CIUDAD JUÁREZ.- La PGR alista 12 órdenes de cateo, de los cuales 8 son en zonas residenciales suburbanas y que se presume funcionan como casas de seguridad del narcotráfico.
Fuentes del Ejército indicaron que el envío de tropas responde a un apoyo a la PGR para realizar incursiones en esas casas-habitación; para devolver el clima de seguridad a esta ciudad, donde se han registrado más de 200 ejecuciones en lo que va del año, y para cercar a los delincuentes detectados mediante trabajos de inteligencia.
La violencia, según versiones extraoficiales de las autoridades estatales, es derivada de una guerra entre el Cártel de Juárez y otros como el de Sinaloa, por el control de la venta de drogas en la plaza.
Las fuentes consultadas refieren que al Cártel de Juárez se ha unido el Cártel del Golfo para defenderse de la incursión del Cártel de Sinaloa.
"La primera acción será devolver la seguridad a esta ciudad, para recuperar un clima libre de violencia. La gente tiene miedo de salir. Ese es el primer objetivo, apoderarnos de las calles.
"La segunda es instalar más de 500 puestos de control militar para asegurar armas y droga, y una tercera -que recae en las Fuerzas Especiales del Ejército- será apoyar las órdenes de cateo que están siendo preparadas", indicó la fuente militar.
En cuatro días, el Ejército ha asegurado a 42 personas ligadas con el narcotráfico, a quienes les han decomisado mil 691 kilos de mariguana, tres kilos 200 gramos de cocaína, 562 dosis de cocaína en piedra, 62 dosis de heroína, 37 armas de fuego (21 largas y 16 cortas), 51 vehículos y más de 112 mil pesos en efectivo.
El capitán Isaac Ramírez, encargado de uno de los cuarteles de la Quinta Zona Militar, dijo que todos los detenidos se dedicaban a trasladar la droga, a cobrar por el enervante y custodiar las operaciones; pero ninguno tiene un liderazgo en las organizaciones para las que trabajan.
"Digamos que son menores, pero ya es un avance porque ya están siendo interrogados", resaltó.
'Se les está acorralando'
El Operativo Chihuahua, anunciado por el Gobierno federal el jueves, dio inicio ayer con el envío de 484 militares para reforzar la seguridad en este municipio. En total, 2 mil 500 efectivos serán desplegados en Ciudad Juárez y Palomas.
Los militares, adscritos a Regimientos Blindados, de Fuerzas Especiales y Paracaidistas, se dijeron con la moral en alto y convencidos de combatir al narcotráfico.
"Hay confianza, no hay miedo. De algún modo, a estos grupos se les está acorralando y nuestra función es reforzar", dijo el Teniente de Infantería del 11 Batallón de Fuerzas Especiales, Conrado Lino Anaya.
Este comandante invita a sus subordinados a cantar el himno de las Fuerzas Especiales, a echar porras. A levantar, como él dice, el espíritu.
"Apoyados por un francotirador, nos preparamos para enfrentar al opositor. Tenemos 60 segundos para la incursión", cantan en pleno vuelo del avión Boing 727 de la Fuerza Aérea Mexicana.
El contingente militar partió en cuatro aviones de la Base Aérea de Santa Lucía, en el Estado de México. El Boing 727 y tres C-130, conocidos como "Hércules".
"El adiestramiento y la moral, la calidad de la gente, la preparación, los conocimientos, pero sobre todo la moral es lo que tenemos todos los paracaidistas. Estamos capacitados para realizar operaciones en todo tipo de terreno y repeler cualquier agresión.
"Independientemente de que esta unidad es de Fuerzas Especiales de la Brigada de Paracaidistas, estamos capacitados para arribar por aire (paracaídas), medios terrestres o marítimos para realizar cualquier tipo de operación en cualquier ámbito geográfico y bajo cualquier condición", aseguró el Capitán Gerardo Ávila, segundo comandante de Fuerzas Especiales Paracaidistas.
A este mando, no le hace ruido la capacidad de fuego de los narcotraficantes. "Tenemos adiestramiento y armamento también. Independientemente de las armas, la moral y el adiestramiento es lo que ha permitido que siempre salgamos triunfantes", aseveró.
Aplauden arribo
El arribo de militares a este municipio impresionó a la gente que pudo observarlos. El convoy partió del Aeropuerto Internacional de Ciudad Juárez.
Unos 34 vehículos hicieron fila con las luces encendidas para trasladar a las tropas a la Quinta Zona Militar, que comanda el General de Brigada Felipe de Jesús Espitia, experto en operativos antinarcóticos.
Antes de ocupar ese puesto, fue jefe de la Sección Séptima de la Defensa Nacional, encargada de planear, coordinar y realizar los operativos conjuntos contra el crimen organizado en todo el País.
Los militares portaban desde fusiles Barret calibre 50 milímetros, capaces de volar camionetas blindadas, hasta fusiles MP-5 y G-3, con capacidad para 90 tiros por minuto.
Los soldados utilizan además casco, chaleco antibalas, goggles y pistolas 9 milímetros.
"Es bueno que vengan. Ojalá pongan orden porque esta ciudad ya no le garantiza la seguridad a nadie, ni a los policías", dijo un ciudadano en la terminal aérea.
Estas tropas serán relevadas hasta mayo, debido a que el operativo tiene el carácter de permanente.
Hoy se espera el arribo de otro contingente de 500 militares a Ciudad Juárez. Por el momento, es el foco más rojo del Gobierno federal.
