BOGOTÁ.- A pesar de la polémica que suscitó el solo anuncio, Bogotá y Washington firmaron ayer un acuerdo de cooperación que dará acceso a personal y aeronaves de Estados Unidos a bases aéreas colombianas.
El llamado "Acuerdo complementario para la cooperación y asistencia técnica en defensa y seguridad" fue suscrito por el Embajador de Estados Unidos en Bogotá, William Brownfield, y el Canciller y los Ministros de Defensa y del Interior colombianos.
"El acuerdo se basa en el total respeto a los principios de igualdad soberana, integridad territorial y no intervención en los asuntos internos de otros Estados", indicó el Gobierno en un escueto comunicado.
En posterior rueda de prensa, el Canciller colombiano, Jaime Bermúdez, explicó que el acuerdo fue firmado en una ceremonia discreta porque no tenían la pretensión de hacer un desafío ni un show.
El funcionario aseguró que la próxima semana el texto del acuerdo será entregado a los presidentes del Senado y la Cámara de Representantes colombiana y, posteriormente sería publicado.
Insistió en que la ayuda de Estados Unidos, de carácter técnico, no implica movilización ni entrada en combate de tropas estadounidenses y se centrará en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
"Colombia ha logrado firmar este convenio pensando en la necesidad de tener mecanismos más eficaces en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo", dijo Bermúdez.
El Canciller precisó que la reforzada cooperación técnica, en alusión a los equipos de interceptación y radares de los aviones de Estados Unidos, hará más eficientes las comunicaciones y las labores de inteligencia.
Y aunque habrá cabida para las frecuencias privadas de radio entre militares, ni siquiera será indispensable aumentar el personal militar de Estados Unidos en Colombia, que por ahora no rebasa la cifra de 230, de un tope de mil 400, 800 militares más 600 contratistas.
"No vamos a ver un número inusitado de personal militar ni aviones norteamericanos en exceso, ni aviones llegando cargados de tropas, aquí no va a haber personal de combate con carácter ofensivo de Estados Unidos", insistió.
De hecho, subrayó, las maniobras de Estados Unidos estarán todas supeditadas a la autoridad colombiana.
Bermúdez también recordó que con el convenio, que tendrá una duración de 10 años, renovable, la inmunidad para el personal de Estados Unidos no es nueva e incluso será limitada.
En entrevista para REFORMA, el vicepresidente Francisco Santos estimó que la información de inteligencia que produzca el acuerdo ayudará a ubicar a los cabecillas de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y envía el mensaje de que el tiempo se les acaba.
"Sin duda, esta inteligencia va a ayudar. El mensaje de este acuerdo a la guerrilla es que su tiempo se acabo. Este acuerdo manda un mensaje muy claro de que negocien, es la única salida que les queda", advirtió.
Santos no descartó que los principales líderes de las FARC puedan caer pronto.
"Se hacen todos los esfuerzos, hay muy buena inteligencia, buena operatividad, pero muchas veces es simplemente un elemento final de suerte o de ajuste lo que permite que esas operaciones sean exitosas. Para mí es sólo cuestión de tiempo", afirmó.
El vicepresidente evitó asegurar en qué proporción el acuerdo servirá para combatir el narcotráfico y a la guerrilla.
"Si es 50-50, está perfecto. Es muy difícil mirar qué es guerrilla y qué narcotráfico, está tan mezclado que hacer esa diferenciación es casi imposible", expuso.
Las siete bases
Estados Unidos utilizará durante los próximos diez años siete bases militares colombianas para combatir al narcotráfico y el terrorismo.
· Las fuerzas estadounidenses usarán 3 bases aéreas, 2 navales y 2 fuertes militares.
· El acuerdo no aumentará el número de tropas y contratistas estadounidenses más allá del límite de mil 400 (800 militares y 600 contratistas civiles), un techo fijado por leyes de Washington.
· El acuerdo entró en vigencia ayer y se extiende por 10 años renovables.
· En las bases aéreas podrían operar aeronaves estadounidenses del tipo E-3 Sentry AWACS, P-3 Orion, C-130 y E-2 Hawkeye.
