Insta Vivanco a restituir credibilidad a la CNDH

El Senado debe devolver a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) la credibilidad perdida durante la gestión de José Luis Soberanes, opina el director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco.

"El nuevo ombudsman tiene una gran tarea. Desgraciadamente creo que la gestión del doctor Soberanes deja a la Comisión Nacional muy debilitada en su credibilidad.

"(La CNDH de Soberanes) va a pasar a la historia como una institución que ejerce algunas de sus facultades no para ampliar los derechos humanos, sino para restringirlos, como fue su lamentable intervención en el litigio ante la Suprema Corte en el caso del aborto", externa en entrevista.

Vivanco, quien ayer participó en un foro sobre transparencia y se reunió con diputados, habló sobre los criterios bajo los cuales los senadores tendrían que designar al próximo ombudsman y sobre los retos que éste enfrentará.



¿Qué características debe tener la persona que dirija la CNDH?

La CNDH es un órgano demasiado importante para terminar resolviendo la designación a favor de alguien que no cuente con las credenciales, la experiencia y la credibilidad para ejercer esa función.

La principal cualidad que deba tener el presidente o presidenta de la CNDH debe ser un récord de probada integridad e independencia. La clave es que se pueda juzgar una trayectoria, que lleguen personas con evidencias de haber ejercido funciones sin vacilar ante el poder y mostrando un coraje moral, una fortaleza de temperamento para resolver situaciones complejas porque estos temas no son fáciles, y enfrentar presiones preservando lo principal, que es la credibilidad de la Comisión.

Hay experiencias en otros países donde se han nombrado personas que no contaban con una trayectoria que permitiera hacer ese juicio. Se han dado casos donde esa persona crece en el cargo y sorprende a todos, pero son los menos. Yo prefiero no correr ese riesgo y tratar de encontrar un candidato, y eventualmente la máxima autoridad de la Comisión Nacional entre aquellos de probada trayectoria.



A partir del informe de HRW sobre la CNDH ¿cuáles son los principales retos del nuevo ombudsman?

La CNDH, desgraciadamente, durante la gestión de Soberanes, tuvo serias deficiencias, como la falta de transparencia, que no le ayuda a una institución que debe contar con el apoyo de la ciudadanía. También hubo falta de comprensión de sus atribuciones y autoridad, especialmente en cuanto a las posibilidades de darle seguimiento a sus resoluciones.

Él (Soberanes) nunca entendió que la labor no culmina ni él puede darse por satisfecho con la publicación de una resolución, especialmente cuando esa resolución supone que, por ejemplo, los militares deban autoinvestigarse, a sabiendas de que no lo harán.

También hay que hacer un esfuerzo por mantener las mejores relaciones con la sociedad civil. Otra lección es no caer en tentaciones de politizar la función, generar la impresión de que hay alguna agenda política.

Una de las principales tareas en el ámbito de derechos humanos es despolitizar, desideologizar el trabajo de derechos humanos. Que se entienda que esto no es un monopolio de la derecha o de la izquierda y que no depende de una coyuntura política específica. Éstos son valores permanentes, universales, que a cualquier precio hay que defender.



Y el nuevo ombudsman tendrá que asumirlo...

El nuevo ombudsman tiene una gran tarea. Desgraciadamente, la gestión del doctor Soberanes deja a la Comisión Nacional muy debilitada en su credibilidad.



No aprovechó su autonomía, que surge con su gestión...

No, no lo aprovechó. Se quedó corto.

Pudo haber promovido una discusión, un debate que terminara con una reforma al fuero militar, y, aparte de algunas declaraciones que hizo en comparecencias en el Senado diciendo que lamentaba el fuero militar, no lo tradujo en una estrategia concreta de cambio.



Tampoco impulsó la reforma constitucional en materia de derechos humanos.

No promovió ninguna reforma. Por ahí, declaraciones sueltas, pero esto no alcanza. Fue tan pobre el paso por la Comisión Nacional del doctor Soberanes y la dejó tan maltrecha que muchos que creen en la causa de los derechos humanos, en algunos planteamientos públicos y privados, llegaron a sostener que más valía desaparecer a la CNDH, que mejor era no tener nada, lo cual me parece un gran error porque es confundir las cosas.

Ahí hay un problema de gestión en la Comisión que se puede resolver con el liderazgo adecuado, con la gestión adecuada.



¿Tendría que revisarse la cuestión de los recursos de la CNDH?

Nuestra intención no es reducir los recursos, sino hasta, si fuera necesario aumentarlos, pero con la mayor transparencia y con una rendición de cuentas muy clara donde haya una relación entre los resultados logrados y los recursos empleados.



¿El Senado deberá escoger a alguien que no signifique continuidad con la gestión de Soberanes?

Si uno termina con una gestión que termina con problemas serios de credibilidad y que termina debilitando a una institución muy valiosa, hay que hacer lo posible y lo imposible por encontrar una persona que devuelva esa credibilidad, sobre todo sobre la base de una trayectoria probada de independencia y coraje.
Silvia Garduño, Reforma, 30 de octubre.

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