En octubre de este año las remesas familiares se desplomaron 35.8 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado, un nivel no observado desde 1995 cuando el Banco de México (Banxico) inició la medición de este indicador.
Los recursos enviados por los mexicanos que radican en el exterior en el lapso referido sumaron mil 692 millones de dólares, cuando en octubre de 2008 ingresaron al país por este concepto, 2 mil 636 millones de dólares.
Con esta caída se acumulan 12 meses consecutivos en que las remesas presentan variaciones negativas en su comparativo anual, lo cual refleja la debilidad de la actividad económica mundial, principalmente la de Estados Unidos.
En el acumulado (enero-octubre de 2009), el instituto central indicó que las remesas suman 18 mil 126 millones de dólares, cifra inferior a los 21 mil 614 millones, registrados en igual periodo del año pasado, lo que significa una caída de 16.13 por ciento.
El investigador económico del Tecnológico de Monterrey Carlos Canfield señaló que la fuerte caída de estos recursos obedece a la elevada tasa de desempleo que prevalece en varios países, particularmente en Estados Unidos, donde supera 10 por ciento.
El sector de la construcción se mantiene débil, agregó, y al ser una actividad en la que se concentra una importante masa laboral de migrantes las afectaciones recaen sobre sus ingresos.
“Esta caída repercutirá en el consumo y otras actividades económicas de quienes reciben estos recursos; la gente tendrá menores ingresos y ni siquiera la depreciación del peso frente al dólar compensará esta disminución”, recalcó.
Luis Flores, director de análisis económico de Grupo Ixe, explicó que esta caída responde al efecto estadístico que propició el tipo de cambio en octubre de 2008, cuando las altas cotizaciones del dólar frente al peso condujeron a una depreciación de la moneda nacional de 11.3 por ciento.
Añadió que las remesas volverán a repuntar y presentar variaciones positivas en 2010, en gran medida por el despegue económico en la Unión Americana.
Una encuesta elaborada por el Fondo Multilateral de Inversiones señaló que 4 por ciento de las personas que radican en otra nación aceptaron haber enviado menores cantidades de dinero, un tercio recortó sus gastos diarios y uno de cada cinco se vio obligado a tener un segundo empleo.
De acuerdo con algunas estimaciones, al cierre del año México podría recibir alrededor de 20 mil millones de dólares por remesas, lo que significaría una disminución de 20 por ciento respecto a los 25 mil 137 millones de dólares captados en 2008.
Canfield apuntó que la dependencia de los ingresos por remesas manifiesta el problema estructural del país.
“Esto nos debe preocupar, la falta de crecimiento económico, la escasa generación de empleos y de calidad hace que muchos mexicanos busquen mejores oportunidades fuera de nuestras fronteras”.
La Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares señala que las familias con menores recursos ocupan 40 por ciento de sus ingresos para su alimentación, por lo cual la disminución del monto de remesas afectará su consumo.
Los recursos enviados por los mexicanos que radican en el exterior en el lapso referido sumaron mil 692 millones de dólares, cuando en octubre de 2008 ingresaron al país por este concepto, 2 mil 636 millones de dólares.
Con esta caída se acumulan 12 meses consecutivos en que las remesas presentan variaciones negativas en su comparativo anual, lo cual refleja la debilidad de la actividad económica mundial, principalmente la de Estados Unidos.
En el acumulado (enero-octubre de 2009), el instituto central indicó que las remesas suman 18 mil 126 millones de dólares, cifra inferior a los 21 mil 614 millones, registrados en igual periodo del año pasado, lo que significa una caída de 16.13 por ciento.
El investigador económico del Tecnológico de Monterrey Carlos Canfield señaló que la fuerte caída de estos recursos obedece a la elevada tasa de desempleo que prevalece en varios países, particularmente en Estados Unidos, donde supera 10 por ciento.
El sector de la construcción se mantiene débil, agregó, y al ser una actividad en la que se concentra una importante masa laboral de migrantes las afectaciones recaen sobre sus ingresos.
“Esta caída repercutirá en el consumo y otras actividades económicas de quienes reciben estos recursos; la gente tendrá menores ingresos y ni siquiera la depreciación del peso frente al dólar compensará esta disminución”, recalcó.
Luis Flores, director de análisis económico de Grupo Ixe, explicó que esta caída responde al efecto estadístico que propició el tipo de cambio en octubre de 2008, cuando las altas cotizaciones del dólar frente al peso condujeron a una depreciación de la moneda nacional de 11.3 por ciento.
Añadió que las remesas volverán a repuntar y presentar variaciones positivas en 2010, en gran medida por el despegue económico en la Unión Americana.
Una encuesta elaborada por el Fondo Multilateral de Inversiones señaló que 4 por ciento de las personas que radican en otra nación aceptaron haber enviado menores cantidades de dinero, un tercio recortó sus gastos diarios y uno de cada cinco se vio obligado a tener un segundo empleo.
De acuerdo con algunas estimaciones, al cierre del año México podría recibir alrededor de 20 mil millones de dólares por remesas, lo que significaría una disminución de 20 por ciento respecto a los 25 mil 137 millones de dólares captados en 2008.
Canfield apuntó que la dependencia de los ingresos por remesas manifiesta el problema estructural del país.
“Esto nos debe preocupar, la falta de crecimiento económico, la escasa generación de empleos y de calidad hace que muchos mexicanos busquen mejores oportunidades fuera de nuestras fronteras”.
La Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares señala que las familias con menores recursos ocupan 40 por ciento de sus ingresos para su alimentación, por lo cual la disminución del monto de remesas afectará su consumo.
Alberto Verdusco, Milenio, 2 de diciembre.
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