Los restos del mayor de la policía colombiana, Julián Ernesto Guevara, fueron entregados hoy a su progenitora, Emperatriz de Guevara, por una misión humanitaria que los recibió de manos de la guerrilla de las FARC.
La anciana, revestida de una gran fortaleza, se fundió en un prolongado abrazo con la senadora Piedad Córdoba, quien encabezó la misión humanitaria que recibió de la guerrilla los despojos mortales del oficial.
Los restos del oficial, secuestrado en 1998 y muerto en cautiverio en enero de 2006, fueron recibidos en un paraje selvático del sureño Departamento de Guaviare por la senadora Córdoba, el Comité Internacional Internacional de la Cruz Roja (CICR) y el obispo Leonardo Gómez.
El comité traslado los restos, depositados en una sobria caja de madera cubierta por una fotografía del oficial, en un helicóptero prestado por el gobierno de Brasil y piloteado por militares de ese país, que aportaron toda la logística para la operación humanitaria.
La entrega a los familiares se hizo en el aeropuerto Vanguardia de la ciudad de Villavicencio, 230 kilómetros al sur de Bogotá, en medio de una absoluta solemnidad y tristeza.
La ceremonia contrastó con el júbilo que provocó la liberación del soldado Josué Calvo, el pasado domingo, y del sargento del ejército Pablo Moncayo, el martes anterior, en la que participó la misma misión humanitaria en circunstancias similares.
Guevara, quien recibió recientemente un ascenso póstumo a coronel, fue plagiado durante una ataque de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a la localidad de Mitú, donde murieron más de 60 agentes de la policía en noviembre de 1998.
El oficial estuvo cautivo hasta el 20 de enero de 2006, cuando murió tras soportar una penosa enfermedad, sin que recibiera atención médica adecuada por parte de los rebeldes, según testimonios de sus compañeros de plagio.
La operación de entrega de este jueves sufrió pequeños retrasos debido a que el helicóptero debió abastecerse de combustible en el aeropuerto de la ciudad de San José, capital del Guaviare, después de recoger los restos de Guevara y antes de regresar a Villavicencio.
Una vez en Villavicencio la madre del policía recibió los despojos mortales, el obispo Gómez realizó una pequeña ceremonia litúrgica para los familiares más cercanos.
Por su parte, el comisionado gubernamental de Paz, Frank Pearl, anunció que los despojos serán entregados a la Fiscalía para realizar una cadena de custodia y trasportarlos a Bogotá, donde se realizarán pruebas forenses para comprobar la identidad de los restos.
Se espera que la madre del oficial realice una pequeña rueda de prensa en la capital colombiana, una vez haya superado pequeños quebrantos de salud que sufrió durante el día, presumiblemente debido a la tensión que le provocó la espera de los restos de su hijo.
La anciana, revestida de una gran fortaleza, se fundió en un prolongado abrazo con la senadora Piedad Córdoba, quien encabezó la misión humanitaria que recibió de la guerrilla los despojos mortales del oficial.
Los restos del oficial, secuestrado en 1998 y muerto en cautiverio en enero de 2006, fueron recibidos en un paraje selvático del sureño Departamento de Guaviare por la senadora Córdoba, el Comité Internacional Internacional de la Cruz Roja (CICR) y el obispo Leonardo Gómez.
El comité traslado los restos, depositados en una sobria caja de madera cubierta por una fotografía del oficial, en un helicóptero prestado por el gobierno de Brasil y piloteado por militares de ese país, que aportaron toda la logística para la operación humanitaria.
La entrega a los familiares se hizo en el aeropuerto Vanguardia de la ciudad de Villavicencio, 230 kilómetros al sur de Bogotá, en medio de una absoluta solemnidad y tristeza.
La ceremonia contrastó con el júbilo que provocó la liberación del soldado Josué Calvo, el pasado domingo, y del sargento del ejército Pablo Moncayo, el martes anterior, en la que participó la misma misión humanitaria en circunstancias similares.
Guevara, quien recibió recientemente un ascenso póstumo a coronel, fue plagiado durante una ataque de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a la localidad de Mitú, donde murieron más de 60 agentes de la policía en noviembre de 1998.
El oficial estuvo cautivo hasta el 20 de enero de 2006, cuando murió tras soportar una penosa enfermedad, sin que recibiera atención médica adecuada por parte de los rebeldes, según testimonios de sus compañeros de plagio.
La operación de entrega de este jueves sufrió pequeños retrasos debido a que el helicóptero debió abastecerse de combustible en el aeropuerto de la ciudad de San José, capital del Guaviare, después de recoger los restos de Guevara y antes de regresar a Villavicencio.
Una vez en Villavicencio la madre del policía recibió los despojos mortales, el obispo Gómez realizó una pequeña ceremonia litúrgica para los familiares más cercanos.
Por su parte, el comisionado gubernamental de Paz, Frank Pearl, anunció que los despojos serán entregados a la Fiscalía para realizar una cadena de custodia y trasportarlos a Bogotá, donde se realizarán pruebas forenses para comprobar la identidad de los restos.
Se espera que la madre del oficial realice una pequeña rueda de prensa en la capital colombiana, una vez haya superado pequeños quebrantos de salud que sufrió durante el día, presumiblemente debido a la tensión que le provocó la espera de los restos de su hijo.
El Universal, 2 de abril.
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