En términos de la opinión pública, si bien los resultados de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y en concreto de su actual presidente José Luis Soberanes no son excelentes, en general reciben una evaluación positiva. No obstante lo anterior, la mayoría sigue pensando que la actuación de la CNDH ha servido más para proteger a los delincuentes, que para salvaguardar los derechos de las víctimas.
La mayoría de los entrevistados opinan que las autoridades sí acatan algunas de las recomendaciones de la comisión, pero no todas como deberían, y sólo la cuarta parte percibe que de plano las autoridades ignoran sus recomendaciones.
Después de diez años al frente de la institución, el Senado tendrá que elegir en breve al sucesor de Soberanes, y no son pocos los nombres que se manejan para relevarlo. Como en muchos otros casos, para la elección del presidente de la CNDH no quedan claros los criterios a los cuales deberían atenerse para nombrarlo, es más, ni siquiera se tiene una lista precisa con los requisitos mínimos que deberían cubrirse para aspirar al cargo.
Seguramente la decisión responderá a intereses particulares de las cúpulas en el poder, intereses que no necesariamente coinciden con los de la institución misma ni por supuesto con los de los humanos, cuyos derechos se supone que debe defender.
El proceso de selección de Chávez Chavez al frente de la Procuraduría General de la República nos ha dejado claro que la opinión de la gente de a pie a los señores senadores les tiene sin cuidado, es más, he llegado a sospechar que en el fondo su objetivo —el de los legisladores— es llevarle la contraria a la opinión pública y terminan decidiéndose por el que menos aceptación tiene.
Si ese es el caso, pido disculpas anticipadas al Dr. Juan Ramón de la Fuente por apuntar que es el aspirante que más personas señalan como el que quisieran al frente de la CNDH e informo a García Ramírez, Herbert Pérez y Farah Gebara que sus posibilidades son altas con los senadores, simplemente porque a la opinión pública no la convencen.
•• Nota metodológica Encuesta telefónica realizada el 3 de octubre considerando 500 entrevistas a personas mayores de 18 años seleccionadas mediante un muestreo aleatorio simple sobre el listado de teléfonos del país. Con 95% de confianza, el error estadístico máximo que se tiene es de +/- 4.5%
La mayoría de los entrevistados opinan que las autoridades sí acatan algunas de las recomendaciones de la comisión, pero no todas como deberían, y sólo la cuarta parte percibe que de plano las autoridades ignoran sus recomendaciones.
Después de diez años al frente de la institución, el Senado tendrá que elegir en breve al sucesor de Soberanes, y no son pocos los nombres que se manejan para relevarlo. Como en muchos otros casos, para la elección del presidente de la CNDH no quedan claros los criterios a los cuales deberían atenerse para nombrarlo, es más, ni siquiera se tiene una lista precisa con los requisitos mínimos que deberían cubrirse para aspirar al cargo.
Seguramente la decisión responderá a intereses particulares de las cúpulas en el poder, intereses que no necesariamente coinciden con los de la institución misma ni por supuesto con los de los humanos, cuyos derechos se supone que debe defender.
El proceso de selección de Chávez Chavez al frente de la Procuraduría General de la República nos ha dejado claro que la opinión de la gente de a pie a los señores senadores les tiene sin cuidado, es más, he llegado a sospechar que en el fondo su objetivo —el de los legisladores— es llevarle la contraria a la opinión pública y terminan decidiéndose por el que menos aceptación tiene.
Si ese es el caso, pido disculpas anticipadas al Dr. Juan Ramón de la Fuente por apuntar que es el aspirante que más personas señalan como el que quisieran al frente de la CNDH e informo a García Ramírez, Herbert Pérez y Farah Gebara que sus posibilidades son altas con los senadores, simplemente porque a la opinión pública no la convencen.
•• Nota metodológica Encuesta telefónica realizada el 3 de octubre considerando 500 entrevistas a personas mayores de 18 años seleccionadas mediante un muestreo aleatorio simple sobre el listado de teléfonos del país. Con 95% de confianza, el error estadístico máximo que se tiene es de +/- 4.5%
Maria de las Heras, Milenio, 5 de octubre.
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