A una semana de las elecciones federales, la coalición Salvemos México, formada por los partidos del Trabajo y Convergencia, se aleja de las metas fijadas pese al apoyo del perredista Andrés Manuel López Obrador, pues será “muy complicado” duplicar las bancadas en la Cámara de Diputados, como estaba previsto incluso por el tabasqueño, y si acaso sólo alcanzará para mantener el registro de ambos partidos.
De acuerdo con estrategas y operadores políticos de la coalición que prefrieron omitir sus nombres, el apoyo del tabasqueño no alcanzó para crecer de manera importante en estados como Veracruz, Estado de México, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Nuevo León y Zacatecas, donde la realidad es que no se ubican por arriba del cuarto o quinto lugar de las preferencias electorales.
Los grandes desprendimientos que esperaban de las filas del PRD no sucedieron como estaba previsto con el apoyo de López Obrador, pues la gran mayoría se mantuvo fiel al partido del sol azteca, reconocen en privado.
Con ese escenario, los estrategas de la coalición Salvemos a México admiten que tienen remotas posibilidades de ganar alguno de los 300 distritos de mayoría en juego, y sólo están en la pelea en el número cuatro, con sede en Acapulco, Guerrero, cuyo candidato Luis Walton, actual senador con licencia, decidió postularse para sacar el mayor número de votos.
No obstante, es un secreto a voces que de ganar los comicios asumirá el cargo su suplente Víctor Manuel Jorrín.
De acuerdo con encuestas internas, ni PT ni Convergencia logran recoger más allá de 2 y 4 por ciento de la intención de voto en el país, aunque sus respectivas dirigencias aseguran lo contrario y hasta perfilan escenarios triunfalistas.
Sin embargo, algunos de los operadores electorales de la coalición PT-Convergencia aseguran que la apuesta es obtener alrededor de 12 a 18 diputados plurinominales entre los dos partidos, con cerca de 6 por ciento de los sufragios.
Es decir, muy lejos de la bancada de 30 diputados que confía en obtener tan sólo el partido Convergencia y la votación de 12 por ciento.
Gracias a la alianza que firmaron con el PRD en las elecciones del 2006, el PT logró colocar en San Lázaro 11 diputados, sólo dos de mayoría; mientras que el partido naranja de las 18 curules que consiguió, apenas cinco de ellas ganó en urnas.
Empero estas proyecciones son rechazadas por el presidente de Convergencia, Luis Maldonado, quien asegura que su partido se mantiene en las metas fijadas, al tiempo que desdeñó las encuestas difundidas hasta el momento.
De hecho asegura que van con buenas posibilidades en Estado de México, Veracruz, Oaxaca, Puebla, entre otros estados.
Dice que para defender y promover el voto cuentan con una estructura de 100 mil personas y una cobertura de 60 por ciento de las 140 mil casillas previstas a instalarse en el país.
Sólo en el DF el Partido del Trabajo consigue un repunte considerable al alcanzar 8 por ciento de la intención de voto, atribuido al apoyo de López Obrador, pero que no les alcanza en el promedio general, donde no permeó la presencia del tabasqueño.
El dirigente del PT, Alberto Anaya, se muestra cauto y dice que nunca hicieron cuentas alegres.
RECUENTO DE DAÑOS. Entre las razones que enumera la coalición para justificar su escasa presencia en las encuestas, se encuentra la falta de recursos para las campañas, aunque otros reconocen también que no hubo desprendimientos importantes de perredistas en los estados y que la figura del propio López Obrador y sus operadores, como su hermano Pío en Chiapas, Dante Delgado en Veracruz, Luis Walton en Guerrero, Gabino Cué y Salomón Jara en Oaxaca, no funcionaron como se esperaba.
Uno de los casos más emblemáticos es Zacatecas, que con todo y la fuerza regional del senador Ricardo Monreal y la presencia del PT en los cuatro distritos que comprenden el estado, se ubica en cuarto o quinto lugar, y el distrito I con sede en Fresnillo —municipio que gobierna el hermano del legislador David— está hasta 30 puntos abajo del PRD, de acuerdo a algunos sondeos de opinión.
Todo ello sin contar que algunos personajes como Socorro Díaz, Manuel Camacho, Federico Arreola y hasta Claudia Sheimbaum se han alejado ya del movimiento lopezobradorista, y que en estados como México, Veracruz y Nuevo León se habla de alianzas de facto con el PRI, hecho que rechazan de manera tajante los dirigentes de PT y Convergencia.
