Con júbilo reaccionaron familiares de más de un millón y medio de cubanos radicados en Estados Unidos por la decisión del presidente Barack Obama de levantar definitivamente las restricciones impuestas por la anterior administración de George W. Bush a los viajes y el envío de remesas a la isla.
Aunque al mediodía aún los medios locales no habían informado al respecto, mediante llamadas telefónicas de Miami y Nueva York o por internet, muchos isleños conocieron la noticia, que en cuestión de horas corrió de boca en boca por todo el país.
El Congreso estadunidense aprobó en marzo una medida similar, pero con vigencia limitada hasta septiembre próximo, por lo cual la decisión de Obama tiene una trascendencia especial, aunque no implique levantar el bloqueo de casi 50 años a la isla.
“Yo espero que con las remesas y los viajes la situación del país mejore un poquito a mediano plazo”, dijo a este diario Josefina R., quien vive de alquilar a turistas dos habitaciones en su casa de la barriada habanera de Playa.
Se desprende que si los cubano-americanos pueden visitar la isla una vez al año, estar en el país todo el tiempo que quieran y gastar diariamente hasta 179 dólares por día, esto equivale a una inyección de dinero fresco que agradece cualquier economía enferma.
Desde que el Congreso anunció el levantamiento parcial de las restricciones, el puente aéreo Miami-Habana se desbordó de pasajeros. “Yo hacía nueve años que no venía, porque estaba en trámite de obtener mi ciudadanía (estadunidense) y me daba miedo que con tantas prohibiciones venir a ver a mi mamá me fuera a afectar”, dijo Mónica G., 39 años, quien llegó a la isla el viernes pasado.
Con tres vuelos diarios y sin contar los gastos de estancia de los cubano-americanos, se estima que el Estado ingresa directamente unos 100 mil dólares cada 24 horas, sólo por conceptos de trámites (es obligatorio viajar con pasaporte cubano aunque se tenga el estadunidense), pasaje y excesos de equipaje.
Aunque al mediodía aún los medios locales no habían informado al respecto, mediante llamadas telefónicas de Miami y Nueva York o por internet, muchos isleños conocieron la noticia, que en cuestión de horas corrió de boca en boca por todo el país.
El Congreso estadunidense aprobó en marzo una medida similar, pero con vigencia limitada hasta septiembre próximo, por lo cual la decisión de Obama tiene una trascendencia especial, aunque no implique levantar el bloqueo de casi 50 años a la isla.
“Yo espero que con las remesas y los viajes la situación del país mejore un poquito a mediano plazo”, dijo a este diario Josefina R., quien vive de alquilar a turistas dos habitaciones en su casa de la barriada habanera de Playa.
Se desprende que si los cubano-americanos pueden visitar la isla una vez al año, estar en el país todo el tiempo que quieran y gastar diariamente hasta 179 dólares por día, esto equivale a una inyección de dinero fresco que agradece cualquier economía enferma.
Desde que el Congreso anunció el levantamiento parcial de las restricciones, el puente aéreo Miami-Habana se desbordó de pasajeros. “Yo hacía nueve años que no venía, porque estaba en trámite de obtener mi ciudadanía (estadunidense) y me daba miedo que con tantas prohibiciones venir a ver a mi mamá me fuera a afectar”, dijo Mónica G., 39 años, quien llegó a la isla el viernes pasado.
Con tres vuelos diarios y sin contar los gastos de estancia de los cubano-americanos, se estima que el Estado ingresa directamente unos 100 mil dólares cada 24 horas, sólo por conceptos de trámites (es obligatorio viajar con pasaporte cubano aunque se tenga el estadunidense), pasaje y excesos de equipaje.
Manuel Juan Somoza en La Habana, Milenio, 14 de abril.
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