Fuentes del Ejército indicaron que el envío de tropas responde a un apoyo a la PGR para realizar incursiones en esas casas-habitación; para devolver el clima de seguridad a esta ciudad, donde se han registrado más de 200 ejecuciones en lo que va del año, y para cercar a los delincuentes detectados mediante trabajos de inteligencia.
La violencia, según versiones extraoficiales de las autoridades estatales, es derivada de una guerra entre el Cártel de Juárez y otros como el de Sinaloa, por el control de la venta de drogas en la plaza.
Las fuentes consultadas refieren que al Cártel de Juárez se ha unido el Cártel del Golfo para defenderse de la incursión del Cártel de Sinaloa.
"La primera acción será devolver la seguridad a esta ciudad, para recuperar un clima libre de violencia. La gente tiene miedo de salir. Ese es el primer objetivo, apoderarnos de las calles.
"La segunda es instalar más de 500 puestos de control militar para asegurar armas y droga, y una tercera -que recae en las Fuerzas Especiales del Ejército- será apoyar las órdenes de cateo que están siendo preparadas", indicó la fuente militar.
En cuatro días, el Ejército ha asegurado a 42 personas ligadas con el narcotráfico, a quienes les han decomisado mil 691 kilos de mariguana, tres kilos 200 gramos de cocaína, 562 dosis de cocaína en piedra, 62 dosis de heroína, 37 armas de fuego (21 largas y 16 cortas), 51 vehículos y más de 112 mil pesos en efectivo.
El capitán Isaac Ramírez, encargado de uno de los cuarteles de la Quinta Zona Militar, dijo que todos los detenidos se dedicaban a trasladar la droga, a cobrar por el enervante y custodiar las operaciones; pero ninguno tiene un liderazgo en las organizaciones para las que trabajan.
"Digamos que son menores, pero ya es un avance porque ya están siendo interrogados", resaltó.
'Se les está acorralando'
El Operativo Chihuahua, anunciado por el Gobierno federal el jueves, dio inicio ayer con el envío de 484 militares para reforzar la seguridad en este municipio. En total, 2 mil 500 efectivos serán desplegados en Ciudad Juárez y Palomas.
Los militares, adscritos a Regimientos Blindados, de Fuerzas Especiales y Paracaidistas, se dijeron con la moral en alto y convencidos de combatir al narcotráfico.
"Hay confianza, no hay miedo. De algún modo, a estos grupos se les está acorralando y nuestra función es reforzar", dijo el Teniente de Infantería del 11 Batallón de Fuerzas Especiales, Conrado Lino Anaya.
Este comandante invita a sus subordinados a cantar el himno de las Fuerzas Especiales, a echar porras. A levantar, como él dice, el espíritu.
"Apoyados por un francotirador, nos preparamos para enfrentar al opositor. Tenemos 60 segundos para la incursión", cantan en pleno vuelo del avión Boing 727 de la Fuerza Aérea Mexicana.
El contingente militar partió en cuatro aviones de la Base Aérea de Santa Lucía, en el Estado de México. El Boing 727 y tres C-130, conocidos como "Hércules".
"El adiestramiento y la moral, la calidad de la gente, la preparación, los conocimientos, pero sobre todo la moral es lo que tenemos todos los paracaidistas. Estamos capacitados para realizar operaciones en todo tipo de terreno y repeler cualquier agresión.
"Independientemente de que esta unidad es de Fuerzas Especiales de la Brigada de Paracaidistas, estamos capacitados para arribar por aire (paracaídas), medios terrestres o marítimos para realizar cualquier tipo de operación en cualquier ámbito geográfico y bajo cualquier condición", aseguró el Capitán Gerardo Ávila, segundo comandante de Fuerzas Especiales Paracaidistas.
A este mando, no le hace ruido la capacidad de fuego de los narcotraficantes. "Tenemos adiestramiento y armamento también. Independientemente de las armas, la moral y el adiestramiento es lo que ha permitido que siempre salgamos triunfantes", aseveró.
Aplauden arribo
El arribo de militares a este municipio impresionó a la gente que pudo observarlos. El convoy partió del Aeropuerto Internacional de Ciudad Juárez.
Unos 34 vehículos hicieron fila con las luces encendidas para trasladar a las tropas a la Quinta Zona Militar, que comanda el General de Brigada Felipe de Jesús Espitia, experto en operativos antinarcóticos.
Antes de ocupar ese puesto, fue jefe de la Sección Séptima de la Defensa Nacional, encargada de planear, coordinar y realizar los operativos conjuntos contra el crimen organizado en todo el País.
Los militares portaban desde fusiles Barret calibre 50 milímetros, capaces de volar camionetas blindadas, hasta fusiles MP-5 y G-3, con capacidad para 90 tiros por minuto.
Los soldados utilizan además casco, chaleco antibalas, goggles y pistolas 9 milímetros.
"Es bueno que vengan. Ojalá pongan orden porque esta ciudad ya no le garantiza la seguridad a nadie, ni a los policías", dijo un ciudadano en la terminal aérea.
Estas tropas serán relevadas hasta mayo, debido a que el operativo tiene el carácter de permanente.
Hoy se espera el arribo de otro contingente de 500 militares a Ciudad Juárez. Por el momento, es el foco más rojo del Gobierno federal.
Nota de Benito Jiménez, enviado, Reforma, 29 de marzo.
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