El llamado "Acuerdo complementario para la cooperación y asistencia técnica en defensa y seguridad" fue suscrito por el Embajador de Estados Unidos en Bogotá, William Brownfield, y el Canciller y los Ministros de Defensa y del Interior colombianos.
"El acuerdo se basa en el total respeto a los principios de igualdad soberana, integridad territorial y no intervención en los asuntos internos de otros Estados", indicó el Gobierno en un escueto comunicado.
En posterior rueda de prensa, el Canciller colombiano, Jaime Bermúdez, explicó que el acuerdo fue firmado en una ceremonia discreta porque no tenían la pretensión de hacer un desafío ni un show.
El funcionario aseguró que la próxima semana el texto del acuerdo será entregado a los presidentes del Senado y la Cámara de Representantes colombiana y, posteriormente sería publicado.
Insistió en que la ayuda de Estados Unidos, de carácter técnico, no implica movilización ni entrada en combate de tropas estadounidenses y se centrará en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
"Colombia ha logrado firmar este convenio pensando en la necesidad de tener mecanismos más eficaces en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo", dijo Bermúdez.
El Canciller precisó que la reforzada cooperación técnica, en alusión a los equipos de interceptación y radares de los aviones de Estados Unidos, hará más eficientes las comunicaciones y las labores de inteligencia.
Y aunque habrá cabida para las frecuencias privadas de radio entre militares, ni siquiera será indispensable aumentar el personal militar de Estados Unidos en Colombia, que por ahora no rebasa la cifra de 230, de un tope de mil 400, 800 militares más 600 contratistas.
"No vamos a ver un número inusitado de personal militar ni aviones norteamericanos en exceso, ni aviones llegando cargados de tropas, aquí no va a haber personal de combate con carácter ofensivo de Estados Unidos", insistió.
De hecho, subrayó, las maniobras de Estados Unidos estarán todas supeditadas a la autoridad colombiana.
Bermúdez también recordó que con el convenio, que tendrá una duración de 10 años, renovable, la inmunidad para el personal de Estados Unidos no es nueva e incluso será limitada.
En entrevista para REFORMA, el vicepresidente Francisco Santos estimó que la información de inteligencia que produzca el acuerdo ayudará a ubicar a los cabecillas de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y envía el mensaje de que el tiempo se les acaba.
"Sin duda, esta inteligencia va a ayudar. El mensaje de este acuerdo a la guerrilla es que su tiempo se acabo. Este acuerdo manda un mensaje muy claro de que negocien, es la única salida que les queda", advirtió.
Santos no descartó que los principales líderes de las FARC puedan caer pronto.
"Se hacen todos los esfuerzos, hay muy buena inteligencia, buena operatividad, pero muchas veces es simplemente un elemento final de suerte o de ajuste lo que permite que esas operaciones sean exitosas. Para mí es sólo cuestión de tiempo", afirmó.
El vicepresidente evitó asegurar en qué proporción el acuerdo servirá para combatir el narcotráfico y a la guerrilla.
"Si es 50-50, está perfecto. Es muy difícil mirar qué es guerrilla y qué narcotráfico, está tan mezclado que hacer esa diferenciación es casi imposible", expuso.
Las siete bases
Estados Unidos utilizará durante los próximos diez años siete bases militares colombianas para combatir al narcotráfico y el terrorismo.
· Las fuerzas estadounidenses usarán 3 bases aéreas, 2 navales y 2 fuertes militares.
· El acuerdo no aumentará el número de tropas y contratistas estadounidenses más allá del límite de mil 400 (800 militares y 600 contratistas civiles), un techo fijado por leyes de Washington.
· El acuerdo entró en vigencia ayer y se extiende por 10 años renovables.
· En las bases aéreas podrían operar aeronaves estadounidenses del tipo E-3 Sentry AWACS, P-3 Orion, C-130 y E-2 Hawkeye.
OCtavio Pineda corresponsal, Reforma, 31 de octubre.
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