Rudimentaria, la incursión de políticos en redes sociales

El que se mueve no sale en al foto”, rezaba el adagio del antiguo régimen en el país; hoy, el político que no twittea o no difunde sus actividades en Face no sólo no sale en la foto, sino que está muerto en un espacio que alberga a 30 millones de mexicanos.

Las redes sociales Facebook, Twitter y Youtube han roto el paradigma de la comunicación en la política y la administración pública. Sin embargo, la incursión de los políticos y gobiernos mexicanos en el terreno virtual es “caótica” y en la mayoría de las ocasiones “rudimentaria”, aseguran expertos en sociedad de la información del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores Monterrey (ITESM) y de agencias de comunicación e imagen pública.

De acuerdo con la consultora Mente Digital, 4 millones 103 mil 200 personas hacen uso de Twitter y sólo 0.6 por ciento pertenece a la administración pública en sus tres niveles de gobierno.

A escala global se estima que 190 millones de personas se han registrado en Twitter y 500 millones en Facebook.

Para no correr riesgos, los políticos mexicanos han comenzado a contratar a expertos en el manejo de las redes sociales.

“El manejo de redes sin duda se ha vuelto un negocio rentable”, advierte Pablo Mier y Terán, director de la agencia Mier&Terán, que asesora a diversos políticos y gobiernos en comunicación e imagen pública.

Afirma que en el país existen más de 250 compañías y los costos por la asesoría van desde los 20 mil dólares hasta cantidades millonarias.

A juicio de la doctora María Elena Meneses, directora de la cátedra de Sociedad de la Información del ITESM, el uso de las redes sociales por parte de los políticos y los tres niveles de gobierno es “experimental” y a veces una copia mala de Estados Unidos.

Arma de dos filos

Como herramienta de comunicación y retroalimentación con la ciudadanía las redes sociales son “formidables”, pero su uso sin conocimiento puede generar pésimos resultados, afirma la doctora Meneses.

Un caso ejemplar del uso rudimentario de las redes es el del ex dirigente nacional del PAN, Manuel Espino, quien incursionó con fervor en el Twitter para debatir con sus correligionarios o criticar la estrategia del presidente Felipe Calderón contra el crimen organizado.

El 15 de mayo de 2010, horas después de que se diera a conocer el secuestro de Diego Fernández de Cevallos, escribió en su cuenta @ManuelEspino: “Me dicen que, en efecto, está muerto y que su cuerpo fue encontrado en un campo militar de Qro.”

La especie se esparció como pólvora y tras ser desmentido por las autoridades, Espino se vio obligado a ofrecer una disculpa pública e informar por el mismo medio: “Yo no he hablado con ningún familiar. Estoy sumamente consternado”.

El panista Fernández de Cevallos estuvo secuestrado durante siete meses, pero fue liberado en buen estado de salud por sus captores.

Las redes sociales en México han permitido también la reaparición pública de personajes como el perredista René Bejarano, quien se apartó de la vida pública desde 2004, luego de los videoescándalos.

Incluso, el 20 de noviembre pasado, anunció en un mitin en la plaza de la Revolución el arranque de un movimiento a través de las redes sociales para generar un “cambio” en el país. La meta principal es sumar a 2 millones de usuarios de redes sociales.

A dos meses de haber abierto su perfil de Facebook, Bejarano cuenta con 2 mil 453 amigos y aunque escribe pocos mensajes, en ocasiones se da tiempo para saludar a los miembros de su corriente Izquierda Democrática Nacional. “Hola, cabezona”, se lee del muro de Bejarano al de Aleida Alavez, secretaria de la Comisión de Gobierno de la Asamblea
Legislativa.

Twitt presidencial

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, es un referente en el uso de redes sociales como estrategia de comunicación, explican los expertos en sociedad de la información.

No obstante, la especialista del Tec de Monterrey, María Elena Meneses, sostiene que como en otras áreas México está rezagado: llegó tarde a la tecnología.

Al cumplir casi cuatro años en el gobierno de México, Felipe Calderón se atrevió a dar el paso hacia las redes.

El 16 de mayo del año pasado, el Presidente, quien se encontraba de visita de Estado en España, escribió el primer twitt desde su cuenta @FelipeCalderon.

Actualmente, en su cuenta existen más de 100 mil seguidores y para ver sus actividades habilitó las cuentas @PresidenciaMX y @GobFed.

Uno de los twitts más relevantes del mandatario ha sido el anuncio sobre la captura de La Barbie, aunque también usa su cuenta para informar a los ciudadanos de actividades personales como su cumpleaños.

El caos

Las redes sociales son un espacio autónomo que rompieron el paradigma de la política no sólo porque acercan a la ciudadanía con los gobernantes, sino porque muestra a los funcionarios al desnudo, comentan los especialistas.

“Si Maciel hubiera vivido en las redes, no hubiera podido hacer lo que hizo, las redes nos hacen vivir en más libertades. No se puede mentir”, explica Pablo Mier.

No obstante, la doctora María Elena Meneses sostiene que el caos que impera en las redes sociales es por falta de un protocolo o normatividad.

Por ello, asegura, es imposible diferenciar cuando el secretario del Trabajo, Javier Lozano, se expresa en su Twitter como militante panista o como funcionario de Estado.

“Pasa lo que cuando se inventó la imprenta, todo mundo quiere hacer algo, pero no saben cómo.

Hubo un gran desorden y así es ahora. Vemos políticos que twittean un día sí, otro no, y hay quienes le dan mucho peso”, dice.

Por eso, añade, la presencia de los políticos en la redes sociales es vital, pero bajo una estrategia: qué van a decir, cómo lo van a decir.

Primer trimestre de un cliente de la agencia Mier&Terán: 4 mil seguidores y 50 mil visitas en Face; mil 200 seguidores en Twitter. Así se mide un político hoy en la red. Es la nueva era.

Luis Velázquez, Milenio, 30 de mayo.

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