El INM, ante su última oportunidad: Beltrán

Con un proceso de “depuración” en marcha, el Instituto Nacional de Migración (INM) tiene ante sí “la última oportunidad” para alcanzar su transformación, porque si no hay resultados en un lapso corto, “dos o tres meses”, habrá qué pensar incluso en una nueva instancia que atienda la operación migratoria, advierte el comisionado de este organismo, Salvador Beltrán del Río.

Prácticamente desde su creación (octubre de 1993), el instituto ha anunciado ajustes y limpias; sin embargo, el mes pasado se prendieron todas las alertas cuando centroamericanos denunciaron que agentes del organismo montaron un operativo ficticio para ponerlos en manos de bandas delictivas.

Esa fue la gota que derramó el vaso. Ni siquiera el hallazgo de 72 migrantes ejecutados en un rancho de Tamaulipas, en agosto pasado, provocó ese nivel de alarma. El tema de los agentes al servicio de los delincuentes fue analizado al más alto nivel, en el Consejo de Seguridad Nacional.

Semanas después fue anunciada una “depuración” en el INM, la cual incluye la rotación de personal y el despido de por lo menos 350 trabajadores de una plantilla total de 5 mil. Según el más reciente corte de información oficial, de agosto de 2010 a abril de 2011 han sido evaluados (control de confianza) mil 52 funcionarios, de los cuales 200 han sido cesados y 40 enfrentan procesos penales.

Mil 100 kilómetros de problemas
También se programó un recorrido por algunos puntos de la porosa frontera sur. Con más de mil 100 kilómetros de longitud, tiene apenas diez puntos oficiales de internación y 53 irregulares, aunque instituciones académicas como El Colegio de la Frontera Norte hacen referencia a más de cien en esta franja, por la que el año pasado se registraron oficialmente 2 millones de cruces y 140 mil pasos indocumentados.

El comisionado Beltrán del Río adelantó a este diario que la evaluación de los agentes del instituto se iniciará en siete entidades, durante un proceso que demorará de 20 a 30 semanas. El control de confianza irá al lugar de adscripción de los empleados, lo que requerirá de una erogación especial de recursos.

Aquí un extracto de la entrevista de La Jornada con el comisionado Beltrán del Río, quien tiene escasos ocho meses en el cargo, donde sustituyó a la actual secretaria general del PAN, Cecilia Romero.

– El INM tiene una imagen pública muy desfavorable; hay múltiples historias de terror acerca de lo que padecen los migrantes. ¿Qué se hará al respecto?

– El secretario de Gobernación y yo hemos dicho que el instituto no es un refugio de criminales; la mayor parte es gente honesta y comedida. Sin embargo, lo reconocemos, hay elementos negativos y focos rojos en algunas delegaciones y puntos de internación. Es ahí donde tenemos que hacer un gran esfuerzo de depuración, aunque ese proceso yo no lo voy a hacer en tanto no eliminemos a quienes están señalados como presuntos responsables de ilícitos. Son las manzanas podridas y en ello está trabajando arduamente el órgano interno de control.

– ¿Y a nivel penal?

– Necesitamos también la investigación y la inteligencia que puedan llevar a cabo la Siedo (Subprocuraduría de Investigación Especializada ern Delincuencia Organizada), la Policía Federal (PF) y el Cisen (Centro de Investigación y Seguridad Nacional), porque estamos hablando (con el tráfico de personas y otros delitos relacionados) de la segunda fuente de ingresos del crimen organizado. Hemos tenido reuniones para ubicar y desarticular estas bandas, que están corrompiendo lo mismo a agentes del INM que de otras dependencias. No somos la única instancia sujeta a esta situación.

– Precisamente ante ello se dice que su antecesora salió del instituto como consecuencia de la matanza de migrantes en Tamaulipas (agosto de 2010), y que debido a los recientes y graves casos de agresiones usted también tendría qué salir. ¿Qué opina?

– Soy el primero en reiterar que estoy bajo los reflectores internos y externos. Mi cargo está a disposición del señor Presidente y del señor secretario, si consideran que no estoy a la altura de las circunstancias, pero créame que por un servidor no ha quedado.

– ¿Cuál será el primer paso de la depuración?

– Sé que en el INM no tenemos los mejores sueldos, sobre todo a nivel operativo. Un agente gana poco menos de 8 mil pesos mensuales, en los niveles inferiores, y de ahí hay agentes que ganan poco más de 11 mil, equivalente a lo que percibe un oficial de aduanas, por ejemplo. Ese fue uno de los principales temas en la reunión que tuvimos con el secretario Blake y su equipo.

– ¿En qué sentido?

– En que no es factible decir vamos a resolver esto, cuando ahí está el ofrecimiento que le puede hacer un traficante de personas, quien con la mano en la cintura le puede ofrecer ¡lo que gana en un mes!

– Los intentos de depuración que usted menciona no son nuevos; hay diagnósticos internos y externos. Algunos piden incluso que el INM tiene que ser otra cosa; otros hablan de crear una secretaría del migrante o hacer un nuevo esquema, porque programas van y vienen y la corrupción no se erradica ¿Aceptaría usted que se requiere una transformación total?

– Créame que estamos considerando hasta esa opción, como parte de este fortalecimiento institucional que pudiera llegar, porque ahorita estamos en un relanzamiento del instituto pero, digamos, sería la última oportunidad, si no es que debamos ya de plano de hablar de un nuevo instituto con el nombre que se considere necesario.

– ¿Una nueva secretaría?

– No creo que sea necesario tal, pero incluso eso me lleva a comentarle que yo sería el primero que me opondría a llevar (al INM) al ámbito policiaco. Incluso han habido planteamientos que se hicieron cuando llegué aquí. Expertos que decían que habría que volver a armar a agentes de migración. Tenemos ya problemas para que (en las diligencias migratorias) nos acompañen los policías federales en traslados y en operativos. También me opongo a blindar la frontera sur, porque si hemos criticado por tantos años a los estadunidenses de lo que han hecho al militarizar la frontera norte…

–¿Cuánto tiempo se dan para tener resultados en esta ya muy reiterada depuración?

–No. Yo le diría que estamos hablando de resultados concretos, que se puedan obtener en unos dos o tres meses.

Fabiola Martìnez, La Jornada, 23 de mayo.

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