La propuesta de reforma política del presidente Felipe Calderón Hinojosa, que otorgaría más atribuciones al Poder Ejecutivo, como la facultad de decretar hasta dos iniciativas enviadas al Congreso que no se hayan dictaminado, desató un intenso debate entre gobernadores de PAN, PRI y PRD.
Los panistas defendieron punto por punto el decálogo presentado por Calderón, bajo el argumento de que el eje de este proyecto es ciudadanizar la política y, con ello, romper con “inercias creadas a partir de incentivos perversos”.
Priístas y perredistas reclamaron respetar el pacto federal y criticaron al Presidente por buscar poderes “metaconstitucionales”.
La nueva arquitectura institucional debe desaparecer la “excesiva concentración de funciones y atribuciones en el ámbito federal”, dijo el gobernador de Sinaloa (PRI), Jesús Aguilar.
El mandatario estatal empató las reformas política y fiscal al explicar que un federalismo renovado sólo se logrará con nuevas políticas de ingreso y gasto, autonomía fiscal, potestades tributarias y el traslado del control de la política social a las entidades.
El gobernador de Veracruz, Fidel Herrera (PRI), aseguró que el Decálogo de Calderón pretende lograr “facultades metaconstitucionales” para el Ejecutivo que se oponen al federalismo.
“Nadie quiere una República de virreyes, tampoco de reyes. Queremos una República donde todos, ante la ley, compartamos responsabilidades (…) No queremos un centralismo avasallador y asfixiante; por ningún asomo, feudalismos balcanizadores”.
División de opiniones
Los gobernadores de Morelos, Marco Antonio Adame, y de Sonora, Guillermo Padrés, ambos del PAN, destacaron las bondades de cada una de las 10 iniciativas enviadas por Calderón al Congreso, bajo el argumento de que empoderar a los ciudadanos “no debilita ni paraliza”.
Adame dijo que aprobar la propuesta presidencial sería “dejar atrás la inmovilidad” del Congreso. “No se vale quejarse del debilitamiento del Poder Legislativo por la reducción cuantitativa (de legisladores)”.
Padrés Elías dijo que otorgar más poder al ciudadano es “equilibrar la balanza y establecer contrapesos” que son necesarios en la política.
También acudió el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, quien intentó agregar una nueva línea de discusión: elevar a rango de estado 32 al DF.
“El modelo institucional de relación entre el Ejecutivo y las autoridades electas del DF está mal hecho; no funciona”, dijo.
Para Ebrard la propuesta de Calderón es “inconexa”, y rechazó reducir el número de diputados plurinominales, la reelección de legisladores y alcaldes y la segunda vuelta presidencial.
Elena Michel y Alberto Morales, El Universal, 27 de enero.
Los panistas defendieron punto por punto el decálogo presentado por Calderón, bajo el argumento de que el eje de este proyecto es ciudadanizar la política y, con ello, romper con “inercias creadas a partir de incentivos perversos”.
Priístas y perredistas reclamaron respetar el pacto federal y criticaron al Presidente por buscar poderes “metaconstitucionales”.
La nueva arquitectura institucional debe desaparecer la “excesiva concentración de funciones y atribuciones en el ámbito federal”, dijo el gobernador de Sinaloa (PRI), Jesús Aguilar.
El mandatario estatal empató las reformas política y fiscal al explicar que un federalismo renovado sólo se logrará con nuevas políticas de ingreso y gasto, autonomía fiscal, potestades tributarias y el traslado del control de la política social a las entidades.
El gobernador de Veracruz, Fidel Herrera (PRI), aseguró que el Decálogo de Calderón pretende lograr “facultades metaconstitucionales” para el Ejecutivo que se oponen al federalismo.
“Nadie quiere una República de virreyes, tampoco de reyes. Queremos una República donde todos, ante la ley, compartamos responsabilidades (…) No queremos un centralismo avasallador y asfixiante; por ningún asomo, feudalismos balcanizadores”.
División de opiniones
Los gobernadores de Morelos, Marco Antonio Adame, y de Sonora, Guillermo Padrés, ambos del PAN, destacaron las bondades de cada una de las 10 iniciativas enviadas por Calderón al Congreso, bajo el argumento de que empoderar a los ciudadanos “no debilita ni paraliza”.
Adame dijo que aprobar la propuesta presidencial sería “dejar atrás la inmovilidad” del Congreso. “No se vale quejarse del debilitamiento del Poder Legislativo por la reducción cuantitativa (de legisladores)”.
Padrés Elías dijo que otorgar más poder al ciudadano es “equilibrar la balanza y establecer contrapesos” que son necesarios en la política.
También acudió el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, quien intentó agregar una nueva línea de discusión: elevar a rango de estado 32 al DF.
“El modelo institucional de relación entre el Ejecutivo y las autoridades electas del DF está mal hecho; no funciona”, dijo.
Para Ebrard la propuesta de Calderón es “inconexa”, y rechazó reducir el número de diputados plurinominales, la reelección de legisladores y alcaldes y la segunda vuelta presidencial.
Elena Michel y Alberto Morales, El Universal, 27 de enero.
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