El próximo año el comportamiento de los precios en el mercado doméstico enfrentará mayores presiones, por lo cual es previsible que la meta de inflación de 3 por ciento, estimada por el Banco de México (Banxico) para ese periodo, difícilmente podrá cumplirse.
Las expectativas del consenso de analistas, así como de las propias encuestas realizadas por el banco central (en septiembre), estiman que el nivel de inflación general al cierre de 2010 se fijará en rangos que oscilan desde 4.28 hasta 6 por ciento.
Durante el Treasury Management Week, Sergio Kurczyn, subdirector de Estudios Económicos de Banamex, estimó que el comportamiento de los precios durante 2010, en lo doméstico, estará influido por los cambios fiscales que decidan aprobar en el Congreso, y de concretarse un aumento en el impuesto al consumo, la inflación podría fijarse en 5 por ciento.
Desde 2000 a la fecha, las metas de inflación anual proyectadas por el banco central sólo han logrado concretarse en tres ocasiones dentro del objetivo establecido por Banxico; en el cierre de 2005 el Índice Nacional de Precios al Consumidor registró su menor nivel al ubicarse en 3.55 por ciento.
En contraste, en diciembre de 2008 la inflación cerró en 6.53 por ciento, lo que significó su mayor nivel en los últimos ocho años, ello debido particularmente a presiones por el incremento de los precios en alimentos y comoditties, y derivado del descenso continúo que observó la tasa de referencia, resultado del relajamiento de la política monetaria asumida por el banco central.
Sergio Kurczyn aseguró que México quedó atrás frente a otras economías de la región, pues a pesar de que su inflación se redujo en forma importante, sus decisiones de política monetaria no tuvieron una orientación anticíclica.
El especialista dijo que a diferencia de lo observado en otros mercados de América Latina, donde la política monetaria asumida llevó a las tasas de interés hasta casi cero, en México, esta posibilidad sólo pudo llevarse a ubicar un nivel de la tasa de interés interbancaria a un día en 4.5 por ciento.
Durante su intervención, el economista dijo que México está lejos de tener una verdadera política monetaria, a diferencia de países como Chile, Colombia y Perú que pudieron bajar sustancialmente sus tasas de interés respecto a los niveles previos a la crisis.
“No pudo aplicarse al 100 por ciento la teoría, se empleó a dos terceras partes; pues cuando la economía va mal, la inflación debe bajar y se debe reducir las tasas de interés”, afirmó.
Finalmente, estimó que aunque la perspectiva de crecimiento del país para el próximo año ya contiene una variación positiva, de 3.6 por ciento, el desempeño económico de México estará por debajo de otros países de la región y no tendrá nada de espectacular.
Las expectativas del consenso de analistas, así como de las propias encuestas realizadas por el banco central (en septiembre), estiman que el nivel de inflación general al cierre de 2010 se fijará en rangos que oscilan desde 4.28 hasta 6 por ciento.
Durante el Treasury Management Week, Sergio Kurczyn, subdirector de Estudios Económicos de Banamex, estimó que el comportamiento de los precios durante 2010, en lo doméstico, estará influido por los cambios fiscales que decidan aprobar en el Congreso, y de concretarse un aumento en el impuesto al consumo, la inflación podría fijarse en 5 por ciento.
Desde 2000 a la fecha, las metas de inflación anual proyectadas por el banco central sólo han logrado concretarse en tres ocasiones dentro del objetivo establecido por Banxico; en el cierre de 2005 el Índice Nacional de Precios al Consumidor registró su menor nivel al ubicarse en 3.55 por ciento.
En contraste, en diciembre de 2008 la inflación cerró en 6.53 por ciento, lo que significó su mayor nivel en los últimos ocho años, ello debido particularmente a presiones por el incremento de los precios en alimentos y comoditties, y derivado del descenso continúo que observó la tasa de referencia, resultado del relajamiento de la política monetaria asumida por el banco central.
Sergio Kurczyn aseguró que México quedó atrás frente a otras economías de la región, pues a pesar de que su inflación se redujo en forma importante, sus decisiones de política monetaria no tuvieron una orientación anticíclica.
El especialista dijo que a diferencia de lo observado en otros mercados de América Latina, donde la política monetaria asumida llevó a las tasas de interés hasta casi cero, en México, esta posibilidad sólo pudo llevarse a ubicar un nivel de la tasa de interés interbancaria a un día en 4.5 por ciento.
Durante su intervención, el economista dijo que México está lejos de tener una verdadera política monetaria, a diferencia de países como Chile, Colombia y Perú que pudieron bajar sustancialmente sus tasas de interés respecto a los niveles previos a la crisis.
“No pudo aplicarse al 100 por ciento la teoría, se empleó a dos terceras partes; pues cuando la economía va mal, la inflación debe bajar y se debe reducir las tasas de interés”, afirmó.
Finalmente, estimó que aunque la perspectiva de crecimiento del país para el próximo año ya contiene una variación positiva, de 3.6 por ciento, el desempeño económico de México estará por debajo de otros países de la región y no tendrá nada de espectacular.
Oscar Granados, Milenio, 20 de octubre.
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