“Para ser ombudsman se requiere convicción”

Una Comisión Nacional de los Derechos Humanos antiburocrática, ágil, oportuna, austera, sin formalismos, propone Luis Raúl González Pérez, candidato a la presidencia de la CNDH y abogado general con licencia de la UNAM, quien aseguró que para ser ombudsman se requiere convicción, no sólo aspiración por un puesto.

Fundador de la CNDH –es el candidato que llega con un sólido respaldo de colegios de abogados y distinguidos catedráticos–, González Pérez se pronunció por realizar una convocatoria nacional por los derechos humanos para redefinir políticas en la materia.

Con más de 30 años de experiencia profesional –16 de éstos en la trinchera de los derechos humanos, 12 años y medio en diferentes cargos en la CNDH y 4 en la UNAM–, Luis Raúl González consideró que se requiere aplicar con severidad las penalidades a quienes infrinjan la ley.

En su agenda de trabajo presentada ante la Cámara de Senadores con ocho puntos prioritarios, destaca que se requiere de “una doble visión vanguardista” en la defensa y promoción de los derechos humanos. Por una parte, la plena observancia de los estándares internacionales y por otra transitar a un estadio de verdadera protección de los derechos económicos, sociales y culturales, así como de los derechos de solidaridad como la garantía de desarrollo, a un medio ambiente sano, a la disposición de agua suficiente como condición indispensable para la vida, a la protección de la salud, la educación y la vivienda.

La convocatoria nacional se haría, explicó, para fortalecer una política de Estado en materia de lucha contra la inseguridad pública, la impunidad, la corrupción y la injusticia, que incida en la protección y defensa de los derechos fundamentales, incluidos los derechos sociales que genere el análisis y discusión de temas como la seguridad pública, la participación de las fuerzas armadas en esta materia, el fuero militar, los derechos reproductivos, la diversidad sexual y cualquier expresión de la sexualidad o del género, entre otros temas, bajo la premisa de buscar acercamientos y evitar la polarización social.

En materia de seguridad, comentó que a los ciudadanos les queda claro que la prevención del delito no ha dado los resultados esperados y sí, por el contrario, el clima de inseguridad se viene apoderando de los espacios públicos y reduciéndolos para la convivencia social.

Seguridad pública y respeto a los derechos humanos, índicó, es un binomio indisoluble, “posible y necesario”, por eso la tarea del ombudsman debe ser colaborar mediante el establecimiento de propuestas y precedentes de vanguardia que conduzcan a una política de Estado que incida en el respeto irrestricto a los derechos humanos por parte de la autoridad pública.

Por lo que propone que en los exámenes aplicados a los servidores públicos se incluya uno sobre los derechos humanos y que sea un requisito que lo aprueben.

También consideró que la critica y la autocrítica son parte sustancial del trabajo del ombudsman nacional para que se evite el conformismo y la autocomplacencia de sus integrantes.

Se requiere, puntualizó, recobrar la esencia del ombudsman que se trabaje al lado de la sociedad y sume esfuerzos con las organizaciones civiles.

Eugenia Jiménez, Milenio, 19 de octubre.