La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) afirmó que al llegar a la primera mitad del sexenio de Felipe Calderón, los avances son insuficientes para darle rumbo de mediano y largo plazos al país.
“El matiz más importante que debe hacerse es que en México ya no hay un presidencialismo hegemónico. Tomando en cuenta los imprevistos, los factores externos y la corresponsabilidad del Legislativo y los gobernadores estatales, el balance de la primera mitad del sexenio constituye un avance, pero no es suficiente como para darle al país un rumbo firme de cara al mediano y el largo plazos”, dijo en su mensaje semanal, el presidente del organismo, Gerardo Gutiérrez Candiani.
Para Coparmex, los aciertos en estos tres años de gobierno han sido combatir hasta las últimas consecuencias al crimen organizado, reformar el sistema de pensiones del ISSSTE y extinguir la Compañía de Luz y Fuerza, las cuales calificó de decisiones acertadas e históricas.
“En cambio, implantar paquetes fiscales volcados a cobrar más impuestos a los contribuyentes cautivos, sin ampliar la base recaudatoria, es limitarse a resolver una problemática de corto plazo con lo políticamente posible”, recalcó.
En opinión de Coparmex, la crisis económica ha sido manejada con prudencia: el tipo de cambio, la inflación y la deuda pública y privada están bajo control. Los programas anticíclicos, en general están bien diseñados, pero la ejecución no siempre ha sido oportuna y eficaz. Es el mismo caso del Plan Nacional de Infraestructura, uno de los más ambiciosos de la historia.
“El país conserva una estabilidad macroeconómica que hace 15 años era impensable, pero no puede crecer de manera sostenida a una tasa anual superior a 2.5 por ciento. Sentar las bases para crecer a 7% anual en el mediano plazo es la única forma de reducir significativamente la pobreza y debe ser la prioridad para los próximos tres años”, añadió.
Agregó que Calderón impulsó una Alianza por la Calidad de la Educación que podría poner a México en la ruta del desarrollo sostenido. Sin embargo, es rehén de intereses políticos y en la práctica se ha avanzado muy poco.
“Lo mismo ocurre con el Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad. Bajo la presión ciudadana, el Presidente logró reunir a todas las fuerzas políticas y a los distintos sectores sociales para establecer compromisos puntuales. Además, el Ejecutivo federal ha cumplido con la mayoría de sus compromisos, a diferencia de los gobiernos estatales y municipales. Sin embargo, la delincuencia y la impunidad no han bajado lo suficiente”, agregó.
“El matiz más importante que debe hacerse es que en México ya no hay un presidencialismo hegemónico. Tomando en cuenta los imprevistos, los factores externos y la corresponsabilidad del Legislativo y los gobernadores estatales, el balance de la primera mitad del sexenio constituye un avance, pero no es suficiente como para darle al país un rumbo firme de cara al mediano y el largo plazos”, dijo en su mensaje semanal, el presidente del organismo, Gerardo Gutiérrez Candiani.
Para Coparmex, los aciertos en estos tres años de gobierno han sido combatir hasta las últimas consecuencias al crimen organizado, reformar el sistema de pensiones del ISSSTE y extinguir la Compañía de Luz y Fuerza, las cuales calificó de decisiones acertadas e históricas.
“En cambio, implantar paquetes fiscales volcados a cobrar más impuestos a los contribuyentes cautivos, sin ampliar la base recaudatoria, es limitarse a resolver una problemática de corto plazo con lo políticamente posible”, recalcó.
En opinión de Coparmex, la crisis económica ha sido manejada con prudencia: el tipo de cambio, la inflación y la deuda pública y privada están bajo control. Los programas anticíclicos, en general están bien diseñados, pero la ejecución no siempre ha sido oportuna y eficaz. Es el mismo caso del Plan Nacional de Infraestructura, uno de los más ambiciosos de la historia.
“El país conserva una estabilidad macroeconómica que hace 15 años era impensable, pero no puede crecer de manera sostenida a una tasa anual superior a 2.5 por ciento. Sentar las bases para crecer a 7% anual en el mediano plazo es la única forma de reducir significativamente la pobreza y debe ser la prioridad para los próximos tres años”, añadió.
Agregó que Calderón impulsó una Alianza por la Calidad de la Educación que podría poner a México en la ruta del desarrollo sostenido. Sin embargo, es rehén de intereses políticos y en la práctica se ha avanzado muy poco.
“Lo mismo ocurre con el Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad. Bajo la presión ciudadana, el Presidente logró reunir a todas las fuerzas políticas y a los distintos sectores sociales para establecer compromisos puntuales. Además, el Ejecutivo federal ha cumplido con la mayoría de sus compromisos, a diferencia de los gobiernos estatales y municipales. Sin embargo, la delincuencia y la impunidad no han bajado lo suficiente”, agregó.
Antonio Hernández, Milenio, 1º de diciembre.
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