La agenda comercial pendiente entre México y Estados Unidos no trascenderá durante la visita que inicia hoy el presidente Barack Obama al país, coincidieron especialistas.
El encuentro entre el ejecutivo mexicano y su homólogo estadounidense se enmarca en el desencuentro que provocó la violación de Estados Unidos al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) el 11 de marzo.
Tras suspender ese día el programa piloto de transporte de carga transfronterizo, en función de las demandas de los sindicatos estadounidenses, “la administración de Obama empezó con el pie izquierdo su relacion comercial con México”, sentenció Alina Aldape, directora de la Maestría en Administración de Empresas de Emprendimiento Global de la Escuela de Graduados en Administración de Empresas del Tecnológico de Monterrey.
Como represalia a lo que constituyó una violación al TLCAN, el gobierno mexicano interpuso impuestos a la importación, que fluctúan entre 10% y 45%, para 89 fracciones arancelarias correspondientes a productos estadounidenses.
Pese al estancamiento de garantías que ofrece el TLCAN para ambos países, la intención de solucionar estas diferencias quedará sólo en papel tras el encuentro entre Calderón y Obama.
Más aún, en medio de la crisis “Estados Unidos se ha visto renuente a ayudar a México mediante un fondo de desarrollo similar al que la Unión Europea puso a disposición de países como Irlanda, España y Grecia”, atajó Aldape.
En tanto, la discusión del tema vinculado con el transporte transfronterizo quedará para después, consideró Luis Guillermo Colín, director de la licenciatura en Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey. “Calderón abonaría a la relación si fija tres o cuatro puntos para que haga una visita de Estado a EU”.
Así, los analistas dudan incluso que el tema comercial sea parte de la agenda entre los mandatarios.
Colín subrayó que la prioridad para Barack Obama es la seguridad.
Pero incluso si se tratara el tema comercial los resultados serían parcos, pues la labor de México es negociar con el congreso de estadounidense, entidad que bloqueo el programa piloto transfronterizo, pero eso llevaría meses, explicaron los expertos en comercio internacional.
Manuel Lombera Martínez, El Universal, 16 de abril.
El encuentro entre el ejecutivo mexicano y su homólogo estadounidense se enmarca en el desencuentro que provocó la violación de Estados Unidos al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) el 11 de marzo.
Tras suspender ese día el programa piloto de transporte de carga transfronterizo, en función de las demandas de los sindicatos estadounidenses, “la administración de Obama empezó con el pie izquierdo su relacion comercial con México”, sentenció Alina Aldape, directora de la Maestría en Administración de Empresas de Emprendimiento Global de la Escuela de Graduados en Administración de Empresas del Tecnológico de Monterrey.
Como represalia a lo que constituyó una violación al TLCAN, el gobierno mexicano interpuso impuestos a la importación, que fluctúan entre 10% y 45%, para 89 fracciones arancelarias correspondientes a productos estadounidenses.
Pese al estancamiento de garantías que ofrece el TLCAN para ambos países, la intención de solucionar estas diferencias quedará sólo en papel tras el encuentro entre Calderón y Obama.
Más aún, en medio de la crisis “Estados Unidos se ha visto renuente a ayudar a México mediante un fondo de desarrollo similar al que la Unión Europea puso a disposición de países como Irlanda, España y Grecia”, atajó Aldape.
En tanto, la discusión del tema vinculado con el transporte transfronterizo quedará para después, consideró Luis Guillermo Colín, director de la licenciatura en Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey. “Calderón abonaría a la relación si fija tres o cuatro puntos para que haga una visita de Estado a EU”.
Así, los analistas dudan incluso que el tema comercial sea parte de la agenda entre los mandatarios.
Colín subrayó que la prioridad para Barack Obama es la seguridad.
Pero incluso si se tratara el tema comercial los resultados serían parcos, pues la labor de México es negociar con el congreso de estadounidense, entidad que bloqueo el programa piloto transfronterizo, pero eso llevaría meses, explicaron los expertos en comercio internacional.
Manuel Lombera Martínez, El Universal, 16 de abril.
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