Aproximadamente 500 integrantes del Movimiento de Resistencia Civil Pacífica que encabeza Andrés Manuel López Obrador ingresaron en tumulto al Auditorio Nacional para intentar boicotear el acto de toma de protesta de todos los candidatos del PRD a los diversos cargos de elección popular.
Desde temprana hora el contingente conocido en el megaplantón y en las asambleas informativas de López Obrador como Flor y Canto llegó disfrazado con playeras y banderines del PRD hasta las puertas del Auditorio, pero personal de vigilancia se negó a darle la entrada debido a que no contaba con boletos ni acreditación, lo que provocó que ese grupo intentara dar el tradicional portazo. Finalmente se le permitió su ingreso y ya en el recinto, entre las butacas y los baños, cambiaron sus camisetas por otras con la imagen del tabasqueño.
Cuando Jesús Ortega apareció en el estrado, el contingente de Flor y Canto, que se apoderó de los asientos ubicados en lo más alto del Auditorio, lo abucheó desde el principio hasta el fin del acto, además de exigir su renuncia a la dirigencia nacional con gritos de “¡Fuera Chucho!, ¡Fuera Chucho!” y corear en repetidas ocasiones “¡Obrador!” “¡Obrador!”.
A ese grupo de lopezobradoristas poco o nada le importó que por primera vez desde que el PRD quedara dividido como consecuencia de su elección interna para la dirigencia nacional, Jesús Ortega Martínez y Alejandro Encinas compartieran el estrado y el micrófono.
Ni Encinas los calmó
El primero en hacer uso de la palabra fue Encinas, quien recibió una fuerte ovación de la mayoría de los más de 10 mil perredistas que abarrotaron el auditorio y que llegaron de todos los puntos de la República. El ex jefe de Gobierno capitalino manifestó que le daba “mucho gusto estar en casa, en mi partido… Ya los extrañaba”; sin embargo, enseguida lamentó la andanada de los integrantes de la resistencia civil pacífica de López Obrador por la rechifla y los insultos que no cesaban hasta que él hizo uso de la palabra.
“No es posible seguir escalando el conflicto interno. Escalar nuestras divisiones sólo allana el camino a la derecha y más si el día de hoy entramos de lleno a la campaña electoral para renovar la Cámara de Diputados y diversos órganos de gobiernos locales”, recriminó.
Encinas hizo hincapié en que “es claro que tenemos diferencias al interior del partido, pero el momento político exige actuar con responsabilidad, pues no podemos permitir un retroceso electoral de nuestro partido, el más importante de la izquierda mexicana”.
Por ello convocó a todas las tribus perredistas a dejar atrás las diferencias y, sostuvo que para lograrlo “es indispensable la unidad y acción de este partido y de la izquierda en la contienda electoral”.
Agregó que esta es la primera contienda después “del despojo de que fuimos objeto en julio de 2006 y será el escenario de una disputa política frente a la derecha representada por PAN y PRI.
“Nuestro adversario está claramente identificado: Es la derecha autoritaria y conservadora, representada por el PAN y por el PRI. Hoy la prioridad es posicionar a nuestro partido en la elección, en el Congreso y en los gobiernos locales”, abundó.
Y llegó la protesta
Luego tocó el turno a Jesús Ortega para enviar un mensaje a sus correligionarios y tomar la protesta a los candidatos perredistas que se encontraban en los asientos del centro del escenario.
Fue en ese momento cuando el contingente lopezobradorista intensificó sus gritos contra el líder del PRD, quien tuvo que guardar silencio por varios minutos, hasta que Alejandro Encinas le pidió el micrófono para solicitar a las huestes del tabasqueño respetar su intervención; sin embargo, éstas hicieron caso omiso al llamado del ex jefe del GDF.
Con el rostro desencajado, Ortega tuvo que hacer a un lado el discurso que llevaba preparado y comenzó a improvisar entre el griterío en su contra, y acusó que lo que se hacía en esos momentos no era sino una pretensión clara de “boicotear el acto”. Esa estrategia, sentenció, sólo garantiza el avance de PRI y PAN.
“Por eso les ruego, les pido que permitamos...” dijo sin poder hilar una frase más ante los chiflidos y mentadas de madre en su contra y consignas de “¡Fuera!” “¡Fuera!”.
En ese momento todos los candidatos se levantaron de sus asientos y con el puño en alto se dirigieron hacia el sector que abucheaba a su dirigente nacional y comenzaron a gritar ¡”Unidad!” “¡Unidad!”, pero tampoco fue suficiente. Ortega no tuvo más remedio que rematar el acto con la toma de protesta a los candidatos perredistas, entre rechiflas e insultos en su contra.
- Claves
“Fuerza decisoria”
• El PRD se va a “convertir en la fuerza decisoria del Congreso y del rumbo de México en favor de la gente y los trabajadores”, dijo Jesús Ortega en su discurso.
