La Secretaria de Estado Hillary Clinton anunció ayer en la capital danesa que para 2020 su país y otros estados recaudarán la millonaria cifra. Pero, aunque China calificó de positivo el ofrecimiento, ésta y otras naciones emergentes consideran que el objetivo debería ser de alrededor de 350 mil millones de dólares.
Clinton, sin embargo, condicionó la oferta a la obtención de un acuerdo amplio en la cumbre, el cual debería incluir un compromiso del gigante asiático para permitir algún tipo de verificación sobre la reducción de sus emisiones contaminantes.
Estados Unidos es el segundo emisor de gases de efecto invernadero, después de China.
Sobre el mecanismo de verificación, el Ministro indio de Medio Ambiente, Jairam Ramesh, aseguró ayer que un acuerdo sobre el tema tenía un 75 por ciento de avances.
Pero, además de superar el estira y afloja en Copenhague, la oferta estadounidense deberá todavía ser ratificada por el Senado de ese país.
"Queremos recordar que el Presidente (Barack Obama) y sus colaboradores no tienen autoridad para comprometer a Estados Unidos en un acuerdo internacional", dijo en Washington Jon Kyl, el líder de la minoría republicana de la Cámara alta.
La llegada de Clinton y su anuncio en Copenhague intensificaron el duelo diplomático que ha dominado las dos semanas de negociaciones climáticas.
En su oportunidad ante el pleno de las 193 delegaciones nacionales presentes, el Presidente francés, Nicolas Sarkozy, advirtió que, si no se cambia de rumbo, la cumbre terminará en desastre.
"Quedan menos de 24 horas. Si seguimos así, será un fracaso", dijo Sarkozy.
El Mandatario galo, quien pidió mayores compromisos de los países desarrollados, principalmente de Estados Unidos, convocó a una reunión nocturna de representantes de 28 naciones para lograr un acuerdo antes de llegar a la fecha límite dada por ONU.
De esta sesión emanó un proyecto de declaración política contra el cambio climático que sería presentado la mañana de hoy a los Mandatarios de esas 28 naciones, entre ellas México, Estados Unidos y China.
Sin embargo, el Primer Ministro danés, Loekke Rasmussen, dijo que, aunque las conversaciones habían sido productivas, estaban lejos de llegar a un resultado.
Por otro lado, Sarkozy señaló que, en caso de no pactar un nuevo acuerdo climático, como prefiere la Unión Europea, Francia podría aceptar una extensión del actual Protocolo de Kyoto, que expira en 2012, como lo piden las naciones en desarrollo.
Al margen de la conferencia, un análisis confidencial de la ONU publicado ayer por The Guardian revela que, aun con las promesas de reducción de emisiones hechas en Copenhague, la temperatura ambiental podría aumentar en 3 grados en los próximos 100 años, lo que causaría severas inundaciones y hambruna.
La Cumbre de Copenhague concluye hoy con una sesión en la que estarán el Presidente Obama, el Premier chino, Wen Jiabao, y más de 110 líderes mundiales.
Promesas y condiciones
Los mayores contaminantes del mundo tienen propuestas, pero también demandas.
China
· Es el mayor emisor de gases de efecto invernadero (6 mil 800 millones de toneladas anualmente).
· Lo que ofrece: disminuir su intensidad de carbono -la cantidad de CO2 emitida por cada unidad de PIB- de 40 a 45 por ciento para 2020 en comparación con 2005.
· Lo que pide: que las naciones desarrolladas se comprometan a reducir sus emisiones al menos en 40 por ciento para 2020.
Estados Unidos
· 6 mil 400 millones de toneladas anualmente.
· Lo que ofrece: reducir emisiones en 17 por ciento para 2020, y en 83 para 2050. Prometió recaudar 100 mil millones de dólares para ayudar a los países en desarrollo en la lucha ambiental y mil millones más contra la deforestación.
· Lo que pide: lograr un acuerdo de "inmediato efecto operacional" y que China transparente sus emisiones.
Unión Europea
· 5 mil 30 millones de toneladas.
· Lo que ofrece: reducir sus emisiones en 20 por ciento, bajo los niveles de 1990, para 2020, y en 30 por ciento si otros países desarrollados siguen el ejemplo. También apoyará financieramente a las naciones en desarrollo.
· Lo que pide: que las potencias emergentes frenen el aumento de sus emisiones entre 15 y 30 por ciento para 2020.
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