Juanita Castro, hermana en el exilio de Raúl y Fidel, le pide al actual Presidente cubano que "evolucione con dignidad" y avale la transición democrática en Cuba, en un nuevo libro donde también detalla su colaboración con la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA).
En "Fidel y Raúl, mis Hermanos", Juanita le narra sus memorias a la periodista María Antonieta Collins. Ahí cuenta su primer encuentro, en 1961, en el recién inaugurado Hotel Camino Real de la Ciudad de México, con quien se identificara como "Enrique" y más tarde supiera que era Tony Sforza, hombre clave en la "Operación Mangosta", que englobaba las acciones encubiertas de la CIA para sabotear la economía cubana tras la fallida invasión de Bahía de Cochinos.
La colaboración con la Agencia de la hermana de los Castro, cuyo nombre clave era "Donna", se concentraba en entregar mensajes para disidentes, aunque también escondió a personas y las ayudó a salir del país.
Quien la puso en contacto con la CIA fue su amiga Virginia Leitao da Cunha, esposa del entonces Embajador de Brasil en La Habana, Vasco Leitao da Cunha.
En el libro, Juanita llama egoísta e insensible a Fidel, líder de la revolución cubana, y destaca la personalidad cariñosa y noble de Raúl, quien fue quien le advirtió que sus actividades "contrarrevolucionarias" la iban a meter en problemas. Poco después de aquello, en junio de 1964, dejó el país rumbo al exilio en México y Estados Unidos.
Juanita tiene halagos también para el trabajo con homosexuales y de prevención del sida de su sobrina Mariela, hija de Raúl, de quien menciona que "habla sin tapujos", como ella.
En "Fidel y Raúl, mis Hermanos", Juanita le narra sus memorias a la periodista María Antonieta Collins. Ahí cuenta su primer encuentro, en 1961, en el recién inaugurado Hotel Camino Real de la Ciudad de México, con quien se identificara como "Enrique" y más tarde supiera que era Tony Sforza, hombre clave en la "Operación Mangosta", que englobaba las acciones encubiertas de la CIA para sabotear la economía cubana tras la fallida invasión de Bahía de Cochinos.
La colaboración con la Agencia de la hermana de los Castro, cuyo nombre clave era "Donna", se concentraba en entregar mensajes para disidentes, aunque también escondió a personas y las ayudó a salir del país.
Quien la puso en contacto con la CIA fue su amiga Virginia Leitao da Cunha, esposa del entonces Embajador de Brasil en La Habana, Vasco Leitao da Cunha.
En el libro, Juanita llama egoísta e insensible a Fidel, líder de la revolución cubana, y destaca la personalidad cariñosa y noble de Raúl, quien fue quien le advirtió que sus actividades "contrarrevolucionarias" la iban a meter en problemas. Poco después de aquello, en junio de 1964, dejó el país rumbo al exilio en México y Estados Unidos.
Juanita tiene halagos también para el trabajo con homosexuales y de prevención del sida de su sobrina Mariela, hija de Raúl, de quien menciona que "habla sin tapujos", como ella.
Reforma, 26 de octubre.
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