El Ministro de Finanzas, Alí Rodríguez, desestimó que el proceso contra las siete entidades -que manejaban cerca del 8 por ciento del negocio bancario- represente una crisis como la que lo sacudió a mediados de la década de los 90 y arrasó con la mitad de las instituciones.
El cierre de ayer afectó a los bancos Baninvest, Real y Central Banco, que poseen 2 por ciento de las captaciones del sistema.
En noviembre, el Gobierno intervino los bancos Confederado, Bolívar, Provivienda (BanPro) y Canarias a puertas abiertas. Los dos primeros fueron estatizados, y los demás, liquidados.
Actualmente, el Estado controla un 25 por ciento del sector bancario y es el actor más poderoso del mismo.
"El análisis realizado (en los tres bancos) arroja la posibilidad de rehabilitarlos a fin de restablecer la normalidad de las operaciones, garantizar los derechos de los depositantes, de los acreedores y por supuesto, también del Estado y la sanidad, la salud de todo el sistema", explicó Rodríguez en una breve alocución.
La medida a puertas cerradas significa que las instituciones no podrán atender al público.
El funcionario detalló que las nuevas entidades intervenidas, propiedad del empresario Pedro Torres Ciliberto, al que medios vinculan con el Gobierno, serán recuperadas por el Estado, y que retomaría las operaciones.
Las versiones sobre las relaciones de Torres Ciliberto con el Estado se intensificaron luego de que éste designara como directivo de Baninvest y Real a Arne Chacón, hermano del Ministro de Ciencia, Tecnología e Industrias, Jesse Chacón.
Poco después del anuncio, el Presidente Hugo Chávez aseguró que el Gobierno decidió intervenir las tres entidades porque no representaban "ninguna seguridad para el público".
Dijo que la población debe mantener la calma y que está garantizado el 99 por ciento de los depósitos de Central, el 98.2 de Real y el 72.3 de Baninvest.
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