Contraste de apoyos y corbatas

Andrés Manuel López Obrador no sólo lució ayer tres corbatas con los colores de los partidos de izquierda, también evidenció el contraste en el apoyo que recibe del PRD, el PT y Movimiento Ciudadano.

Con un tono de reconciliación, el tabasqueño reapareció después de más de cinco años ante un órgano interno del PRD y se registró como precandidato presidencial ante la Comisión Nacional de Elecciones.

Sin embargo, al evento no asistieron los líderes de las corrientes contrarias a él -Nueva Izquierda, de Jesús Ortega; Alternativa Democrática Nacional, de Héctor Bautista, y Foro Nuevo Sol, de Amalia García-, y que quedaron fuera del comité de campaña del tabasqueño.

El salón de un hotel capitalino, acondicionado para 600 personas, apenas llegó la mitad del cupo total, y predominaron diputados, senadores y líderes de Izquierda Democrática Nacional, la corriente de René Bejarano, y otros grupos afines a López Obrador.

El Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, envió como representante al aspirante a sucederlo, Mario Delgado, y a su operador político, René Cervera.

De corbata amarilla y traje oscuro, el tabasqueño asumió al PRD como su partido, pese a que a principios de año pidió licencia como militante.

Llamó a caminar juntos en la campaña, y reconoció la acción de Ebrard de renunciar a su aspiración presidencial.

"Les pido su colaboración, todo su apoyo, que todos hagamos lo que nos corresponde", instruyó.

El dirigente del PRD, Jesús Zambrano, refrendó el compromiso de respaldarlo.

"Que no quede duda de que no vamos a regatear esfuerzos desde el PRD", señaló Zambrano, quien dijo que iba en representación de Nueva Izquierda.

El Movimiento Ciudadano cerró la calle de Louisiana, pues en autobuses movilizaron a cerca de 500 militantes, acompañados de una batucada, banderas, gorras y playeras naranjas para recibir a su abanderado.

Luciendo corbata naranja, el tabasqueño dijo que los convergentes fueron los principales promotores de la coalición.

Por ello, dijo, se sentía orgullo de formar parte de las fuerzas progresistas, pues, consideró, que ahora ser de izquierda es ser honesto y actuar, pensando en los demás.

Y el PT hizo el registro en un pequeño salón donde apenas cabían unas 200 personas.

Acompañado por su esposa Beatriz Gutiérrez, López Obrador reconoció que el partido que jamás lo abandonó fue el PT.

"En momentos difíciles para nuestro movimiento, siempre contamos con el apoyo de militantes y de dirigentes del Partido del Trabajo", dijo.

Alrededor de 70 militantes de Morelos recibieron con porras a su abanderado para 2012.


Érika Hernández, Reforma, 10 de diciembre.

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