Entierran diferencias

Por un momento y quizá de forma duradera, la izquierda enterró sus diferencias. El Grupo Atlacomulco, Alejandro Encinas y la cercanía con el 2012 se convirtieron en el cemento que le hacía falta para dejar de lado las luchas internas. El pegamento que sirve para despejar los fantasmas del cisma y la ruptura que durante tanto tiempo le han rondado. No había ocurrido desde antes del 2006. Ni en aniversarios, ni en consejos nacionales. Tampoco en elecciones estatales. Menos en discusiones internas.

No, estos hombres y mujeres no habían cantado juntos el himno nacional con el puño en alto desde el mismo templete en años, ni en sus momentos más oscuros. Pero ocurrió. Y en Ecatepec de todos los lugares posibles. Al pie de la presidencia municipal, el símbolo de Eruviel Àvila y el priismo mexiquense.

Los que todos dieron por muertos y desunidos cantaron juntos. Los cuarteados, partidos, fragmentados, divididos, atomizados, confrontados y cercenados llegaron caminando al mismo tiempo después de comer en la misma mesa. Vaya, entraron al templete codo con codo.

“Señoras y señoras, ya llegan Andrés Manuel López Obrador, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, el jefe de Gobierno Marcelo Ebrard y Alejandro Encinas, nuestro próximo gobernador”, exclamó hacia las 7 de la noche el maestro de ceremonias.

Nadie hubiera pronosticado la escena: López Obrador al lado de Ebrard, al lado de Cárdenas, al lado de Encinas, al lado de un disminuido y enrojecido Jesús Zambrano, todos en medio de confetis y vivas. Tres generaciones de la mano. Los aliancistas y los irredentos brazo a brazo. Legítimos, distanciados y pragmáticos por fin unidos. Un resultado inesperado.

“Es un gusto estar con Andrés Manuel”, diría, minutos más tarde, ya en el templete, el ingeniero, aplaudido en su turno por López Obrador. De la disputa entre el tabasqueño y Ebrard por la candidatura presidencial no hubo asomo, más allá, claro está, de una competencia de aplausómetro ganada claramente por el primero.

Una foto que nadie había visto desde ¿el Zócalo en algún momento del foxismo? ¿algún evento oscuro que nadie recuerda? Una escena imprevista. Sobre todo cuando, horas antes, por la mañana, Encinas se mostraba dubitativo sobre si Cárdenas –cuya mala relación con López Obrador es legendaria-- acudiría a respaldarle.

“¿Viene el ingeniero?”, se le preguntó. “Le voy a llamar para pedirle que venga”, repuso.

Parece que marcó el número correcto.

***

Claro que el amor no alcanza para todos. A Carlos Navarrete, Jesús Zambrano y Manuel Camacho Solís les llovió duro. “¡Culeros! ¡Traidores! ¡Vendidos! ¡Maiceados!”, gritó la masa, la señal de que quizá la correlación de fuerzas va cambiando. La ola que se tiñe de trópico.

Pero hay cosas más grandes. A todos queda claro que lo sucedido ayer es más importante que el Estado de México. Que tiene otros fines. Que si bien la primera aduana es Toluca, la segunda está en Constituyentes.

“Esto marcará un punto indeleble en el camino de la izquierda a construir un frente unido en el Estado de México y a nivel nacional”, dijo Encinas, secundado por Cárdenas, terciado por Andrés Manuel, respaldado por Ebrard y por una familia feliz que parece otra vez tener objetivo.

O quizá sólo fueron las apariencias y el calor del momento.

El tiempo –y las urnas-- lo dirán todo.

***

Le bastaron sólo 12 minutos a Alejandro Encinas para transmitir su mensaje de arranque de campaña y responder preguntas de una treintena de medios reunidos en un salón del hotel Fiesta Inn de Plaza las Américas de Ecatepec.

Sin un gran operativo de seguridad, en punto de las 0 horas de ayer lunes, el candidato de la coalición de izquierdas al Edomex arribó al lugar en una Suburban blanca, custodiada por dos patrullas de la Policía estatal.

Con la improvisación de un estéreo casero como equipo de sonido, presentó a los reporteros los cinco ejes para su actividad proselitista de 45 días:

Una campaña incluyente, propositiva al debate y la transparencia, a no recibir recursos adicionales a los 137 millones de pesos como financiamiento público, un despliegue territorial amplio por los 125 municipios de la entidad que incluirá una campaña sin candidato y una sana relación con los medios de comunicación.

Pero el alianzista de Unidos Podemos Más prefirió comenzar por esto último, se levantó de la mesa de conferencia e invitó a los reporteros a cenar ensalada y cortes de carne. “Vamos muchachos, tenemos mucho que hacer…”, exclamó.

Lo arropaban los líderes estatales del PRD, Luis Sánchez; del PT, Sergio Velarde, y Convergencia, Ignacio Samperio, así como de Yeidckol Polevnsky y el consejero nacional perredista, Rosendo Marín.

A la 1:30 de la madrugada, la lluvia impidió que continuara la campaña con un mitin en la explanada cívica de este municipio.

Víctor Hugo Michel y Leopoldo Pena, Milenio, 17 de mayo.

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