Tiene Josefina su 'talk show'

Ayer prometía ser un día de regreso a la raíz de su partido y que intentaría mostrar una campaña de Josefina Vázquez Mota diferente. Como el eslogan, pues.

La panista llegó saludando con su sonrisa de chiquilla a representantes de la sociedad de Mérida, apenas un centenar reunido en el Fiesta Americana, que hizo a algunos comparar con la Marcha del Silencio que el silvestre Manuel Clouthier emprendió en el 88 por las calles de la ciudad blanca.

"Ustedes saben de lo que hablo cuando hablo de luchas por la democracia", dijo la candidata al evocar batallas de la oposición. Josefina vestía un conjunto de color hueso, zapatos dorados y, desde luego, el nuevo corte de cabello.

De las 130 preguntas acumuladas, contestó seis que le sacaron de una tómbola. La candidata a la Presidencia por el PAN dijo que ella no pactaría con la delincuencia ni le daría tregua. Dizque palo al PRI. Que de llegar al cargo exigiría acción a las autoridades locales, sean gobernadores o gobernadoras. Palo de alusión a Ivonne Ortega.

Más tarde, que promoverá que los políticos no tengan fuero y cadena perpetua a los cómplices de capos. Añadió que haría una campaña audaz contra las drogas, escuelas de tiempo completo e intensificaría la política cultural, para que cuando les pregunten a los niños qué leen, puedan contestar.

Palo invisible a Enrique Peña Nieto. Tampoco es que Josefina sea una aguerrida: expresa las cosas de pasadita, como decir que ya se hizo pruebas toxicológicas y de polígrafo, lo que no han hecho "sus dos contrincantes". Palo directo a Gabriel Quadri.

Alusión de nuevo: que no firma compromisos, porque siguiendo lo que aprendió de sus abuelos, le da valor a la palabra. De la nada, expresó que ella sí sabía que Mérida no tiene mar y exhortó a los yucatecos a no guardar en el cajón las batallas por la libertad.

Luego, comida con comerciantes, donde por más intensidad que puso a su discurso, quizá porque comió poco pollo y mucha agua, algunos conversaban distraídamente. La gente se mostró más efusiva con el candidato a gobernador, Joaquín Díaz Mena "Huacho".

Al término, Josefina se enfiló rumbo a Chemax, plaza de esas batallas panistas (fue de los primeros municipios ganados y hasta muertos). Llovió durante las casi tres horas de carretera, lo que no impidió que la candidata, rodeada de federales, se detuviera en la caseta para ir al baño.

En el pueblo, la llovizna insistía aunque las casi 5 mil personas que movían desganadas las empapadas banderitas panistas no abandonaron la plaza. Ataviada con un huipil que, según entendidos, lleva tres meses hacerlo a mano, Josefina llegó entre alusión de chubasco y gritos desafinados del animador.

Mientras iba y venía en el entarimado a la manera de una motivadora profesional, repitió lo que dijo en el día. Aburrido. Pidió entonces que las mujeres guerreras le dieran su apoyo.

"¡No me voy de Yucatán, me llevo a Yucatán conmigo!", finalizó, prometiendo además la implementación del programa federal 70 y Más en Chemax que, por otra parte, debiera estar ahí operando.

El mitin duró poco contra las casi tres horas de viaje. Las mujeres se olvidan rápido de ella y pelean por las playeras, los chiquillos por los banderines que luego lanzan a los techos de la modesta aldea y los viejos se toman refrescos en el Tendajo La Bendición de Dios.


Daniel de la Fuente enviado, Reforma, 12 de abril.

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