'No pudieron apachurrarme'

Por tercera ocasión en este año, la Secretaría de Gobernación (Segob) llevará a cabo mañana (jueves) un nuevo acto público de reconocimiento público de la responsabilidad del Estado mexicano en violaciones graves a los derechos humanos.

El turno ahora es de Valentina Rosendo, indígena violada por elementos del Ejército.

Por orden de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el titular de la Segob (Alejandro Poire) dará cuenta en el Museo de la Memoria y Tolerancia del abuso de que fue víctima Rosendo durante la pasada administración panista.

Era el año 2002. Ella estaba lavando ropa en el río del pueblo Barranca Bejuco cuando dos militares se acercaron y le mostraron la fotografía de un hombre, para que lo reconociera. Dijo que no lo conocía y la violaron. Otros uniformados presenciaron la escena.

Valentina caminó 8 horas desde su comunidad hasta el Ministerio Público para denunciar a los militares. No pudo. El médico se negó a realizar las pruebas del abuso.

Un año después se mudo a Chilpancingo con su esposo y su hija. Ahí el hombre le dio un billete de 50 pesos y le dijo "me voy, ahí te quedas".

"No tenía trabajo y tuve que trabajar 3 turnos para ganar más dinero y pagar la renta y mantener a mi hija (que entonces tenía 4 años)", recuerda.

Una maestra la apoyó para salir adelante. Pero no fue fácil.

Aprendió a hablar español y con el apoyo del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan siguió en la exigencia de justicia.

Actualmente estudia la secundaria y quiere continuar hasta convertirse en enfermera. Su sueño es volver a la Montaña de Guerrero y atender a mujeres para que no mueran en el parto.

La indígena señala que cuando sufrió el abuso sexual por parte de los militares se dividió en dos Valentinas, una que quedó en su comunidad y otra que salió a exigir justicia.

"El día que se reconozca en público (el abuso) me reúno con la otra Valentina. Para mí va a ser muy importante y muchas mujeres indígenas como yo van a saber que el gobierno que no pudo apachurrarme y que me pude levantar", indica.

"La Valentina de la comunidad cuidó su lengua, su origen, sus tradiciones, a sus papás, la tierra donde nació", destaca.

Sabe que el Presidente no le pedirá perdón y dice: "'Él se lo pierde. Se pierde lo que se va a hablar, lo que va a suceder. No quiere estar porque no quiere aceptar, pero no importa. Ya le dimos una lección al gobierno".


Daniela Rea, Reforma, 15 de diciembre.

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