Aunado a ello está el efecto negativo que tendrá la política fiscal y, especialmente, la ausencia de las reformas que requiere el país. Sin éstas, México seguirá rezagándose frente a otros países emergentes perdiendo la oportunidad de crecer a tasas elevadas y sostenidas, dijo el organismo en su reporte semanal.
Según el CEESP, también debe considerarse el impacto que la debilidad de la actividad económica ha tenido sobre la recaudación tributaria el cual podría agudizarse el próximo año tras los efectos que generará la mayor carga impositiva aprobada por el Congreso.
“Incluso, el Banco de México anticipa que el efecto inflacionario de estos cambios podría ser de 169 puntos base, por lo que lograr el objetivo inflacionario de 3 por ciento tendrá que esperar hasta 2011”, abundó.
El CEESP agregó que el debilitamiento de las fuentes de ingresos petroleros, como consecuencia de la constante baja en la capacidad de producción de crudo, es señal de que la reforma petrolera que se concretó hace un año no ha tenido los resultados que se esperaban, lo que deja claro la necesidad de abrir actividades de este sector productivo al capital privado.
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