La presión de los gobernadores

Detrás de la discusión del paquete fiscal para 2010 y ejerciendo gran presión se encuentran los gobernadores priístas, interesados en reforzar sus finanzas, después del severo deterioro que registraron en 2009 y ante el reto que representan las elecciones para renovar la gubernatura en diez entidades del país que se llevarán a cabo en la segunda mitad del próximo año.

En este sentido, vale la pena recordar que uno de los principales beneficiarios del boom petrolero de los últimos años fueron precisamente los gobiernos estatales, cuyos ingresos participables crecieron de forma importante. Los recursos que reciben por la recaudación tributaria federal, pasaron de representar el 2.8% del Producto Interno Bruto en 2004 a poco más de 3.5% del PIB en 2008.

Sin embargo, ahora las finanzas de los estados y municipios sufren el impacto de la recesión económica internacional. Al respecto baste considerar que las participaciones pagadas a las entidades federativas de enero a agosto de este año sumaron 246 mil 925 millones de pesos, cifra 21.5% menor a la registrada en el mismo periodo del año anterior.

Lo anterior ha representado un hueco fiscal para las finanzas de los estados de 50 mil 212 millones de pesos tan sólo hasta agosto, lo anterior trae como consecuencia la suspensión de importantes proyectos de inversión e incluso la suspensión parcial de servicios básicos en varios municipios.

Las finanzas de los municipios al igual que el de las entidades dependen en gran medida de los recursos que administra el gobierno federal. Un 80% del gasto promedio de los municipios se financia con los ingresos que provienen de la Federación.

En este sentido el desplome de la recaudación ha sido contundente. Durante los primeros ocho meses del año, el Fondo General de Participaciones del cual depende buena parte de los recursos que llegan a los ayuntamientos, registró una caída anual real de 26.7 por ciento.

Entre las entidades que se vieron más afectadas por la caída de los ingresos participables superiores al 20% se encuentran: Campeche, Puebla, Aguascalientes, estado de México, Guanajuato, Guerrero, Oaxaca y San Luis Potosí, que dicho sea de paso se encuentran entre los estados más pobres en el país.

En San Luis Potosí, 40 de los 58 ayuntamientos reportaron al Congreso del Estado problemas para pagar la nómina y amenazan con poner en serios aprietos a las nueve administraciones al quedarse sin recursos para los primeros meses de gobierno.

En Guanajuato, nueve alcaldías tienen serios problemas financieros. El municipio de Romita fue de los primeros en declararse en quiebra a mediados de julio pasado por no tener recursos para pagar el sueldo de sus 300 funcionarios.

Sin embargo, ahora los gobernadores priístas liderados por Enrique Peña Nieto del estado de México, Ulises Ruiz de Oaxaca y Fidel Herrera de Veracruz tienen mayor peso en el Congreso y buscan influir para que el paquete económico del año 2010 les sea lo más favorable posible.

No sólo con el fin de reconstituir sus deterioradas finanzas, sino además para hacer frente a los procesos electorales donde se definirán las gobernaturas en estados como Veracruz, Oaxaca, Durango, Aguascalientes, Zacatecas, Chihuahua, Tlaxcala, Sinaloa, Puebla y Tamaulipas.

Lo ideal sería que los propios gobiernos estatales impulsaran una reforma fiscal que les otorgará mayores atribuciones tributarias y reducir la gran dependencia que tienen de los recursos que les otorga el gobierno federal.

Sin embargo, todo parece indicar que no están dispuestos a pagar el precio que conlleva una medida de esta naturaleza, por lo que su estrategia se ha centrado en diseñar una propuesta tributaria que le de la mayor cantidad de recursos con el menor costo político posible, al tiempo que consolidan su posición con miras a 2012.
Rubén ángeles Tenorio, El Universal, 27 de octubre.

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