Otro reto es la estructura electoral, pues con todo y el sol azteca, en 2006, sólo pudieron cubrir 80 por ciento de las casillas; los más pesimistas en la coalición dicen que esta vez apenas lograrán entre 15 y 20 por ciento.
De acuerdo con estrategas y operadores políticos de la coalición que prefrieron omitir sus nombres, el apoyo del tabasqueño no alcanzó para crecer de manera importante en estados como Veracruz, Estado de México, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Nuevo León y Zacatecas, donde la realidad es que no se ubican por arriba del cuarto o quinto lugar de las preferencias electorales.
Los grandes desprendimientos que esperaban de las filas del PRD no sucedieron como estaba previsto con el apoyo de López Obrador, pues la gran mayoría se mantuvo fiel al partido del sol azteca, reconocen en privado.
Con ese escenario, los estrategas de la coalición Salvemos a México admiten que tienen remotas posibilidades de ganar alguno de los 300 distritos de mayoría en juego, y sólo están en la pelea en el número cuatro, con sede en Acapulco, Guerrero, cuyo candidato Luis Walton, actual senador con licencia, decidió postularse para sacar el mayor número de votos.
No obstante, es un secreto a voces que de ganar los comicios asumirá el cargo su suplente Víctor Manuel Jorrín.
De acuerdo con encuestas internas, ni PT ni Convergencia logran recoger más allá de 2 y 4 por ciento de la intención de voto en el país, aunque sus respectivas dirigencias aseguran lo contrario y hasta perfilan escenarios triunfalistas.
Sin embargo, algunos de los operadores electorales de la coalición PT-Convergencia aseguran que la apuesta es obtener alrededor de 12 a 18 diputados plurinominales entre los dos partidos, con cerca de 6 por ciento de los sufragios.
Es decir, muy lejos de la bancada de 30 diputados que confía en obtener tan sólo el partido Convergencia y la votación de 12 por ciento.
Gracias a la alianza que firmaron con el PRD en las elecciones del 2006, el PT logró colocar en San Lázaro 11 diputados, sólo dos de mayoría; mientras que el partido naranja de las 18 curules que consiguió, apenas cinco de ellas ganó en urnas.
Empero estas proyecciones son rechazadas por el presidente de Convergencia, Luis Maldonado, quien asegura que su partido se mantiene en las metas fijadas, al tiempo que desdeñó las encuestas difundidas hasta el momento.
De hecho asegura que van con buenas posibilidades en Estado de México, Veracruz, Oaxaca, Puebla, entre otros estados.
Dice que para defender y promover el voto cuentan con una estructura de 100 mil personas y una cobertura de 60 por ciento de las 140 mil casillas previstas a instalarse en el país.
Sólo en el DF el Partido del Trabajo consigue un repunte considerable al alcanzar 8 por ciento de la intención de voto, atribuido al apoyo de López Obrador, pero que no les alcanza en el promedio general, donde no permeó la presencia del tabasqueño.
El dirigente del PT, Alberto Anaya, se muestra cauto y dice que nunca hicieron cuentas alegres.
RECUENTO DE DAÑOS. Entre las razones que enumera la coalición para justificar su escasa presencia en las encuestas, se encuentra la falta de recursos para las campañas, aunque otros reconocen también que no hubo desprendimientos importantes de perredistas en los estados y que la figura del propio López Obrador y sus operadores, como su hermano Pío en Chiapas, Dante Delgado en Veracruz, Luis Walton en Guerrero, Gabino Cué y Salomón Jara en Oaxaca, no funcionaron como se esperaba.
Uno de los casos más emblemáticos es Zacatecas, que con todo y la fuerza regional del senador Ricardo Monreal y la presencia del PT en los cuatro distritos que comprenden el estado, se ubica en cuarto o quinto lugar, y el distrito I con sede en Fresnillo —municipio que gobierna el hermano del legislador David— está hasta 30 puntos abajo del PRD, de acuerdo a algunos sondeos de opinión.
Todo ello sin contar que algunos personajes como Socorro Díaz, Manuel Camacho, Federico Arreola y hasta Claudia Sheimbaum se han alejado ya del movimiento lopezobradorista, y que en estados como México, Veracruz y Nuevo León se habla de alianzas de facto con el PRI, hecho que rechazan de manera tajante los dirigentes de PT y Convergencia.
Otro reto es la estructura electoral, pues con todo y el sol azteca, en 2006, sólo pudieron cubrir 80 por ciento de las casillas; los más pesimistas en la coalición dicen que esta vez apenas lograrán entre 15 y 20 por ciento.
Alejandro Páez Morales, Crónica, 29 de junio.
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