblano, nada más y nada menos que el góber precioso, a quien la difusión pública de unas llamadas telefónicas evidenciaron como protector del empresario Kamel Nacif, vinculado a su vez a una red de pederastas y amigo de Jean Succar Kuri, quien purga en un penal de Cancún, una condena por corrupción y explotación infantil.
Pareció un deslinde
La pregunta agarró por sorpresa a Peña Nieto, pero se repuso en fracciones de segundo y respondió: Yo estoy trabajando en mi proyecto; no estoy haciendo campaña sobre los hombros de alguien más; estoy haciendo campaña con la gente que tiene reconocimiento y prestigio dentro y fuera de mi partido, con el único propósito de servir y darle resultados a México.
Pareció un deslinde. No hubo manera de confirmarlo, el también ex gobernador del estado de México ya no dio lugar a más preguntas.
La primera actividad de Peña Nieto en esta ciudad fue un encuentro con jóvenes en el auditorio Complejo Cultural Siglo XXI, situado en la reserva territorial de Atlixcáyotl, destinada inicialmente para vivienda y conservación ecológica y hoy convertida en una de las zonas más caras de la ciudad, sometida a la especulación inmobiliaria y rebosante de plazas comerciales, oficinas de lujo e instalaciones de universidades privadas.
Hasta ese punto llegaron alrededor de 5 mil jóvenes a quienes Peña Nieto se dirigió: estudiantes, empresarios, líderes sociales, activistas, profesionistas.
El tema del día fueron, por supuesto, los jóvenes. Y como tal habló el mexiquense de 45 años: Los jóvenes no queremos más de lo mismo, queremos cambio con rumbo y, sobre todo, un futuro promisorio.
El abanderado priísta se deshizo en elogios para los jóvenes de México, que son un segmento muy importante del electorado; prácticamente uno de cada seis votantes tendrá entre 18 y 24 años y para la mayoría de ellos será la primera elección en que participan.
Y les pidió: Quiero que los jóvenes me adopten como su candidato, como el candidato de la juventud mexicana; quiero ser el presidente joven que los jóvenes quieren.
Al final del encuentro, el candidato de la coalición PRI-PVEM firmó el compromiso más espectacular de la jornada: aumentar en 45 por ciento la cobertura de la educación a nivel universitario. De acuerdo con sus estimaciones, esto representa un millón y medio más de plazas en las instituciones públicas de educación superior.
Peña Nieto llegó al recinto con la camisa remangada hasta los codos; solo (es decir, sin su esposa, Angélica Rivera), recibiendo abrazos y dando palmadas a diestra y siniestra, levantando el pulgar de la mano derecha al estilo emperador romano perdonavidas, y regalando sus mejores sonrisas.
Al repertorio de machacones jinglesde campaña que habitualmente preceden esos actos, hoy se añadió uncover de la canción Gloria, del italiano Umberto Tozzi, que Laura Branigan popularizó en inglés allá por los años 80. El jingle dice: Peña, México te espera/ con tu compromiso vamos adelante...
La presentación del mexiquense la hizo Miguel Ángel González, de la agrupación Jóvenes Unidos, quien se soltó con una pieza oratoria eterna, como ceremonia escolar. Entre críticas al capitalismo y elogios al candidato, González lanzó la frase de su vida: ser joven y no ser revolucionario es una contradicción incluso ideológica, sólo que se le olvidó citar a su autor, Salvador Allende, el presidente chileno decrrocado por Augusto Pinochet en 1973. Pecata minuta.
Seguidores de Vázquez Mota
Al final, mientras los jóvenes priístas se retiraban, cuatro automóviles se pasearon a vuelta de rueda frente al auditorio tocando el claxón, ondeando banderas del PAN y gritando consignas en favor de Josefina Vázquez Mota. Pudo parecer una provocación, pero los aludidos sólo reían y decían que era un acto de desesperación porque Vázquez Mota va a perder la elección.
Pero desde otro automóvil en marcha, un priísta increpó a uno de los panistas:
–No seas ridículo.
–¿Por qué, güey? –dijo el otro.
–Te voy a acusar con tu papá.
–Pues acúsame, güey.
Al parecer se conocían. Terminaron hablando de una fiesta en la que iba a haber trago gratis.
Del encuentro con los jóvenes, Peña Nieto se dirigió a otro punto de la ciudad, a escuchar las conclusiones sobre el foro Encuentros con el futuro, organizado por la Fundación Colosio, en la que especialistas priístas en diversas materias hicieron una relatoría de lo ahí planteado. Al final se comprometió a tomar en cuenta sus propuestas.
Arturo García Hernández, La Jornada, 28 de abril.

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