Muchos elogios, nulos acuerdos

La visita del presidente estadunidense Barack Obama concluyó ayer sin acuerdos concretos en temas como migración, comercio y narcotráfico, y con sólo la promesa de revisar una posible prohibición a la venta de armas de asalto en Estados Unidos para evitar que caigan en manos de los cárteles mexicanos de la droga.

Pródiga en elogios pero parca en anuncios, la reunión bilateral entre Obama y su homólogo mexicano, Felipe Calderón, cerró sin que se anunciaran soluciones a distintos temas, como la disputa bilateral por el cierre de las carreteras estadunidenses a transportistas mexicanos y el reclamo mexicano de prohibir la venta de rifles de alto poder en la frontera.

La Iniciativa Mérida se quedó también sin fechas claras, aunque Obama adelantó que habrá una entrega más rápida de la ayuda bilateral prometida a México; tampoco se anunciaron fechas sobre la posible llegada de equipo bélico.

En la conferencia de prensa conjunta que ofrecieron al término de sus reuniones privadas, Calderón mencionó los planteamientos que hizo a su homólogo estadunidense: emprender nuevos proyectos en seguridad, migración, competitividad y asuntos globales; basar como nunca antes la lucha contra el crimen en la responsabilidad, la cooperación y la confianza; agilizar tiempos para disponer de recursos de la Iniciativa Mérida y realizar otras acciones, y adoptar nuevas medidas para prevenir flujos ilícitos de armas y dinero.

Además, fortalecer la cooperación en materia de información e inteligencia para combatir el lavado de dinero.

En su turno, Obama resaltó la “enorme admiración” por el valor de Calderón, así como de los policías y soldados que atacan a los cárteles del narcotráfico. La batalla contra el crimen, dijo, exige una acción coordinada y urgente, y señaló que “se deben acelerar nuestros esfuerzos para implementar la Iniciativa Mérida.

“Los cárteles van a tener que atacarse con mayor firmeza, pero vamos a ganar por nuestra prosperidad y nuestra seguridad común”, afirmó el presidente de EU, quien admitió que esta guerra “no se puede ganar con una sola mano”.

Advertencia

Convertido en uno de los temas centrales del día, el de la venta libre e indiscriminada de armas en tiendas estadunidenses a cárteles mexicanos del narcotráfico terminó por enfrentar a Obama y Calderón con posturas diferentes sobre el tema.

Mientras que el mandatario extranjero defendió el derecho de los estadunidenses a portar armas —consagrado en la Segunda Enmienda de su Constitución—, el mexicano advirtió que, algún día, la abundancia de armamento “que hoy apunta contra autoridades y ciudadanos mexicanos” podría regresar para afectar a Estados Unidos.

“Yo no he cambiado de opinión, creo que la prohibición de armas de asalto tiene sentido, pero sigo creyendo que podemos respetar, honrar los derechos de la Segunda Enmienda de nuestra Constitución, los derechos de los deportistas, de los cazadores, y los dueños de casa que quieren ofrecerle seguridad a sus familias (de tener armas)”, dijo Obama.

El presidente estadunidense fue enfático y, aunque admitió que desearía eliminar la venta de armas de asalto —como los rifles AK-47 o R-15—, señaló que hay pocas probabilidades de lograrlo.

Fue un día en el que el presidente Obama reconoció una y otra vez la valentía del gobierno de Calderón para enfrentar a los criminales que actúan sobre todo en la frontera norte de México. “Creo que el presidente Calderón ha utilizado un enorme capital político para tratar con este tema”.

Pero no sólo eso. Afirmó que no es un objetivo realista eliminar todos los flujos de drogas y armas ilícitas. Lo que sí se puede pretender —afirmó— es reducir enorme y drásticamente la actividad criminal “que amenaza la estabilidad a lo largo de nuestra frontera”, así como disminuir la corrupción y su amenaza al Estado de Derecho. “Ese es el tipo de progreso que creo que se puede lograr”, dijo.

En torno a las disputas fronterizas por el acceso a carreteras estadunidenses, Obama se limitó a señalar que es necesario resolver las diferencias con el gobierno mexicano y prometió: “Vamos a resolverlo, el presidente Calderón y yo vamos a resolverlo”.

- Claves

Llegada con retraso

• Barack Obama arribó con 20 minutos de retraso al Aeropuerto Internacional Benito Juárez a bordo del Air Force One. Durante 58 minutos se suspendieron las operaciones de despegue y aterrizaje en el AICM.

• De la terminal aérea se trasladó al Campo Marte en helicóptero y ahí abordó la limusina presidencial, llamada La Bestia, para dirigirse a la residencia oficial de Los Pinos.

• Después del encuentro con Felipe Calderón se trasladó al hotel Presidente Intercontinental, en la zona de Polanco, donde sostuvo reuniones con integrantes de la embajada estadunidense.
Víctor Michel y Lorena López, Milenio, 17 de abril.

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