Caracas pide aprehender a líder opositor

BUENOS AIRES.— Mientras la justicia venezolana emitió ayer la orden de captura en su contra, el alcalde de Maracaibo, Manuel Rosales, puso en riesgo su esperado permiso de asilo político en Lima, al emitir un discurso televisado que las autoridades peruanas interpretaron como “una actividad política” imposible de realizar “hasta que tenga una respuesta” sobre su permanencia en el país.

Rosales calificó al presidente Hugo Chávez de “cobarde y dictadorzuelo”, al tiempo que anticipó que seguirá “luchando contra un régimen totalitario y abusador”, durante un discurso televisado por varias cadenas venezolanas.

Sobre Manuel Rosales pesa desde ayer una orden de detención internacional luego de no presentarse ante el juez en Caracas que lo investiga por presunto enriquecimiento ílicito.

El canciller peruano, José Luis García Belaunde, censuró la actitud del ex candidato a la Presidencia de Venezuela, al anticipar que “Rosales no puede utilizar a Perú como una plataforma política”, porque “violaría la naturaleza misma del refugio.

“El Perú es un país hospitalario, tiene una vieja tradición de apego a las normas internacionales y a sus instituciones, una de ellas es el asilo”, puntualizó Belaunde quien aclaró que el pedido de asilo del líder opositor venezolano “se decidirá en 15 días”.

Tal como lo habían adelantado en la víspera varios funcionarios del gobierno venezolano, ayer la fiscalía emitió la orden de detención internacional contra Rosales y le cursó el pedido a Interpol.

Todo al tiempo que el congresista chavista Mario Isea pidió que se investigue la forma en que “Rosales salió del país”, y que se cite a declarar “a quienes lo ayudaron a escapar de la justicia que lo investiga por delitos comunes y no políticos”.

Al igual que el resto de los principales dirigentes de su partido, Nuevo Tiempo (NT), quienes ayer salieron a acusar al gobierno de Chávez de perseguir a la oposición, Rosales instó al jefe de Estado venezolano a que “presente pruebas de esas denuncias.

“Estamos decididos a seguir luchando y enfrentando a este régimen totalitario y abusador que viola los derechos humanos y que persigue a los alcaldes y a los gobernadores opositores”, subrayó el ex gobernador del estado de Zulia, para luego desafiar a Chávez a que “explique el enriquecimiento que tuvo” y las cuentas “que su grupo privilegiado tiene en el exterior”.

“Cobarde”, fue el término que utilizó varias veces a lo largo de su discurso de casi 20 minutos en el que acusó al gobierno chavista de “tener las manos llenas de sangre”, y al propio mandatario de estar presuntamente implicado en el asesinato del ex fiscal Danilo Anderson, acaecido en el 2004.

Asimismo, le pidió a Chávez que se refiera a la “corrupción” que reina en su gobierno, al que calificó como “el más corrupto de la historia”.

“Explica Chávez cómo has despilfarrado millones de dólares mientras la gente tiene hambre”, puntualizó, para luego aclarar que no se presentará ante la justicia porque la causa que se le sigue en los tribunales de Caracas, “es una decisión judicial apañada para que disfrutaran (sus detractores) atropellándome, para humillarme, para destruirme”.

“No me voy a entregar a un dictador que es un cobarde... Un militar frustrado que por los avatares de la vida ha llegado al poder no puede destruirlo todo”, opinó el aún alcalde quien llamó a “todos los venezolanos a ocupar su lugar en la lucha”.

Esas declaraciones de Manuel Rosales, generaron cierto malestar no sólo en el gobierno de Alán García, sino también en el seno del oficialista APRA, que desde el mismo momento en que se conoció que el ex candidato presidencial estaba en Lima defendió la idea de aceptar el asilo.

“No podemos permitir bajo ningún punto de vista que haga un mitin televisivo desde el país, ya que estamos haciendo un equilibrio político enorme para no ver afectadas las relaciones con Venezuela”, se sinceró un ex alto cargo de la administración García, en declaraciones telefónicas a EL UNIVERSAL.

Hasta el mismo abogado de Rosales, el congresista Javier Valle Riestra, le pidió a su defendido “moderación en sus declaraciones porque aún no está decidido el asilo”. Un permiso de permanencia en Perú que ayer, después de sus declaraciones, había ingresado en un cono de sombras.

José Vales corresponsal, El Universal, 23 de abril.


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