Para subsanar las debilidades institucionales que tiene la Comisión Nacional de Derechos Humanos a 20 años de ser creada, es necesario renovarse y capitalizar la experiencia alcanzada, afirma Mauricio Farah Gebara, aspirante a presidir este organismo.
“Innovación con experiencia” es la divisa del proyecto que expone al comparecer ante senadores de las comisiones de Derechos Humanos, de Justicia y de Estudios Legislativos, Primera.
Farah habla durante la primera maratónica sesión de pasarela en la que, ocho de los 27 candidatos que cumplen los requisitos de elegibilidad, se presentan para exponer sus motivaciones a fin de ocupar la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
El ex quinto visitador de la CNDH se compromete a —que de resultar electo—, se convertirá en un interlocutor propositivo que escuche y sea escuchado; a interactuar con los actores sociales, académicos, gubernamentales y legislativo.
Se dice convencido de que el ombudsman no debe ser un personaje cómodo para el poder, pero tampoco un funcionario estridente o protagónico.
Farah aboga por la inclusión de una sociedad más participativa en la protección y defensa de los derechos humanos.
De igual forma, señala que de ser electo no solicitará durante su periodo, incrementos en términos reales respecto del presupuesto asignado para el ejercicio de 2009.
Propone que se cree una visitaduría especial para atender víctimas vulnerables como discapacitados, homosexuales y pueblos indígenas.
Incluye entre sus propuestas la protección a periodistas bajo la premisa de que una sociedad socrática no puede estar amordazada.
En el 5º piso de la Torre Caballito, en el que algunas mujeres protestan con carteles, le anteceden Luis de la Barreda, Daniel Balboa, José Miguel Arriaga, María del Carmen Acosta, Mario Álvarez Ledesma, ex subprocurador de Derechos Humanos de la PGR.
Este último fue fustigado por Silvano Aureoles y Pablo Gómez por el papel que desempeñó en las investigaciones por los feminicidios de Ciudad Juárez.
En su turno Emilio Álvarez Icaza, ex comisionado de Derechos Humanos del Distrito Federal, es cuestionado en ocho ocasiones por igual número de senadores, mientras Rosario Ibarra decide intervenir con un comentario.
Los legisladores le bombardean con temas como el aborto, las opiniones que de él tiene la Iglesia católica, el papel del Ejército en el combate a la delincuencia, el caso Tláhuac, el News Divine.
Icaza responde con tranquilidad.
En torno a la aprobación de la interrupción del embarazo al Distrito Federal, señala: “Las opiniones personales, creencias o ideología tienen que estar subordinadas a una función de Estado, a la Constitución”.
En materia de seguridad y participación del Ejército, Álvarez Icaza remite a los legisladores a revisar el discurso ofrecido por el secretario de la Defensa, Guillermo Galván, el pasado 9 de febrero en ocasión del Día del Ejército, cuando pidió legislar la actuación de los militares.
A las críticas que la Iglesia señala en su contra responde: La regla del juego que nos hemos dado en un Estado laico, es un Estado fundado en el respeto a las libertades.
En su turno, De la Barreda Solórzano aseguró que el defensor público de los derechos humanos sólo puede cumplir adecuada y dignamente su tarea si actúa con absoluta libertad frente a cualquier poder económico, de partidos o del Estado.
Incluso señaló que el ombudsman debe actuar invariablemente con absoluta autonomía, sin ceder a la influencia pasional del entorno y lo que obliga a rechazar la tentación de las dependencias mentales que suelen generar las concepciones prejuiciados, sean políticas, filosóficas, religiosas o ideológicas.
Al filo de las 10 de la noche, el único que no recibió pregunta alguna de los senadores fue el general retirado Francisco Gallardo.
“Innovación con experiencia” es la divisa del proyecto que expone al comparecer ante senadores de las comisiones de Derechos Humanos, de Justicia y de Estudios Legislativos, Primera.
Farah habla durante la primera maratónica sesión de pasarela en la que, ocho de los 27 candidatos que cumplen los requisitos de elegibilidad, se presentan para exponer sus motivaciones a fin de ocupar la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
El ex quinto visitador de la CNDH se compromete a —que de resultar electo—, se convertirá en un interlocutor propositivo que escuche y sea escuchado; a interactuar con los actores sociales, académicos, gubernamentales y legislativo.
Se dice convencido de que el ombudsman no debe ser un personaje cómodo para el poder, pero tampoco un funcionario estridente o protagónico.
Farah aboga por la inclusión de una sociedad más participativa en la protección y defensa de los derechos humanos.
De igual forma, señala que de ser electo no solicitará durante su periodo, incrementos en términos reales respecto del presupuesto asignado para el ejercicio de 2009.
Propone que se cree una visitaduría especial para atender víctimas vulnerables como discapacitados, homosexuales y pueblos indígenas.
Incluye entre sus propuestas la protección a periodistas bajo la premisa de que una sociedad socrática no puede estar amordazada.
En el 5º piso de la Torre Caballito, en el que algunas mujeres protestan con carteles, le anteceden Luis de la Barreda, Daniel Balboa, José Miguel Arriaga, María del Carmen Acosta, Mario Álvarez Ledesma, ex subprocurador de Derechos Humanos de la PGR.
Este último fue fustigado por Silvano Aureoles y Pablo Gómez por el papel que desempeñó en las investigaciones por los feminicidios de Ciudad Juárez.
En su turno Emilio Álvarez Icaza, ex comisionado de Derechos Humanos del Distrito Federal, es cuestionado en ocho ocasiones por igual número de senadores, mientras Rosario Ibarra decide intervenir con un comentario.
Los legisladores le bombardean con temas como el aborto, las opiniones que de él tiene la Iglesia católica, el papel del Ejército en el combate a la delincuencia, el caso Tláhuac, el News Divine.
Icaza responde con tranquilidad.
En torno a la aprobación de la interrupción del embarazo al Distrito Federal, señala: “Las opiniones personales, creencias o ideología tienen que estar subordinadas a una función de Estado, a la Constitución”.
En materia de seguridad y participación del Ejército, Álvarez Icaza remite a los legisladores a revisar el discurso ofrecido por el secretario de la Defensa, Guillermo Galván, el pasado 9 de febrero en ocasión del Día del Ejército, cuando pidió legislar la actuación de los militares.
A las críticas que la Iglesia señala en su contra responde: La regla del juego que nos hemos dado en un Estado laico, es un Estado fundado en el respeto a las libertades.
En su turno, De la Barreda Solórzano aseguró que el defensor público de los derechos humanos sólo puede cumplir adecuada y dignamente su tarea si actúa con absoluta libertad frente a cualquier poder económico, de partidos o del Estado.
Incluso señaló que el ombudsman debe actuar invariablemente con absoluta autonomía, sin ceder a la influencia pasional del entorno y lo que obliga a rechazar la tentación de las dependencias mentales que suelen generar las concepciones prejuiciados, sean políticas, filosóficas, religiosas o ideológicas.
Al filo de las 10 de la noche, el único que no recibió pregunta alguna de los senadores fue el general retirado Francisco Gallardo.
Cecilia Téllez Cortés, Crónica, 20 de octubre.
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