BUENOS AIRES.— Daniel Rendón, más conocido como Don Mario, uno de “los narcotraficantes más temibles del mundo” y el más buscado de Colombia, según la calificación del presidente Álvaro Uribe, fue capturado ayer por la fuerzas del orden en la ciudad antioqueña de Necocli, en las afueras de Medellín, después de un intenso operativo que demandó varias semanas.
Más de 300 efectivos de seguridad participaron en el operativo que en las primeras horas de ayer derivó en la captura del narcotraficante, ex integrante de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y estrechamente vinculado con los carteles herederos del que comandaba en los años 80 el legendario Pablo Escobar Gaviria.
Rendón, de 43 años, fue detenido gracias a diversos informes de inteligencia con el testimonio de varios de sus lugartenientes detenidos en días pasados, según lo confirmó el comandante de la policía, general Óscar Naranjo, y el propio ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, quien aclaró que “se pagará a los informantes la recompensa” de 2.1 millones de dólares que se ofrecían por su paradero.
Ahora se espera, según Santos, que la justicia estadounidense lo pida en extradición, ya que según el ministro “envió más de 100 toneladas de cocaína a través de Centroamérica” y se había aliado con los principales carteles mexicanos.
Don Mario es hermano de Freddy Rendón, El alemán, quien lideraba el bloque Elmer Cárdenas de las AUC. Don Mario era el líder de la denominada Oficina de envigado, uno de los principales cárteles activos —que agrupa a más de un centenar de pequeños grupos delictivos—, y que en las últimas semanas habían teñido de sangre a “medalla” (como se conoce popularmente a Medellín), en distintos enfrentamientos entre bandas que dejó un resultado de 31 muertos.
De hecho, ayer Naranjo sostuvo que “Rendón, cuyo perfil es el de un narcotraficante, ha ordenado en los último 18 meses más de 3 mil asesinatos”.
Sobre el detenido, quien en la tarde de ayer fue trasladado a un penal de máxima seguridad en Bogotá, pesaban ocho procesos por narcotráfico y paramilitarismo ante la justicia, quien lo considera el segundo del bloque Elmer Cárdenas de las AUC, a donde habría llegado como un representante de lo que hacia el interior paramilitar se conocía como “La casa Castaño”, en referencia al grupo de los hermanos Carlos y Vicente Castaño, líderes máximos de esa organización.
Si bien la prensa colombiana daba cuentas ayer de que en los últimos meses Don Mario venía intentando una negociación con las autoridades estadounidenses para entregarse, e incluso, según otras versiones, había salido el pasado mes de marzo del país para mantener reuniones con personal de la DEA en Panamá, Uribe había dado la orden a finales de marzo de que su detención era “la prioridad número uno” en materia de seguridad.
Por eso ayer, desde Río de Janeiro, donde participó en el Foro Económico Mundial, versión Latinoamérica, Uribe calificó la detención del narco “como un gran alivio”.
La Oficina de envigado es una red de sicarios al servicio de carteles de la droga, compuesto por más de mil 500 hombres, muchos de los cuales reportan “como mano de obra desocupada de las AUC”. Fungen como “las oficinas de cobro”, según Naranjo. Una especie de modernización del delito si se tiene en cuenta cómo operaban los antiguos cárteles del narcotráfico colombiano.
Al más puro estilo mafioso, el capo ha expandido sus influencias en la justicia, la política y las fuerzas de seguridad, hasta el punto de que el ex jefe de fiscales del departamento de Antioquia León Valencia Cossío fue encarcelado por presuntos nexos con él.
La ola de violencia en Medellín llevó al gobierno a realizar en la capital de Antioquia el lunes último un Consejo de Seguridad, donde se ordenó el envío de medio millar de soldados y más de 6 mil 800 policías para recuperar el control de las barriadas pobres, allí donde el liderazgo de Don Mario desde ayer pasó a ser cosa del pasado.
Más de 300 efectivos de seguridad participaron en el operativo que en las primeras horas de ayer derivó en la captura del narcotraficante, ex integrante de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y estrechamente vinculado con los carteles herederos del que comandaba en los años 80 el legendario Pablo Escobar Gaviria.
Rendón, de 43 años, fue detenido gracias a diversos informes de inteligencia con el testimonio de varios de sus lugartenientes detenidos en días pasados, según lo confirmó el comandante de la policía, general Óscar Naranjo, y el propio ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, quien aclaró que “se pagará a los informantes la recompensa” de 2.1 millones de dólares que se ofrecían por su paradero.
Ahora se espera, según Santos, que la justicia estadounidense lo pida en extradición, ya que según el ministro “envió más de 100 toneladas de cocaína a través de Centroamérica” y se había aliado con los principales carteles mexicanos.
Don Mario es hermano de Freddy Rendón, El alemán, quien lideraba el bloque Elmer Cárdenas de las AUC. Don Mario era el líder de la denominada Oficina de envigado, uno de los principales cárteles activos —que agrupa a más de un centenar de pequeños grupos delictivos—, y que en las últimas semanas habían teñido de sangre a “medalla” (como se conoce popularmente a Medellín), en distintos enfrentamientos entre bandas que dejó un resultado de 31 muertos.
De hecho, ayer Naranjo sostuvo que “Rendón, cuyo perfil es el de un narcotraficante, ha ordenado en los último 18 meses más de 3 mil asesinatos”.
Sobre el detenido, quien en la tarde de ayer fue trasladado a un penal de máxima seguridad en Bogotá, pesaban ocho procesos por narcotráfico y paramilitarismo ante la justicia, quien lo considera el segundo del bloque Elmer Cárdenas de las AUC, a donde habría llegado como un representante de lo que hacia el interior paramilitar se conocía como “La casa Castaño”, en referencia al grupo de los hermanos Carlos y Vicente Castaño, líderes máximos de esa organización.
Si bien la prensa colombiana daba cuentas ayer de que en los últimos meses Don Mario venía intentando una negociación con las autoridades estadounidenses para entregarse, e incluso, según otras versiones, había salido el pasado mes de marzo del país para mantener reuniones con personal de la DEA en Panamá, Uribe había dado la orden a finales de marzo de que su detención era “la prioridad número uno” en materia de seguridad.
Por eso ayer, desde Río de Janeiro, donde participó en el Foro Económico Mundial, versión Latinoamérica, Uribe calificó la detención del narco “como un gran alivio”.
La Oficina de envigado es una red de sicarios al servicio de carteles de la droga, compuesto por más de mil 500 hombres, muchos de los cuales reportan “como mano de obra desocupada de las AUC”. Fungen como “las oficinas de cobro”, según Naranjo. Una especie de modernización del delito si se tiene en cuenta cómo operaban los antiguos cárteles del narcotráfico colombiano.
Al más puro estilo mafioso, el capo ha expandido sus influencias en la justicia, la política y las fuerzas de seguridad, hasta el punto de que el ex jefe de fiscales del departamento de Antioquia León Valencia Cossío fue encarcelado por presuntos nexos con él.
La ola de violencia en Medellín llevó al gobierno a realizar en la capital de Antioquia el lunes último un Consejo de Seguridad, donde se ordenó el envío de medio millar de soldados y más de 6 mil 800 policías para recuperar el control de las barriadas pobres, allí donde el liderazgo de Don Mario desde ayer pasó a ser cosa del pasado.
José Vales corresponsal, El Universal, 16 de abril.
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