Pintan al panista como el 'Padre Bravo'

A Luis Felipe Bravo Mena le acomodaría mejor un alzacuellos, que no es lo mismo que decir que es de cuello alzado, y aunque no tiene ni cargos eclesiásticos ni es una persona falta de sensibilidad social, su imagen pública transmite, irónicamente, esas posturas.

El candidato del PAN a la Gubernatura, señala Víctor Gordoa, puede percibirse como un intelectual, una persona que trabaja con ideas, apreciación que lo puede colocar lejos de las clases más populares.

"Luis Felipe Bravo Mena es percibido como un individuo separado de la popularidad, es decir, separado de los intereses del pueblo, no concibo a Luis Felipe Bravo Mena abrazando a niños pobres en un pueblo. Su imagen es de un intelectual, de una persona religiosa que, puesto en analogía, se vería mucho mejor con una sotana que vestido de candidato político", afirma.

Además de tener más el aspecto de rector de una universidad jesuita, ilustra el experto, Bravo Mena, al igual que el perredista Alejandro Encinas, debe cargar a cuestas con el dato de que ya fue candidato a este mismo puesto hace 19 años, y perdió.

"La barba de Luis Felipe transmite intelectualidad, los lentes, la calva, todo habla de un individuo que estaría perfectamente vestido como clérigo.

"Pero, ¿es un candidato que pudiera aspirar a ganar la elección, no obstante que ha sido ya un anterior perdedor? Ahí está el reto", señala.

Otro problema que arrastra el PAN, al igual que el PRD, es que inició buscando una alianza que, de entrada, desdibuja su postura ideológica.

Reforma, 30 de mayo.