• Agregó que en la medida en que el PRD esté fuerte, será un valladar infranqueable para detener al PRI.
Desde temprana hora el contingente conocido en el megaplantón y en las asambleas informativas de López Obrador como Flor y Canto llegó disfrazado con playeras y banderines del PRD hasta las puertas del Auditorio, pero personal de vigilancia se negó a darle la entrada debido a que no contaba con boletos ni acreditación, lo que provocó que ese grupo intentara dar el tradicional portazo. Finalmente se le permitió su ingreso y ya en el recinto, entre las butacas y los baños, cambiaron sus camisetas por otras con la imagen del tabasqueño.
Cuando Jesús Ortega apareció en el estrado, el contingente de Flor y Canto, que se apoderó de los asientos ubicados en lo más alto del Auditorio, lo abucheó desde el principio hasta el fin del acto, además de exigir su renuncia a la dirigencia nacional con gritos de “¡Fuera Chucho!, ¡Fuera Chucho!” y corear en repetidas ocasiones “¡Obrador!” “¡Obrador!”.
A ese grupo de lopezobradoristas poco o nada le importó que por primera vez desde que el PRD quedara dividido como consecuencia de su elección interna para la dirigencia nacional, Jesús Ortega Martínez y Alejandro Encinas compartieran el estrado y el micrófono.
Ni Encinas los calmó
El primero en hacer uso de la palabra fue Encinas, quien recibió una fuerte ovación de la mayoría de los más de 10 mil perredistas que abarrotaron el auditorio y que llegaron de todos los puntos de la República. El ex jefe de Gobierno capitalino manifestó que le daba “mucho gusto estar en casa, en mi partido… Ya los extrañaba”; sin embargo, enseguida lamentó la andanada de los integrantes de la resistencia civil pacífica de López Obrador por la rechifla y los insultos que no cesaban hasta que él hizo uso de la palabra.
“No es posible seguir escalando el conflicto interno. Escalar nuestras divisiones sólo allana el camino a la derecha y más si el día de hoy entramos de lleno a la campaña electoral para renovar la Cámara de Diputados y diversos órganos de gobiernos locales”, recriminó.
Encinas hizo hincapié en que “es claro que tenemos diferencias al interior del partido, pero el momento político exige actuar con responsabilidad, pues no podemos permitir un retroceso electoral de nuestro partido, el más importante de la izquierda mexicana”.
Por ello convocó a todas las tribus perredistas a dejar atrás las diferencias y, sostuvo que para lograrlo “es indispensable la unidad y acción de este partido y de la izquierda en la contienda electoral”.
Agregó que esta es la primera contienda después “del despojo de que fuimos objeto en julio de 2006 y será el escenario de una disputa política frente a la derecha representada por PAN y PRI.
“Nuestro adversario está claramente identificado: Es la derecha autoritaria y conservadora, representada por el PAN y por el PRI. Hoy la prioridad es posicionar a nuestro partido en la elección, en el Congreso y en los gobiernos locales”, abundó.
Y llegó la protesta
Luego tocó el turno a Jesús Ortega para enviar un mensaje a sus correligionarios y tomar la protesta a los candidatos perredistas que se encontraban en los asientos del centro del escenario.
Fue en ese momento cuando el contingente lopezobradorista intensificó sus gritos contra el líder del PRD, quien tuvo que guardar silencio por varios minutos, hasta que Alejandro Encinas le pidió el micrófono para solicitar a las huestes del tabasqueño respetar su intervención; sin embargo, éstas hicieron caso omiso al llamado del ex jefe del GDF.
Con el rostro desencajado, Ortega tuvo que hacer a un lado el discurso que llevaba preparado y comenzó a improvisar entre el griterío en su contra, y acusó que lo que se hacía en esos momentos no era sino una pretensión clara de “boicotear el acto”. Esa estrategia, sentenció, sólo garantiza el avance de PRI y PAN.
“Por eso les ruego, les pido que permitamos...” dijo sin poder hilar una frase más ante los chiflidos y mentadas de madre en su contra y consignas de “¡Fuera!” “¡Fuera!”.
En ese momento todos los candidatos se levantaron de sus asientos y con el puño en alto se dirigieron hacia el sector que abucheaba a su dirigente nacional y comenzaron a gritar ¡”Unidad!” “¡Unidad!”, pero tampoco fue suficiente. Ortega no tuvo más remedio que rematar el acto con la toma de protesta a los candidatos perredistas, entre rechiflas e insultos en su contra.
- Claves
“Fuerza decisoria”
• El PRD se va a “convertir en la fuerza decisoria del Congreso y del rumbo de México en favor de la gente y los trabajadores”, dijo Jesús Ortega en su discurso.
• Agregó que en la medida en que el PRD esté fuerte, será un valladar infranqueable para detener al PRI.
Rodolfo Montes, Milenio, 20 de febrero.
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