Alerta desamparo de niñez migrante

La adolescente hondureña de 16 años de edad que en días recientes denunció haber sufrido abuso y explotación sexual por dos agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) viajaba sin compañía adulta en el territorio nacional.

Su caso pone de nuevo sobre la mesa la vulnerabilidad que enfrentan los menores indocumentados en México y que provocó la creación de la Estrategia de Prevención y Atención de Niñas, Niños y Adolescentes Migrantes y Repatriados No Acompañados, un mecanismo de coordinación para asegurarlos, atenderlos en albergues, revisar su situación jurídica y devolverlos a sus familias.

Para organizaciones de la sociedad civil, el programa presenta fallas por la falta de coordinación entre las instancias federales responsables -el DIF Nacional y el Instituto Nacional de Migración (INM)-, y por el rezago en capacidad y capacitación de los oficiales de protección a la infancia denominados OPI.

En 2010, 4 mil 517 niños inmigrantes, centroamericanos env su mayoría, fueron repatriados a sus países de origen. De ellos, el 74 por ciento viajaba sin compañía, según cifras de la CNDH.

En un estudio sobre la protección a la infancia migrante no acompañada en la frontera sur, la organización Caminos Posibles documenta, por ejemplo, que en la estación migratoria de Tapachula, Chiapas, encontró a una sola OPI a cargo de 44 adolescentes. Una de las compañeras no llegó al cambio de turno, por lo que tuvo que atenderlos durante 48 horas continuas.

José García Hidalgo, quien participó en el estudio, explica en entrevista que esa falta de capacidad de personal provoca que los menores no reciban la atención emocional que requieren.

Además, señala, en el levantamiento de entrevistas se puede perder información valiosa que permita, por ejemplo, saber que el adolescente huye de la violencia de pandillas, por lo que no es candidato para repatriar, sino para solicitar asilo.

Otra deficiencia que indica el estudio es la descoordinación entre el INM y el DIF. Para los menores de 13 años, el primero se encarga del aseguramiento de los infantes y su canalización al DIF, el cual los traslada a algún albergue donde se les practican estudios, se analiza su situación jurídica y se les da alimentación y alojamiento. De ahí son canalizados a sus países de origen.

"Lo que vimos es que Migración los capta y no siempre los entrega al DIF. El jefe de la estación migratoria decide si se canaliza o no de manera arbitraria. El DIF no puede asegurar a los niños y llevarlos a sus instalaciones. Por eso creemos necesaria una colaboración para hacer operativos acompañados", externa García Hidalgo.

Para la CNDH es preocupante que los mayores de 13 años, quienes representan el 80 por ciento de la niñez migrante, no sean considerados en el Modelo de Atención ni en el convenio entre las dependencias que lo operan, por lo que consideró urgente proteger a esta población vulnerable.

Este y otros temas serán abordados durante el foro internacional sobre migración infantil que arranca hoy.



Daniela Rea, Reforma, 23 de mayo.

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