El triunfo no llegará por arte de magia, afirma el mexiquense en Tlaxcala

Huamantla, Tlax., 26 de abril. Cuando en la víspera la candidata del PAN a la Presidencia, Josefina Vázquez Mota, aseguró que los milagros existen, hoy Enrique Peña Nieto se instaló en otra certeza: el triunfo del primero de julio no llegará por arte de magia o por el acompañamiento de la buena fortuna o de la suerte.

Reunido aquí con obreras de la industria textil, a quienes ofreció otorgar, como presidente, un seguro de vida para las madres trabajadoras, también aclaró: algunos compromisos de campaña se podrán cumplir de inmediato y otros llevarán más tiempo, pero en definitiva anticipó: No vamos a resolver todos los problemas porque una administración es finita... pero sí podemos hacer mucho.

Y para ello, tanto a los campesinos convocados en Calpulalpan, como a las operarias de la maquila, les pidió un voto de confianza. Ayúdenme a construir la suerte.

Este día, el aspirante del PRI a la Presidencia discurrió también en los asuntos de la coyuntura nacional. Sobre las prácticas corruptas de la trasnacional Wal-Mart pidió investigar, deslindar responsabilidades y aplicar la ley. Además, se congratuló de la decisión del Instituto Federal Electoral (IFE) para revisar y fiscalizar los montos erogados, aun antes de lo que la ley lo exige, porque con ello se acreditará el cumplimiento y ajuste al presupuesto autorizado. Hay, añadió, un respeto escrupuloso del PRI al tope marcado y quienes afirman lo contrario son aquellos adversarios interesados en descalificar nuestra participación, cuando no se ven en una posición favorable, cuando están en desventaja de acuerdo a las mediciones de las preferencias del electorado.

Con las obreras de la fábrica Zentrix, el mexiquense habló de la condición inaceptable de México como un país rezagado tecnológicamente en sus procesos productivos y de mano de obra barata. Si esto no se revierte, dijo, el país quedará condenado a tener sólo puestos de trabajo de baja calidad y mal remunerados por la falta de capacitación.

En Calpulalpan, porción de Tlaxcala en que trabajan productores, sobre todo de maíz, papa y cebada, a quienes la sequía y las heladas llevaron en las más recientes cosechas a la pérdida total de 120 mil hectáreas y donde en muchos casos no recogieron ni para autoconsumo, quienes acudieron al auditorio Revolución, se veían escépticos o de plano resignados ante la arenga pronunciada por Peña.

Ahora nomás falta que nos cobre el saludo, porque hasta eso le quedaríamos debiendo, comentaba uno de ellos. Y esa mezcla entre lamento y cierta dosis de ácido humor muy común entre los hombres del campo, se repetía en las conversaciones escuchadas a lo largo de las calles de esta población a la cual nada embellece y cuyo centro es una sucesión de pequeñas tiendas de ropa juvenil y enseres domésticos a pagar en abonos.

“El año pasado no recogimos maíz. Nadie puede decir que cosechó algo. Todo se perdió y sólo vivimos de ‘ayudas’ del gobierno, dos o tres mil pesos que se terminaron pronto”, decían otros dos, cuando se disponían a ver pasar en viejos camiones de pasajeros las tres horas del regreso a su comunidad.

Esta vez y con ellos, el priísta sólo ratificó los compromisos formulados para el agro el pasado 10 de abril en Axapusco, en la entidad mexiquense. Y cumplirá su palabra –insistió– de apoyar al campo con insumos más accesibles, más crédito y fondos de garantía ante las inclemencias climatológicas.

Cómo dudarlo, habrán pensado algunos, pues también dijo: Ustedes desde aquí siguieron lo que fue la gestión de un servidor cuando fui gobernador del estado de México que apoyamos de manera muy decidida la mecanización del campo y entregamos, en apoyo a los productores, 6 mil tractores durante mi gestión.

En la fábrica textil y casi para cortar su discurso para ya no echar un rollo más largo, habló de su compromiso de establecer una pensión para el retiro de la población adulta y de crear un sistema de seguridad social universal con acceso a la salud, seguro de desempleo y seguro de riesgos de trabajo.

Consideró la posibilidad de unificar a futuro a los institutos encargados de esos servicios (IMSS e Issste, entre ellos), si bien en una primera etapa lo importante será la cobertura, resaltó finalmente.

Rosa Elvira Vargas, La Jornada, 27 de abril.